Capítulo 24. Nuevas emociones

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                                                                                     Think - Aretha Franklin


Nueva Orleans 2018

A veces los recuerdos vienen uno a uno, hay algo, una brisa, un atardecer, una película, una comida puede llevarte de vuelta a ese momento que viviste mucho tiempo atrás y a veces todo aparece como un torbellino atormentando la mente y el corazón con tantas emociones tantas sensaciones que parece fueran a acabar con la cordura, fue así lo que ver a Naruto causo en Hinata.

Hermoso y doloroso, todo al mismo tiempo. El tiempo se tornó una cosa tumultuosa y pesada.

- ¿Hinata? - El tono dudoso en la voz de Ino atrajo toda la atención posible de Hinata, como si fuera una sorpresa que ella vinera tras ella. - ¿Estás bien?

La realidad de la situación comenzó a asentarse, y antes de siquiera saber cómo responder a la pregunta de su amiga notó que no estaba en su habitación sino sentada sobre el viejo piano de su padre. Su padre

-Está bien, convencí a Hiashi de quedarse, le dije que era mejor si venía yo – La tranquilidad de escuchar esas palabras la llenó como el aire a sus pulmones – Se que debí decirte, pero al parecer casarse es un lio y siempre hay un montón de cosas que llenan mi mente, lo que hice y lo que aún me falta, es decir es una locura como... - Ino siguió hablando sin detenerse, la desesperación y la culpa filtrándose en su expresión, entonces se dio cuenta que debía acabar con eso.

- Ino - Trató, pero ella continuó con su diatriba – INO – tampoco funciono –Ey rubia! - eso finalmente lo logró, atrajo su atención - Cálmate, en algún momento iba a suceder, no es tu culpa, yo fui la que actuó como un conejito espantado – Era vergonzoso de reconocer, pero era la verdad – No soy una niña asustada ni una adolescente temerosa del mundo, se supone que soy una adulta capaz o eso creía.

- Lo eres – Hinata le dio una mirada dudosa a su amiga – en serio, lo eres - Ino se tomó un tiempo para continuar, como si estuviera decidiendo que era lo mejor para decir - No esperabas verlo y quiero decir que tu Hinata Hyuga esperabas no verlo nunca, no solo hoy, sé que nunca lo consideraste hasta ahora; lo dejaste vivir en el pasado y terminaste creyendo que solo existía allá - Hinata quiso refutar, pero Ino la detuvo - Y lo sé porque nunca lo has mencionado desde lo que pasó, ni has preguntado por el y porque hoy cuando lo viste en el escenario fue como si hubieras visto un fantasma.

- Demonios, no es justo sabes – Todo lo que dijo Ino golpeó a Hinata con toda la fuerza de la verdad

- ¿Qué no es justo? - La curiosidad se filtró en el rostro de la rubia.

- Que me conozcas tan bien – la diversión de Ino era evidente.

- Y eso no es justo porque .... - No terminó la oración, quería que la completara.

- Porque lo usas en mi contra, sabes a lo que me refiero – Ino lucía más que satisfecha de saber que se encontraba en lo cierto.

- Eres valiente Hinata, mucho más valiente que muchas personas que he conocido - Lo dijo como si no se tratara de una posibilidad sino de una verdad innegable – No me dirás que ahora te asusta enfrentar los fantasmas de tu pasado.

Hinata no respondió, no quería aceptar que enfrentar a Naruto se sentía como algo que estaba más allá de sus posibilidades, no se sentía valiente en ese aspecto, enfrentarlo implicaría abrir heridas y verdades dolorosas. Ino se mordió el labio con inquietud.

- Escucha, no sé qué tan difícil es para ti porque declaraste a Naruto como inmencionable, pero él es importante para Sai, tú eres mi madrina, pero Sai escogió a Naruto como su padrino – La sorpresa fue demasiado para reaccionar – Se que nunca lo consideraste, pero esto no es algo en lo que yo pueda hacer algo, ellos son amigos, la clase de amigas que somos nosotras, tenía mucho miedo de que cuando lo supieras no fueras a la boda.

- Yo nunca haría eso, Ino, jamás faltaría - Estaban unidas de una forma irrompible – sabes que haría cualquier cosa por tu felicidad.

Hinata tragó el nudo que se había formado en su garganta, haría lo que fuera necesario y al menos esta vez estaría preparada para enfrentar a su pasado.

Nueva Orleans 2011

El Mardi Grass se sentía amargo, su madre había dejado caer una verdad demoledora sobre su familia y ahora el aire en la casa Hyuga se sentía pesado, el ambiente tenso y aplastante. Necesitaba una distracción, necesitaba salir; al principio creyó que era mejor no salir, no estaba de humor para la música y la fiesta.

Ino tenía razón, al final una distracción sonaba mucho mejor que encerrarse casa con su dolor. Cuando llamó a la puerta de la residencia Yamanaka por segunda vez ese día su amiga no se mostró sorprendida en absoluto.

- Tengo un par de vestidos que tienes que ver, son las únicas opciones a escoger hoy, es uno de esos o sales como Dios te trajo a este mundo porque tengo unas tijeras que planeo usar si te pones algo soso – Ino no se molestó en detenerse mientras dejaba saber su amenaza que Hinata estaba segura no pensaría dos veces en llevar a cabo.

- Son iguales – Se quejó Hinata, tenía que saber que todo era un truco, aunque debía admitir que no eran una opción ostentosa ni atrevida, aun así, le dedico una mirada a su amiga.

- No son iguales, uno es plateado y el otro lila metálico - el color era toda la diferencia.

- Esto es todo en lo que pienso ceder, no me harás caminar en tacones – Ino asintió como si supera de antemano la reprimenda que iba a recibir, señaló con impaciencia entre los vestidos exigiendo que Hinata escogiera – El plateado.

Nuevamente tenían puestos reservados con los amigos de Naruto, la conversación, el ambiente y la manera en cómo Naruto tocaba mientras no le quitaba los ojos de encima fue emocionante, nuevo y renovador y por esa noche todo se sintió correcto, perfecto.

Ni siquiera se atemorizo al ver que Naruto la alejaba cuidadosamente del grupo mientras se hacía la presentación de los reyes, se detuvieron en un pequeño lugar cubierto ligeramente por las sombras y rodeados de extraños que no les prestaban la más mínima atención, todos se fijaban el escenario en los reyes, pero Naruto solo me miraba a mí y yo solo lo miraba a él.

Supe lo que quería hacer, pero no se atrevía, me hizo pensar en todas las veces que quise algo y no me arriesgue porque no me lo permitía a mí misma, se sentía como un reto hacerlo, me asustó que por un instante me rechazaría, pero al momento que mis dedos tocaron su cabello y su mirada se fijó en mis labios ya no tuve más dudas, lo atraje hacia a mí y permití que sucediera.

El beso se sintió como un alivio, permitió una salida a toda la energía nerviosa que tenían a su alrededor, fuerte intensa, nueva y poderosa, el latido de los corazones se sintió atronador, como una réplica del estruendo de personas que los rodeaban; el aire no se sentía necesario, su sabor y todas esas nuevas sensaciones que se provocaban uno al otro aumentaban, de suave y dulce a exigente y explorador.

Alguien a nuestro lado nos empujó, sin intención, pero su fuerza y sus palabras los fueron sacando poco a poco del beso a la realidad. Entonces lo notaron, la voz no venía de una sola persona sino de la multitud.

- ¡Feliz Mardi Grass!  

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2022 ⏰

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