Capítulo 19. Conexiones

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                                         Honey - Aretha Franklin

Nueva Orleans 2011

- El lugar no da abasto – Se quejó Hinata. No podía dar un paso sin chocar con alguien.

- Deja de quejarte, solo busquemos a tu chico, encontraremos un sitio – Lo cierto es que no podía ver mucho entre la multitud.

- No es mi chico

- Querrás decir que aún no lo es. Es un músico, hay que empezar por el escenario – Ino dándose cuenta de ese hecho empezó a empujar a la gente alrededor para adentrarse más en el lugar

- Oye espera Ino ¿Ese no es Shino?

La rubia se detuvo, de hecho el chico en la barra era Shino. Su mirada siguió examinando caras conocidas alrededor, muchos chicos con los que asistían a la escuela estaban ahí.

- Y tu madrina creyendo que Kakashi no les vendería a menores de edad – Negó con la cabeza divertida – Tal vez la licencia de conducir le parece suficiente, no puede creer que realmente todos estos chicos tengan más de 21.

Hinata no tuvo tiempo para debatir lo que decía su amiga porque de repente estaba siendo arrastrada por todo el lugar, hasta llegar a donde se encontraba Shino, cuando llegaron a su lado aun no podía creer que era él, se había ido hacía ya un año y al parecer había vuelto sin decirle nada. Shino pareció sorprendido por un momento, no era fácil de leer.

- ¿Mi pequeña Hinata se ha vuelto una chica mala? – El tono acusatorio, casi divertido le hizo abalanzarse sobre él, no con buenas intenciones, quería golpearlo por irse y por volver y no aparecerse.

- ¡Tú, imbécil! ¿Dónde has estado? – Era raro sentirse enojada con un amigo, casi doloroso, la ira le aguo los ojos. Ino también se sorprendió con su arrebato.

- Volví. Es lo importante ¿No? – Refutó su amigo.

- Bueno si pero...- Hinata negó, la idea de forzar a Shino para que hablara era una pérdida de tiempo. Nunca decía más de lo que quería decir. Suspiró – Me alegra que regresaras

Un ligero escalofrió la recorrió a sus espaldas, unas manos masculinas la envolvieron desde atrás.

- Vaya Shino – Hinata reconoció la voz al instante - ¿Cómo conoces a esta bella chica y porque no la habías traído antes?

- La conoces – Fue todo lo que dijo Shino.

- ¿Se conocen? – La pregunta salió algo temblorosa de los labios de Hinata. Ino mientras tanto parecía estar muy feliz con toda la situación.

- Tocamos juntos – Naruto se ubicó a su lado pero una de sus manos permaneció en la cintura de Hinata como un gesto posesivo – Me alegra que vinieras.

Shino observo a ambos, estaban sonriendo y mirándose como si no hubiese una sola cosa más interesante a su alrededor, como si todo el mundo se desvaneciera. Una ligera sonrisa se formó en sus propios labios.

- Sabes Shino – le susurro Ino – Es bueno verte sonreír a veces, incluso cuando tu sonrisa asusta un poco.

- Es bueno ver a Hinata rompiendo sus propias reglas – Eso hizo sonreír a Ino también. Lamentablemente tenía que romper el momento – Naruto, debemos volver al escenario.

Nueva Orleans 2018

- No me gusta esta ciudad Naruto – Lo cierto es que al rubio le importaba lo más mínimo lo que opinara Shion de Nueva Orleans. Él estaba feliz de regresar.

- Es la cuna de nuestra música y herencia – Le explicó – Si no te gusta bien podrías dejar de cantar al ritmo del jazz y el blues.

El pelirrojo observo la escena, Shion bien podría ser la única infeliz por encontrarse donde estaban. Sin embargo para él, Naruto y Shino era como regresar a casa. La música era el aire de la cuidad y para músicos como lo eran ellos, era verdaderamente revitalizante.

- ¿A qué horas debemos estar allá? – Pregunto Shino.

Lo cierto es que él también quería saber eso, deseaba pasar algo de tiempo con sus hermanos antes de la presentación. Temari de hecho estaba embarazada y pronto estaría en labor de parto. Shikamaru había estado bromeando acerca que el niño nacería en pleno Mardi Gras, esperaba que no fuera así pero ya tenía a todo el mundo de los nervios con su chistecito.

- ­Yo diría que a las 9pm estaría bien, se supone que debemos recibir a los reyes y tocar hasta el fin del Mardi Gras – Miro la hora, era temprano de hecho, si se apresuraba a la calle canal alcanzaría a ver algo de los desfiles.

Todos se marcharon, excepto Shion claro, decir que la chica era pegajosa era decir poco. Cuando estuvo a punto de escaparse, lo atrapó.

- No vas a dejarme sola en este hotel espeluznante ¿verdad? – Naruto sonrió, no estaba dispuesto a hacer turismo con la asustadiza de Shion.

- Pasare el día en el cementerio, creo que preferirías el hotel – Era cierto que pasaría por el cementerio, sin embargo no se quedaría mucho tiempo pero eso no se lo diría a la chica.

- Mientes – Lo acusó con una mirada de desconfianza. – Quieres asustarme.

- La muerte es muy apreciada y respetada por todos en la región – Le explicó. Ninguna palabra era mentira – Si quieres puedes seguirme – Se encogió de hombros y atravesó las puertas del hotel.

Camino un tramo, no queriendo conducir y arriesgándose a ser descubierto, agradeció que el tiempo aun fuera fresco y que calor no sería muy intenso en esas fechas, y aun así la ropa los asfixiaba un poco.

Naruto pensó que era curioso, había pasado mucho tiempo en Nueva Orleans antes de siquiera conocer a Hinata y tenía muchos recuerdos de la cuidad, como sus comienzos, los primeros toques en los bares, el taller de sus amigos, amigos que no veía hacia un buen tiempo, incluso de una aterradora ocasión en la que cayó a un tramo del rio y casi se ahoga, pero Naruto no estaba pensando en ninguno de esos recuerdos.

Mientras cruzaba las calles y veía los negocios, ni siquiera podía notar los cambios de los años, en su mente era una calle que había recorrido de su mano, era el viejo negocio de helados al que la había llevado en una ocasión. Todo lo que siempre podía ver en Nueva Orleans era a Hinata aunque ella no estuviera en la cuidad o a su lado.

- Está en la cuidad – Se corrigió en un susurro.

Su pecho se estremeció, el impulso de ir en su búsqueda como un loco de amor era muy tentadora.

¿Qué haría cuando la viera? Esa pregunta era lo que lo detenía, quería verla pero sabía que no vería a la joven Hinata de 19 años así como ella tampoco vería al Naruto que había sido a los 22 años.

Tal vez lo odiaría, incluso si se disculpara y no sabía por dónde empezar.

Se preguntó que tanto había cambiado con los años, sería más hermosa decidió.

- ¡Naruto! – El rubio maldijo en voz baja, no quería ver a Shion. Siguió caminando hasta que ella lo alcanzo.

Solo mirarla lo hacía sentir culpable porque esa era en realidad la única razón por la que la había contratado, su rostro tenía una semejanza a Hinata.

La extrañaba, desgarradoramente y el sentimiento fue insoportable hasta que la vio en las audiciones por la voz del grupo, tenerla cerca no era más que un consuelo vació y lo sabía.

Siguió avanzando, decidido a pasar el día entero en el cementerio con tal de alejarla porque sus miradas hacia ella habían despertado sentimientos en Shion que Naruto no podía corresponder.

La quería como un ligero recuerdo a quien no era ella, no era Hinata

Gracias al Jazz [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora