Capítulo 9. Sin buscarlo

139 29 4
                                    


Houston 2006

- ¿Te duele? – Preguntó Toneri visiblemente preocupado. Ino desvió la mirada, ella conocía bien la respuesta.

¿Qué si le dolía? Estaba intentando no enfadarse con él, después de todo era quien menos había estado en el hospital y obviamente no sabía mucho sobre el tema ¡¿Qué si le dolía?! ¡Por Dios! Su vida entera era de puro dolor, no había un centímetro de su piel del que no fuera consiente. Tenía marcas de agujas en cada parte de su cuerpo, incluso los médicos habían llegado a pinchar los dedos de sus pies en espera que se recuperara un poco de las intravenosas que tenía en sus manos ¡¿Y él estaba preguntando si le dolía?!

Si no fuera por EICH ya estuviera en casa, en lugar de eso ya llevaba dos meses en el hospital con inmunodepresores. Era como si su cuerpo se burlara de sus intenciones, ahora que quería retomar la lucha y vivir, el propio trasplante estaba tratando de acabar con lo poco que quedaba de ella, la células atacaban su cuerpo enfermo creyendo que el mismo cuerpo era una enfermedad que destruir, lo cual en cierto modo era verdad.

Tomo aire y a fin se sintió en capacidad de darle una respuesta a su nuevo amigo.

- Estoy bien - Había estado mejor antes sin embargo, algún momento que recordaba borroso de su infancia en el que no estaba enferma.

- No es cierto – Toneri frunció el ceño, y un momento después se levantó – Le diré a papá que estas sufriendo, él debe darte algo.

- ¡No! – No entendía de donde había sacado las fuerzas para negarse pero el grito fue eficaz.

- ¿Por qué no? – Porque sabía perfectamente que iba a darle, iba a dormirla y era lo que menos quería.

- Estoy bien en serio – mintió descaradamente – Solo me molestan los pinchazos.

Tal vez era por todo lo que había vivido, pero se sentía vieja cerca de Toneri, parecía un niño consentido, queriendo solución a los problemas si le molestaban incluso cuando no eran sus propios problemas. Lo cierto era que Toneri no era estúpido, era un año mayor que ella de hecho, pero sabía muy poco de los procedimientos médicos y el dolor y miedo que le producían a Hinata. Era algo irónico siendo su padre un médico.

- Déjalo, Toneri – Intervino Ino, salvándola de una nueva discusión para la que no tenía fuerzas – Si Hinata necesita algo, ella nos lo dirá.

Toneri asintió aunque no muy convencido. Hinata le dirigió una mirada de agradecimiento a su amiga y regreso su vista a donde estaba Toneri, no había querido ser muy dura, después de todo la preocupación era algo que se notaba en sus ojos y también lo agradecía, pero lo cierto es que esa vez no tuvo otra opción.

Más tarde le explicaría sus razones. Para Hinata era preferible algo de dolor que la ausencia de consciencia, la nada era aterradora. El dolor en cambio le recordaba que seguía viva.

Nueva Orleans 2011

Hinata agradeció la preferencial ubicación de su casa, tan cercana al rio Mississippi en especial al Woldenberg Park, no había sitio mejor para pasar las vísperas del Mardi Gras. Había música, baile, comida y paseos cortos en tramos del rio.

Hana había salido sin avisar a nadie y Dios sabrá donde, en realidad nadie estaba preocupado al respecto después de lo ocurrido, incluso Hanabi se notaba bastante enojada con su madre. Hiashi por otro lado no podía abandonar el club ni un segundo, era casi Mardi Gras. Entre el lunes y el martes de Mardi Gras, el club Hyuga tendría mucho movimiento

Era libertad lo que se respiraba en el aire, mientras estaba sentada en la manta con Ino, Neji, Hanabi, Kiba y Tenten, disfrutando solo estar sin hacer nada más que comer y mirar los alrededores. Solo personas, gente común y corriente riendo sin motivo, simplemente divirtiéndose. Nada de silencio y frio hospitalario.

Gracias al Jazz [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora