Él

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NARRATIVA: Omnisciente Años atrás

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NARRATIVA: Omnisciente
Años atrás


—Camina, Taichí... —Musita Mikaela. Tomando de la mano al pequeño de cabellos castaños.

Las personas los miran de una manera juzgadora, y el menor puede ver la sombría mirada en los ojos cerúleos de aquel chico al cual quiere tanto. Un sentimiento lleno de parentesco. Taichí y Mikaela son hermanos. No de sangre. Pero eso no es necesario. La mano del allfa aprieta un poco la del pequeño chiquillo, quien simplemente no puede evitar sentirse tan mal de ser observado de esa manera tan anómala. Hay tantas miradas sobre él que incluso le está doliendo la cabeza.

—¡Tu!

En ese momento, los dos se detienen. La voz de una niña los llama. Mikaela sabe bastante bien a quien pertenece esa voz chillona, pero simplemente no le toma importancia. Por otra parte, Taichí siente como si todo se derrumbara. Por supuesto que también conoce esa voz. Pero él sólo quiere escuchar la voz de su hermana Akane...

El rubio tan sólo mira por encima de su hombro. Y se percata de las lágrimas cayendo por las mejillas de esa niña de cabellos lilas. Pobre, está completamente despedazada. Y detrás, ese chico de cabellos platas y mirada azul vacía. Shinoa y Shinya.

¿Cómo no conocerlos?

—Déjalos ya, Shinoa... —Farfulla el hermano mayor y adoptado. Quien sostiene por el hombro a su hermanita menor.

La niña niega unas cuantas veces, sintiendo su corazón romperse en pedazos. ¡Su madre! ¡Está muerta! ¿Y su hermano quiere que ella se quede allí, parada? ¿Cómo si no fuera pasado nada? ¡Imposible!

—Shinoa... —Susurra el pequeño Taichí. Ver a la niña así le da un inmenso dolor en el corazón. Después de todo, tienen tan sólo unos años de diferencia, ella ganándole por algunos.

Mikaela tan sólo frunce el ceño, molesto. Sin tomar en cuenta los sentimientos de aquel que considera su hermanito, decide que lo mejor es simplemente ver de encima hacia abajo a aquellos dos. Y volver a caminar. Sí, caminar hacia la luz. Hacia su libertad.

Arrastrando a lo único que le queda con él. Su pequeño Taichí.

«Pero la felicidad no dura. Los cuentos de hadas son tus pesadillas y estas igual de perdido que todos esos hijos de puta.»

Fue lo que el rubio pensó.

Mikaela, en el fondo, creía que todo iría a mejorar.

Que equivocado estaba.

Taichí crece, y con esto, cada vez se vuelve más rebelde. Más impugnable. Su carrera progresa inigualablemente, pero Taichí está estancando. Cada vez siendo más agresivo. Cada vez más brutal. Incluso Mika ha llegado a pensar que él es el malo. Que está equivocado. Pero eso no es cierto. Obviamente no lo es. Sólo está intentando reemplazar el lugar de un padre o por lo menos, de un hermano mayor. ¡Pero es tan difícil si se trata de Taichí!

Borracho de amor [𝓜𝓲𝓴𝓪𝓨ū/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora