Capítulo 1. Miradas

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Nueva Orleans 2011

Fue una risa junto con un grito algo agudo y avergonzado lo que hizo que Naruto volteara la mirada, eran un par de chicas que llevaban uniforme. La rubia intentaba subirle la falda a su amiga, iba a apartar la vista pero entonces una imagen celestial se puso en su rango de vista. Atisbo a ver un par de piernas llenas, moldeadas y lechosas, pronto se vio recorriendo el cuerpo de la chica al lado de la rubia.

Su cuerpo era curvilíneo y hábilmente oculto por su largo y ancho uniforme, sino fuera por la travesura de su amiga, él no se hubiera fijado en ella, con esas ropas era muy capaz de pasar desapercibida. Su cabello negro era largo y tan liso que se asemejaba a una cascada y esa piel tan blanca casi relucía con el sol.

Él rubio se había quedado rezagado pero por ahora eso no le importaba, algo inventaría por llegar tarde, quería deleitarse un poco más con semejante visión. Deseaba ver el rostro de la chica pero esta mantenía la cabeza gacha, avergonzada por las ocurrencias de su amiga.

Hinata sabía que tenía un cuerpo llamativo pero era su decisión no permitir que todos los demás se enteraran de eso. Mientras seguía intentando evitar que Ino le subiera la falda por encima de la rodilla se sintió observada, conocía la sensación y no le gustaba ser el centro de atención.

- ¡Detente ya Ino! ¡Nos están mirando! – Se quejó Hinata.

- Por supuesto que te están mirando – Ino le dio la razón – ¡Tienes unas piernas de infarto y no las usas! – La acusó

- ¡Si el uso, con ellas camino muy bien! – Se defendió Hinata

- No me refiero a eso, quiero decir que...

Ino seguía con su discurso pero al menos dejó en paz el uniforme de Hinata, el tiempo suficiente para encontrar con la vista a quien las estaba observando, muchos simplemente las miraban un segundo y continuaban con su camino, pero él no.

Era un hombre alto y corpulento, no estaba demasiado lejos pero tampoco muy cerca, fue capaz de notar su intensa mirada azul. Un auto paso haciendo que su espejo reflejara algo de luz sobre los mechones rubios y la piel bronceada de quien las observaba. Era un hombre increíblemente guapo aunque algo desaliñado, intuyo que trabajaba en un taller por algunas de las manchas negras de grasa en esos brazos musculosos y debía estar por sus veintes.

Sus miradas se conectaron por un momento hasta que...

- -¡Ino! – Su amiga no ceso en sus intentos, Hinata agradecía profundamente llevar un par de pantalones cortos bajo la falda. La rubia la había levantado por completo, revelando a todo el que pasara la extensión de sus piernas.

- Ese es mi nombre, bien aprendidito que te lo tienes – Ino luchaba contra la risa, no se arrepentía en lo más mínimo – Apuesto que al bombón que estabas mirando le encanto la vista. – Hinata regreso la vista al lugar pero esos ojos azules ya no se encontraban ahí observándola.

- ¡Te odio! – Entonces emprendió camino a su casa con paso acelerado.

- ¡Me amas! – Le grito la rubia quien la seguía de cerca.

Naruto se encontraba de un pésimo humor, una energía pesada que logro ir disipando con el trabajo en el viejo motor Ford que estaba reparando. Su ceño permaneció fruncido por largo rato. Sasuke y su hermano Sai junto a Shikamaru estaban comenzando a creer que realmente no fue una buena idea traerlo a rastras pero el rubio no podía seguir aumentando sus llegadas tarde.

- Déjalo ya Naruto, te invitaremos un cerveza al salir – Shikamaru intentaba alejar la tensión.

- Una no será suficiente – Gruño Naruto. Sus amigos solo soltaron aire, estaban frustrados.

Gracias al Jazz [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora