"Capítulo Treinta"

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I

El antiguo grupo de basketball habló con Solari antes de que ésta se fuera de Luna de Miel, ella junto a su ahora esposo, organizaron un partido amistoso, antes del viaje, entre Palmer y Cathedral.

Lauren hizo su cola alta, colocó como de costumbre su cinta deportiva, ajustó los cordones de sus zapatillas y salió del camerino.

Todo su antiguo equipo estaba allí, muchas de sus compañeras que ya habían entrado a la vida universitaria, ese fin de semana estuvieron en casa para estar presente en el matrimonio de Solari.

Vero, Dinah, Carlín y Alex estaban formadas en el centro esperando a Lauren, sintió la nostalgia invadirle.

-Como en los viejos tiempos... - susurro a lo que sus amigas sonrieron.

Se formaron en el círculo que conocían muy bien.

-Espero que ese tiempo en cama no te haya quitado el talento Jauregui- le dijo Carlín.

Lauren sonrió, apretó su cola y Miró a la dueña del comentario.

-Espero que la vida universitaria sólo haya afectado tu peso- contestó.

Todas rieron pues la mayoría efectivamente habían subido un poco de peso.

-Golpe bajo, perra- respondió.

El balón comenzó a moverse con fuerza en la cancha.

Lauren logró robar el balón, igual que cuando jugaban juntas, el pase llegó a Dinah quien encestó una canasta.

Carlín corría casi tan rápido como la recordaba, habían cosas que realmente no cambiaban.

-No se vale- dijo desanimada una chica de Cathedral- Esa mujer mide como dos metros.

Dinah la quedó mirando con seriedad mientras que el resto del equipo se reía, todo el mundo siempre se quejaba de la estatura de la chica.

-La estatura no mide el talento y quejarte de la mía solo demuestra miedo, que no te asusten las jugadoras altas- le dijo amablemente a la chica quien solo asintió y regresó al juego.

No muy lejos de allí, una pareja se encontraba parada en la entrada del gimnasio, la chica, miraba con nostalgia al equipo que la acogió e hizo parte de él.

-¿Que decías?  - repitió Camila a lo que el chico dejó salir un suspiro antes de continuar.

-Que luego de ésto, iremos a cenar con  ellos- apuntó con su cabeza al matrimonio, quienes dentro de la cancha, no parecían tener un real lazo.

-Jamás me hubiera imaginado a mi entrenadora con el entrenador de Cathedral. - confesó la chica.

-Fue el amor platónico de papá desde que estaban en la Universidad, eso fue lo que me contó, se encontraron nuevamente en el torneo que organizó mi Tío- le contó tranquilo.

-Vaya... Esto del Basket si es una mafia- rieron.

Camila miraba como jugaba su antiguo equipo, habían mejorado bastante, muchas de ellas siguieron los pasos que Solari les enseño, mientras que otras los dejaron, para poder dedicarse a sus respectivas carreras.

-¿Podré seguir jugando cuando vaya a la Universidad? - preguntó al aire, puesto que Aníbal no le estaba prestando atención.

-Seguramente serás una buena profesora... Encontrarás como encajar todo- la voz de Lena, asustó a la chica.

-¿Hace cuanto llegaste? - Se giro a mirarla y luego ella sonrió.

-Quizás unos segundos antes de haberte visto hablar sola- alzó sus hombros.

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