I. Caminata matutina.

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Me despierto a las 7:00 en punto como todas las mañanas a realizar mi rutina diaria, alimentar a Arwen, salir del departamento para dar un par de vueltas corriendo por el Observatorio Griffith para luego pasar por un Chestnut praliné con leche de soya y un rollo de canela a mi cafetería favorita, posteriormente regresar al departamento para darme una ducha, maquillarme, vestirme y por último ir a la oficina con mi jefa directa, la abogada Jules Donovan, socia de Nielsen. 

Como verán, Kate Nielsen tiene un par de oficinas, una en Nueva York y otra aquí en Los Ángeles, ella se encarga de la de Nueva York mientras su socia se ocupa de la de Los Ángeles. Sólo cuando son asuntos de suma y delicada importancia viene a atenderlos de manera personal, tal es el caso de los contratos de Lana Del Rey y de los Arctic Monkeys de hace unos meses.

 Llevo un mes trabajando con la Sra. Donovan, es una mujer demasiado estricta, seria y siempre quiere que las cosas sean a su manera, muy diferente a Kate Nielsen. Nunca he tenido problemas con ella pero varios de mis compañeros de trabajo sí. El ambiente en la oficina es agradable... excepto cuando Donovan acude de mal humor.

Actualmente estoy viviendo en uno de los departamentos de Nielsen, específicamente el mismo que ocupé la primera vez que vine a Los Ángeles por cuestiones de trabajo; en ese entonces era una becaria pero ahora me ha contratado porque estoy a un mes de graduarme de la universidad y ser oficialmente una abogada. Nielsen me cobra la mitad del alquiler debido a que trabajo para ella; vivo con mi mejor amiga Andrea quien hace un mes abrió su boutique para mascotas en una prestigiosa zona de la ciudad y su negocio va viento en popa.

Estaciono mi auto, un FIAT 500 color blanco regalo de graduación de parte de mis padres, a unas calles del lugar y empiezo a correr. Desde que llegué a Los Ángeles estoy haciendo grandes cambios en mi vida, como mencioné estoy llevando una rutina más sana: salgo a correr todos los días al menos una hora, soy vegana; me tatué una frase significativa en el antebrazo derecho... en fin, estoy siguiendo el consejo que alguien en algún momento de mi vida me dio.

"Vive más".

Me pongo audífonos, le pongo "play" a la música de mi teléfono y emprendo la marcha. Mientras corro por el observatorio veo varios grupos de turistas con sus respectivos guías, tomándose fotos, dándole la espalda a la maravillosa vista de la ciudad, al letrero de "Hollywood" que se ve a lo lejos, lo usual en este lugar.

Transcurrida una hora me dirijo a mi automóvil.

"Llamada entrante: Jules Donovan"

Contesto con usando el manos libres del teléfono.

-Buenos días Sra. Donovan.-

-Necesito que revises el escrito que hizo Kenneth. No quiero errores esta vez.-

-Por supuesto, lo tendrá en su escritorio a las 11 de la mañana.-

-Perfecto, porque lo necesito a las 3. Nos vemos luego.-

La mujer cuelga secamente.

No lo voy a negar, me costó acostumbrarme a un trato tan frío pero considero que lo he logrado. Los primeros días no podía imaginarme saludar a alguien, decir "Por favor", "con permiso", etcétera sin recibir respuesta alguna, pero después de conocer a la Sra. Donovan todo eso es cuestión de todos los días. No es la peor jefa de la vida pero es una persona un poco difícil.

Subo a mi vehículo y emprendo la marcha directo a mi café favorito llamado "Go get em tiger", frase que me recuerda a una de mis canciones favoritas de The Last Shadow Puppets, dicho lugar ubicado en el 229 de N Larchmond Blvd. Me agrada tanto porque es pequeño, no está tan concurrido por turistas como cualquier Starbucks coffee, además que tienen un muy buen menú, en general el lugar es bastante acogedor. Voy casi todos los días por lo tanto los empleados ya me conocen. 

Snap out of it.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora