Sólo Tú

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NARRATIVA: Omnisciente


—Me gustas tanto, y lo sé

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—Me gustas tanto, y lo sé. Por supuesto, da miedo. —Expresa el rubio. —Mi vida parece mejorar cada vez que recibo algún mensaje tuyo. Y aunque no lo creas, estoy tratando de no llorar.

Yūichirō pestaña algunas veces, riendo, muy nervioso. Pues la mano que está entrelazada con la suya, está temblando levemente. Incluso puede percatarse del leve temblor en la voz de Mikaela.

Y aunque Yūichirō quisiera murmurar alguna cosa, de sus labios no salen nada más que entrecortados murmurios.

«También me gustas.»

—Yū-chan, no necesitas responder. No es necesario. —repite el joven rubio. —Vamos a conocernos. Déjame demostrarte quien soy.

Yūichirō asiente, con sus mejillas encendidas, con sus manos picando por tocar ese rostro frente a él… Oh, qué decir de esa voz que tanto le molesta. El omega en él está gritando, literalmente.

Al encontrarse ahora levantado, el de ojos verdes decide intentar calmar todos esos sentimientos dentro de él... Sus brazos se envuelven sobre los hombros fuertes del alfa. El moreno, sin poder evitarlo, suspira. Y sonríe. El olor de Mika le resulta demasiado tranquilizante.

Los latidos que puede escuchar golpear contra el de ese hombre alto, sólo le hacen sentir mucho mejor. Pues, si de por sí el lenguaje corporal lo decía todo, el corazón es algo que también lo es. ¿Por qué Mikaela parece más nervioso que él mismo? ¿Acaso no ve cómo le pone tan sólo con una sonrisa?

—Vamos a intentar esto, Mika.

El omega escucha un tipo de sonido, como si fuera una afirmación. Pero bastante ahogada. Al subir su mirada, curioso por escuchar eso. Sólo puede soltar un pequeño gemido al ver unas lágrimas descender por esas mejillas teñidas de rosado. El rubio se encuentra asintiendo como si se tratara de un niño pequeño, mientras que las lágrimas empañan su vista
—¡Mika! —Esa exclamación fue más como si fuera algún tipo de reflejo.
Sus manos se mueven hasta las mejillas empapadas, y tan sólo puede dedicar a limpiar las lágrimas con sus pulgares.

El verde con el azul. Una combinación preciosa. Los ojos a veces muestran más que la expresión del rostro, muestran más que el significado de cualquier palabra. El brillo en esos ojos azules es misterioso para Yūichirō.. Una mirada que nunca había visto nunca. Era muy extraño para él ver algo así.

¿Qué es?

¿Amor? ¿Admiración? ¿Tristeza?
Mikaela es una caja de sorpresas muy impresionante. Le muestra cosas que nunca antes había experimentado. Desde el latir de su corazón por una vergüenza de otro tipo, hasta el sentir una grave admiración y… Cariño por él. Algo que jamás había experimentado.

Yūichirō mentiría si dijera que no tiene miedo de esto. Después de todo, siempre estuvo algo a la contraria sobre este tema. Pues le cuesta creer en las personas a veces. Así que, pensó que tal vez el amor no era para él. Tampoco es que pensara mucho al respecto. Yū tiene muchas cosas por las cual no debería pensar en el amor. Pues a pesar de estar rodeado de gente, siempre se siento… Gélido por dentro.

O eso pensó.

Porque cada vez que ve a Mikaela, se siente de alguna manera, incluso mejor que antes. Como si fuera un analgésico muy perturbador. Algo muy raro. ¿Si no es la palabra «raro» con que podría describirlo?

—Estoy indefenso cada vez que estoy contigo… —Murmuró el rubio.

Borracho de amor [𝓜𝓲𝓴𝓪𝓨ū/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora