XXVI. Alex dice...

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-¿Mamá, está papá contigo? Tenemos una noticia importante qué darles.- Pregunta Alex mientras habla con su madre por teléfono, la tiene en altavoz. Seguimos en el consultorio de la Doctora Aliabadi, ella fue por mi expediente médico. Turner y yo estamos sentados en un par de sillones justo en frente del escritorio de la doctora, tomados de las manos.

-No, espera un momento... ... ¡David, son Alex y Aly al teléfono!...- La última frase se escucha como si la mujer se hubiese apartado del micrófono del móvil.

-¿Alex, Aly?- Pregunta una voz masculina, es David Turner.

-Hola Señor Turner, perdón por la hora.- Menciono, aquí en Los Ángeles son aproximadamente las 3 de la tarde lo que significa que en Sheffield deben ser las 11 de la noche.

-No se preocupen chicos.- Responde el hombre.

-¿Y bien, cuál es la noticia?- Cuestiona la madre del cantante.

-De acuerdo, ya sabemos qué será el bebé.- Dice Turner.

-¡Oh por Dios! ¡Alexander David Turner, no juegues con mis sentimientos!- Exclama Penny, suena demasiado emocionada.

-No, es en serio. Estamos en la clínica y nos acaba de decir la doctora.- Añado.

-¡Es un niño, ¿cierto?!- Pregunta David.

-¡No, es una niñita!- Agrega Penny.

-Bien... Mamá, papá, ¡tuve razón todo este tiempo, Aly y yo tendremos una niña!-

Los padres de Alex se escuchan conmovidos, felices, incluso puedo jurar que están llorando.

-¡Muchas felicidades chicos!- Dice el Señor Turner.

-¡Lo sabía y tú también lo sabías Al! ¡Estamos tan felices por ustedes!-

La Doctora Aliabadi regresa al consultorio y sonríe al escuchar a los padres de Alex al teléfono. Turner sonríe de oreja a oreja y quita el altavoz de su móvil.

-Vamos mamá, no es para que llores... Nosotros también estamos muy felices, pronto iremos a visitarlos, lo prometo... ... Ahora debo colgar, seguimos en la cita y la doctora ha regresado... Sí, también los amamos, hasta luego.-

El frontman de los Arctic Monkeys cuelga la llamada.

-¿Con que dando la noticia?- Cuestiona la doctora entre risitas.

-¡Sí! Quiero que el mundo entero lo sepa.- Exclama mi novio sin poder contener su alegría. 

Desde que supo que nuestro bebé será una niña le es imposible dejar de sonreír.

Desde que supo que nuestro bebé será una niña le es imposible dejar de sonreír

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Ambos reímos.

-Sí, ya me imagino; quiere presumir que sus instintos paternales son muy precisos, ¿no es así, señor Turner?-

-¡Sí!-

-¡Sí!-

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