Chloé

Corazón 8

No pasó mucho tiempo desde que el anterior chico empezó a ignorarme cuando ya consiguió lo que quería.

Me dije a mí misma que a partir de ese momento, nunca más iba a intentarlo con alguien de una edad similar a la mía. Quería a alguien mayor, alguien maduro y con las ideas claras.

Conocí a otro chico, 7 años mayor. Se llamaba Fernando. Cuando hablaba con él me sentía feliz, me divertía, me sentía atendida, pero libre. Él me cuidaba y me mimaba.

Él me hizo el amor por primera vez. Y hacer el amor no era lo mismo que follar. Sí, había follado, pero nunca habían existido esos besos, esa calma y ese sentimiento que sólo hay cuando se hace el amor.

Teníamos nuestras diferencias, pero yo era tan tan feliz. Nunca lo fui tanto en tan poco tiempo. Porque eso duró, poco tiempo.
Estaba acostumbrada a que siempre que intentaba algo con alguien no sobrepasara los dos meses.

Y sí, así fue.

Fueron dos meses muy intensos, en los que me hizo sentir increíblemente bien, pero aunque éramos casi iguales, lo que nos diferenciaba pudo con él.

Él creía que yo era inmadura, cuando nos peleábamos y yo "armaba un drama", pero lo que no sabía, era que lo mío no era inmadurez, era inseguridad, era que quería llamar su atención y hacerle saber que de verdad le necesitaba, porque yo estaba mal, no quería perder a alguien por enésima vez.

Me dejó.

Aun así, me ofreció su amistad y durante unos meses estuvo intentando volver a retomar lo que un día fuimos, pero su cabeza era la que guiaba equivocadamente a su corazón.

Un día, descubrí que tenía novia, ¡y había estado hablándome a mí! Ese día no pude contenerme y le dije todo lo que me había hecho sentir durante ese tiempo.

Habían sido unos meses dolorosos, en los que perdí las ganas de todo, en los que cada vez mes sentía más abajo, más insignificante. Unos meses en los que creía que realmente no servía para nada, en los que me sentía un trapo, una pelota que todo el mundo se pasa para jugar con ella hasta que se canse.

Me sentía utilizada. Sentía que mi cuerpo era usado como un objeto, sentía que mi bondad era aprovechada, sentía que mi cariño y mi amor era utilizado como bala para mí misma.

Sentía que era demasiado buena, demasiado dedicada y demasiado real, y que todo el mundo se beneficiaba de ello.

Pero ese día, conseguí liberarme cuando le dije todo, y empezó una cuenta atrás para olvidarle.