Un Solo Corazón

348 44 25
                                    

NARRATIVA: Omnisciente


Yūichirō se sienta en el suave sillón, totalmente exhausto por todas las cosas que han sucedido hoy. Fue un día estresante, en realidad. Todo parece haber pasado como si fuera una lenta película.

Mikaela mantienen una expresión bastante neutra. Como si una parte de él estuviera muy ansiosa y la otra completamente tranquila, en calma. Después de todo, hay momentos en que todos entramos en ese tipo de estado.

Pero Yūichirō no puede evitar pensar que Mikaela se encuentra pensando también en él. En sí mismo también, tal vez discutiendo todos aquellos inconvenientes mentales que ha de tener en estos momentos. ¿Acaso Mikaela no confía en él? Bueno... Sería mucho pedir, en realidad, a penas y se conocen. Es comprensible que Mikaela mantenga su distancia y se dé el momento de pensar bien que va a hacer por los momentos.

Sabemos que Mika no se iría a rendir respecto a Yūichirō, pero eso no quiere decir que tal vez desee un tiempo para él. Y eso, tampoco está mal.

El menor de los dos, se mantiene intentando buscar la mirada de su contrario. Quien no se la niega en ningún momento. Mikaela tampoco tiene la intención de hacer sentir mal a el omega de ninguna manera.

¿Cómo empezar? ¿Qué decir?

-¿Quieres estar allí? -Se atreve a cuestionar el menor. Sintiendo sus manos sudar. ¡Cuánto odia eso!

-Yū-chan, pareces bastante nervioso. -Dice el mayor, acercándose al mueble. Sentándose la lado de moreno de ojos claros.

En su atareada mente Yūichirō quiso replicar con cualquier cosa, pero allí se quedó. En su mente. Pues no tiene la suficiente valentía para poder atravesé a comentar algo, que tal vez, este fuera de lugar. Sería vergonzoso. ¿Qué tal si Mika no quiere escuchar nada de eso?

-¿Te sientes bien al respecto? ¿En que yo me intente meter en tu vida de esta manera? -Esta vez cuestiona el rubio. Quien siente su corazón latir, alocado. Obviamente, las mismas dudas recorren su mente comparten la misma angustia.

Yūichirō por su parte asiente, sintiéndose seguro de una sola cosa. Una. No dos o más. Y esa es que quiere permanecer aquí. Junto a ese hombre de ojos azules y cabellos rubios.

¿Cómo no hacerlo? Si le ha mostrado una parte tan linda, tan simple, tan humana de él.

Bueno. Linda no es la palabra indicada.

-Mika, si quieres tener un tiempo para poder pensar en ti. Está bien. Muy bien. No hay problema. Para ti, debe ser una bomba decirme todo esto así ¿No? -Opina el omega, secando sus manos disimuladamente con la tela del pantalón.

-Yo soy el que debería decir esto. Yū-chan, te acabas de enterar de algo con lo que llevó viviendo casi toda mi vida. La bomba es para ti, no para mi...

El de ojos esmeraldas solamente puede apoyar aquella respuesta, fue lógica. ¡Pero es que su opinión no importa! ¡No le importa! Lo que fue de la vida de Mikaela, es pasado y allí se quedará. Y aunque habrá ocasiones donde se tenga que revivir de una manera desagradable... Yūichirō quiere estar allí para ayudar a combatirlo. A él no le importa en ningún sentido lo que Mika hizo alguna vez. La gente crece y se desenvuelve, a veces para peor, pero en este caso, obviamente no es así.


No piensa dejarlo solo. No quiere que Mikaela este solo, no otra vez.


Porque el mismo ya estuvo solo por mucho tiempo también y es... Desesperante.

-Déjame aclararte algo, Mika.


Con estas simples palabras, fueron suficiente como para que Mikaela se volvería una manojo de nervios. De verdad, esta es una situación tensa.


-No me importa que fue de ti, no me importa lo que hiciste. Me importa lo que eres ahora y lo que quieres ser en tu futuro, uno, en donde tu decides si yo estoy ahí...

Y a pesar de que las palabras fueron tan directas, definitivamente, Mikaela entendió el mensaje de una manera demasiado suave. No fueron palabras que te hieren. Sino, que te alientan.

Borracho de amor [𝓜𝓲𝓴𝓪𝓨ū/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora