Capítulo 7. Dolor

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                                                                                               Mad World - Imagine Dragons

Nueva Orleans 2011

Había una infinidad de cosas que Naruto le agradecía a su abuelo, si bien Minato y Kushina eran buenos padres se centraron básicamente en complacerlo, pero no su abuelo, Jiraya era es quien le enseño algunas de las cosas más importantes que se puede enseñar.

Madurar por ejemplo, superarse a sí mismo y más importante, no esperar nada de nadie. Puedes recibir amor, apoyo y ayuda, pero nadie más que tú debería hacerse cargo de tus errores.

Jiraya fue un guía, quien estuvo ahí para mostrarle como podía resolver el embrollo en que se metió a los 18 años, pero no movió un dedo para resolverlo, en cambio Naruto obtuvo consejos sabios, una mano amiga y un hombro sobre el cual llorar.

Lo hizo crecer como persona, madurar, ser un adulto y nunca se cansaría de agradecerle esas valiosas lecciones a su abuelo. Entre ellas su pasión, tocar la trompeta. Desde que tenía memoria tenía una trompeta en sus manos y era el más valioso y preciado de sus objetos.

Tocar las fuertes, brillantes y dolorosas melodías del Jazz y el blues. La extraordinaria música de grandes artistas antes de él, eso era lo que Naruto deseaba para sí mismo, esa fama, ese legado, ser toda una leyenda de la música, que su estilo, su voz y sus notas resaltaran en la historia y lo destacaran por su talento y no por de quien era hijo o nieto...

Observo el viejo y más sombrío cementerio que había conocido, el cementerio ventral de Nueva Orleans, tomó aire y entro a paso lento, pero no traía flores, en su lugar llevaba consigo la botella favorita de coñac de su abuelo. No es que fuera un alcohólico pero tampoco fue lo que se dice un santo y sus vicios le habían cobrado factura hacía ya tres años.

Antes de vaciar la copa de coñac sobre su tumba y dedicarle su canción favorita en su trompeta recordó las últimas palabras que le había dedicado su abuelo.

- Busca la felicidad y cuando la encuentres aférrate a ella, lucha y no la dejes ir – Sus ojos se humedecieron ligeramente.

Más que una lección para la vida de su nieto eran palabras de arrepentimiento, oculto entre sus palabras está pidiéndole que no cometiera sus mismos errores, y Naruto lo sabía. Su abuelo se había dejado deslumbrar por la fama que consiguió, cambio todo por un estilo de vida escandaloso, ni siquiera noto cuando perdió lo más importante para él, y al final ese estilo de vida fue a lo que se aferró hasta el final de sus días.

Vacío la copa sobre la tierra en la que descansaba su abuelo y comenzó con la vieja tonada, esa que había compuesto para su esposa, la mujer que amo y la mujer que perdió, Tsunade Senju, su abuela. Tomo aire en medio de la melodía y continúo hasta terminarla.

Se limpió una lágrima rebelde y se esforzó en esbozar una sonrisa.

- Hola viejo.- Miro con añoranza la tumba tratando de imaginar el rostro de su abuelo en lugar de la lámina gris de cemento - La abuela está bien, es incluso más terca de lo que era antes. Te extraña todos los días, al menos los días que la veo, pero sabes cómo es, te quiere, pero no va a aceptar que lo hace y mucho menos lo mucho que te extraña, pero te aseguro que así es.

Se sirvió una copa de coñac para sí mismo y continuo

- Mamá y papá aún no están de acuerdo en lo que estoy haciendo, siguen depositando dinero en mi cuenta cada semana, pero no he usado un solo centavo.

Se tragó el contenido ámbar de la copa e hizo una mueca por la quemazón en su garganta.

- Sabes lo que opino de eso, seria obtener todo de ellos otra vez. No estoy dispuesto a ser un mantenido ni un niño mimado de nuevo. Si tengo éxito o fracaso quiero que sea por mis propios méritos.

Gracias al Jazz [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora