JUEGOS PERVERSOS
No tenía tiempo para pensar o respirar o preocuparme sobre si Noah recordaría este momento o no. Todo lo que hice fue cerrar los ojos. Se supone que el tiempo se ralentiza en los segundos antes de la muerte —y realmente moriría ahora, sin que el Inframundo me atrapara y sin que Lena me salvara— pero no cambió nada.
Esto era todo.
Un gran crujido de metal contra metal resonó por todo el palacio, y por un horrible segundo pensé que Lena o incluso Winn había sido lo suficiente estúpidos como para saltar delante de mí. Mis ojos se abrieron, pero ambos estaban a varios metros de distancia a cada lado de la puerta.
Y flotando delante de mí, a medio centímetro de mi cuello, estaba la daga.
—Creo que mientras obligabas a la Señora del Inframundo a una alianza contigo, has olvidado un hecho importante —dijo Cronos con una voz mortal que parecía estar en todas partes a la vez. Tu destino está ligado al de Kara. Si ella muere, tú también. Claramente no estás lista para desvanecerte, mi querida hija.
Los brazos de Jess temblaron tanto que temí que dejara caer a Noah. Lena suavemente lo tomó de ella, y por un momento estuve segura de que ella lucharía. Lena podía desaparecer tan pronto como tocara al bebé; todo lo que tomaría sería un parpadeo, y Lena se habría ido, a salvo de vuelta en el Olimpo con nuestro hijo. Pero ella la dejó ir de buena gana.
Contuve la respiración, esperando a que Lena se fuera. Se quedó, puso una sonrisa extraña en su rostro mientras miraba hacia abajo a Noah. Mi corazón se hundió. Ella tenía a Lena ahora. Realmente, verdaderamente la tenía.
Pero la forma en que ella miraba al bebé, la forma en que sus brazos se relajaron cuando lo sostuvo. Lena amaba a Noah. Ava no le había quitado eso, lo que significaba que una pequeña parte de ella, sin importar lo enterrada que estuviera, todavía me amaba, también.
—Aquí estoy yo, pensando que ya no tenías interés en la pequeña perra traidora —le dijo Jess a Cronos, sus palabras se ahogaron con furia—. Qué estúpido de mí pensar que no caerías presa de las emociones humanas.
—Soy el Rey de los Titanes —dijo Cronos fríamente, y se irguió en toda su estatura, llevándome con él por lo que mis pies apenas rozaban el suelo—. No he caído presa de nada.
—Aun así aquí estás, protegiendo una mera diosa, y una nueva —dijo Jess. La miré con furia. No muy formidable, pero era lo mejor que podía hacer dadas las circunstancias—. ¿Qué ha hecho ella para merecer tu lealtad? ¿Ella fue la que te liberó? ¿La que estuvo a tu lado mientras los dioses se unían para luchar contra ti? Todo este tiempo, ha estado trabajando para el enemigo, hablando de los secretos que has compartido, planeando una defensa basada en las estrategias que tan de buena fe le has enseñado.
Estupendo. Ahora estaba intentando que él me matara. Jess estaba equivocada sin embargo. Cronos era el que me había engañado durante mucho tiempo. Él era el que consiguió que escupiera los secretos del Consejo haciéndome creer que era Lena. Y sin darse cuenta, ella estaba confirmando lo que sus argumentos ya habían implicado: Cronos no se preocupaba por ella. Ella era un peón, exactamente como el resto de nosotros. Cualquier que fueran sus planes, no los estaba compartiendo con ella.
A diferencia del Consejo, Cronos y Jess no eran compañeros. Apenas eran aliados. En la desesperación de Jess por escapar de J’onn, se las arregló para tropezar con el único ser en el universo que la trataba incluso peor de lo que él lo hacía. Y juzgando por la mirada en su rostro, finalmente estaba empezando a darse cuenta.
Cronos estuvo callado por un largo momento, y la oscuridad llenó el pasillo hasta que no pude ver a un centímetro delante de mí.
—No le he mostrado, ni dicho nada.
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Aprendiz de Diosa : la herencia (5ta Parte/ Final)
Mystère / ThrillerDespués de la trampa de Jess, Kara deberá afrontar nuevos retos y pelear por todos los que ama. ¿Será capaz de sacrificar su vida y libertad sólo por amor?