CAPÍTULO 29
Habían pasado más de tres horas desde el inicio de la cirugía. El corazón enfermo ya estaba fuera. La anatomía de Lee DongSo estaba siendo preparada para recibir el corazón de Huang ZiTao y Kyungsoo no había mirado dos veces hacia la pantalla que reflejaba la imagen arrodillada y entumecida de su novio. No se había presentado ningún imprevisto por el momento. El cuerpo del paciente reaccionaba como debía hacerlo y todo parecía marchar acorde al plan.
Fue cuando Kyungsoo comenzó a preguntarse cuánto tiempo podría permanecer tan concentrado, que su foco comenzó a titilar.
En un principio, los indicios de su dispersión fueron efímeros, tales como el fallo de sus dedos al tomar el escalpelo porque había estirado la mano muy por debajo de donde se lo había tendido la Doctora Park. Nadie se sobresaltó por ello ni por las siguientes dos veces en las que, con sus respectivos instrumentos, sucedió lo mismo. Pues aquellos detalles comenzaron a notarse cuando la mayoría de los presentes estaban demasiado concentrados en sus tareas y en, de vez en cuando, echarle una mirada al arma sobre la columna de Jongin en la pantalla.
—Quiero todos los ojos sobre el paciente. —reprendió Kyunsgoo, con los ojos clavados en la operación.
Kyungsoo deseaba comprender la curiosidad de sus compañeros en aquella situación tan poco cotidiana para ellos, pero no tenía ni el tiempo ni el espacio necesario para ni siquiera intentar. Se limitó a gruñirles y a ser el mismo cirujano de palabras amargas y filosas que había sido en el Norte con su equipo. En Pionyang, los quirófanos parecían estar preparados para las amenazas, pues las entradas tenían una columna lo suficientemente espaciosa como para hacer caber debajo de ellas al rehén y al soldado que le estuviera apuntando sin inmutarse ni titubear. Excluía a Minseok, pero si alguien en aquella sala tenía derecho a estar atento a los movimientos de los guardias sobre Jongin, era él.
En el Norte nadie miraba al frente. Ninguno de los médicos quería encontrarse con sus esposas o con sus hijos siendo apuntados por un arma. Era absurdo mantenerse atento a ese aparato; eso le habían enseñado. No hacía más que ponerlo nervioso la posibilidad de que, por un despiste estúpido, todo se comenzara a desmoronar.
Pero la concentración era cada vez más baja. Sus manos trabajaban en automático de a ratos, pues había veces en las que sus ganas de salir corriendo con Jongin en sus brazos lo dejaban fantaseando sin remedio con un posible futuro en libertad. Recién volvía a sí mismo cuando se presentaba el próximo percance, cada vez más notorio y peligroso que el anterior.
Kyungsoo tuvo que cerrar los ojos durante unos segundos. En un instante, el escarlata de la sangre refulgió con todas sus fuerzas... No duró más de medio segundo, pero su brilló fue tan cegador y efímero, que Kyungsoo tuvo que pestañear varias veces para recuperarse de aquel blanco despampanante y aterrador.
—Kyungsoo. —lo llamó el Doctor Choi. Tan pronto como recuperó el sentido de la vista, Kyungsoo volvió a su trabajo. Ignoró el llamado del doctor como si estuviera demasiado concentrado con el montón de venas y arterias frente a sus ojos como para pensar en otra cosa.
Sin embargo, Choi insistió. Una vez más, la sangre resplandeció, pero Kyungsoo se negó a cerrar los ojos y detenerse.
—Aléjate de la mesa. —ordenó con voz calma, intentando no alterarse por el temblor en los dedos de Kyungsoo.
—¿Qué pretende? ¿Qué lo mate? —desafió Kyungsoo. La luz se desvaneció más lento que antes. Con los segundos, se convirtió en una especie de niebla tan blanca e inmaculada como el vestido que Areum se había puesto en sus sueños para darle su último adiós.
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Anatomías Incompletas [KaiSoo/KaDi]
Fanfic«Do Kyungsoo es el corazón, y un médico norcoreano teniendo que escapar del mundo para salvar su vida. Kim Jongin es el cerebro, y un médico neurocirujano que renunció a operar por miedo a perderlas. De un día para el otro, sus cuerpos colisiona...