Snap out of it.

XXXVI. Después del té de las 5.

-¿Al menos puedes decirme a dónde iremos?-

-Es una sorpresa, son las 6:35 así que tenemos aproximadamente una hora de sol qué aprovechar.-

Rio sin entender de qué rayos está hablando.

Alex y yo salimos de la casa, estoy lo más abrigada que pude imaginar. El día está como de costumbre en toda Inglaterra, nublado y un poco lluvioso así que a fin de evitar enfermarme y mucho menos en mi estado. Tomo mi teléfono, una bolsa y una sombrilla. Subimos al auto de alquiler que trajimos desde Londres, un Fiat 500 color blanco y finalmente emprendemos la marcha.

¿A dónde iremos?

Esa pregunta no deja de dar vueltas en mis pensamientos, salimos de High Green, hay un señalamiento que indica "Sheffield" con una flecha a la izquierda y "Barnsley" a la derecha. Turner sigue avanzando y dobla hacia la derecha.

-¿Por qué tan callada?- La voz de Turner rompe el silencio entre ambos.

-Porque sé que de todos modos es inútil preguntar.- Respondo riendo sin dejar de mirar por la ventana, estamos en carretera, de ambos lados de la misma se pueden ver los verdes campos color verde seco y varios vehículos.

-No es muy lejos, de hecho estamos como a 10 minutos.-

Pasan unos minutos y llegamos a una especie de glorieta con 5 vías, mi novio se dirige a la que está señalizada como "Manchester Stocksbridge".

Sigue conduciendo y ambos platicamos de temas triviales cuando de nuevo estamos en la ciudad, se ve muy parecido al estilo de Sheffield aunque no se si seguimos en Sheffield. 

-¡Llegamos!- Después de avanzar por unas cuantas calles en la ciudad llegamos a una calle bastante similar a High Green. El cantante estaciona el auto.

-¿Seguimos en Sheffield?-

-Así es cariño.-

-¿Dónde estamos exactamente?-

-Baja y verás.-

El frontman de los Arctic Monkeys baja del automóvil , me abre la puerta y me ayuda a bajar. El clima sigue algo nublado y un par de gotas caen del cielo.

-No te bajes aún, iré por la sombrilla.-

-Alex, estoy bien.-

-No, quédate ahí.-

El británico toma una sombrilla de la cajuela del vehículo, la abre y me cubre con ella ayudándome a bajar.

-¡Ni siquiera está lloviendo!-

-Pero es probable que pronto lo esté.-

-Bien, ¿ya vas a decirme dónde estamos?-

-Sí, esto será breve porque no podemos estacionar aquí por mucho tiempo, ven.-

Él me toma de la mano y ambos cruzamos la angosta calle. Puedo ver unas gotas de lluvia caer en los charcos del suelo.

Llegamos al otro lado de la calle y veo una larga edificación de ladrillos marrón que parece ser una gran y larga casa de dos plantas, varias ventanas y techo inclinado de color negro, una gran y larga reja verde nos separa de la misma.