Capítulo 30

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CAPÍTULO 30

Hablaron poco en la camioneta durante el camino de vuelta a casa. Lo único perceptible para los oídos de Kyungsoo fue la respiración apesadumbrada de Jongin y el sonido de las bocinas de los autos. La ciudad retumbaba especialmente fuerte aquel viernes de diciembre en los minutos cercanos a la medianoche. Jongin conducía con el ceño fruncido y bien marcado. Cuando iba en línea recta o el tráfico lo detenía por la fuerza, se las arreglaba con una sola mano porque la otra era rápidamente envuelta por la de Kyungsoo... Yacía calentita y serena entre ambos. Cada una de sus células conseguía relajarse cuando estaba cerca de las de Kyungsoo.

—Fue una lástima que no haya podido despedirme de ZiTao —dijo Kyungsoo. El conductor de uno de los autos vecinos maldijo en tono demasiado alto. Jongin cerró los ojos, sintiendo una punzada en las cienes por el ruido, y Kyungsoo se apresuró para subir la ventanilla de su lado.

—Mejor —murmuró Jongin. —Fui a su habitación antes de la operación.

Kyungsoo guardó silencio. Acarició los nudillos de Jongin con su pulgar y esperó sin impacientarse el resto de la historia.

—Lo notó —confesó. Jongin inhaló rápidamente, como si el aire se hubiera desvanecido de sus pulmones de repente y continuó. —. Junnmyeon me salvó el culo. ZiTao intentó defenderse. Ni siquiera pude despedirme, porque él lo notó.

Jongin apagó el motor del auto. El tráfico no parecía tener intenciones de guiarlos pronto hacia ningún lado. Kyungsoo se inclinó sobre su asiento sintiendo como el cinturón de seguridad tiraba de él para que se quedara quieto. Venció su obstáculo y acaparó con su palma la mejilla izquierda de Jongin.

—Fuiste fuerte. —soltó.

Jongin no pareció muy convencido de ello y asintió sin creerlo. Desvió la mirada hacia su falda. Kyungsoo levantó su barbilla para conseguir que lo mirara y luego regresó a su posición inicial sobre su mejilla.

—No puedo pensar en nadie que hubiera resistido a esto mejor.

—Estaba temblando allí dentro—dijo con la voz quebrantada y el corazón de Kyungsoo se estrujó. —. Y cuando hiciste latir el corazón me sentí tan aliviado... Lo siento... no debería de haberme sentido así.

Kyungsoo lo notaba. El rostro de Jongin estaba pálido y cada uno de sus poros emanaba un sentimiento de culpa. El cinturón tironeo aún más. Kyungsoo maldijo y se lo quitó para acercarse a Jongin todo lo que les permitiera la distancia entre ambos.

—Tú no te sentiste así —le dijo. Se acomodó lo mejor posible y sumó al tacto de su palma el tacto de sus labios. Sus palabras entibiaron la mejilla derecha de Jongin. —Te hicieron sentirte así. Ningún hombre es libre ni totalmente responsable de sus actos cuando tiene un arma que le apunta al cuerpo. Tú no tenías solo una, Jongin.

Jongin cerró los ojos y buscó más cercanía...Su mano se posó tras la cabeza de Kyungsoo e intentó acercarlo para encontrar más calidez de sus labios. Kyungsoo complació sus deseos y dejó un par de besos cercanos a donde los suyos estaban. Jongin suspiró.

—¿Sabes por qué quería ver a Huang ZiTao? —preguntó.

Sin fuerzas para emitir palabras, Jongin negó. Kyungsoo lo miró desde cerca... sus labios abultados, su nariz esperando ser besada... Sus ojos estaban cansados, pero, aun así, brillaban con la chispa de esperanza que le había prestado.

Anatomías Incompletas [KaiSoo/KaDi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora