XIV

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Minho

—Minho, ya casi me tengo que ir a recoger a Felix, ¿quieres venir con nosotros?

La voz rasposa de Changbin hace que me despierte. Aún con los ojos un tanto cerrados reviso mi celular y marca las 6:17 A. M. Así que sabiendo que me tengo que levantar, me siento en la cama pero solo soy capaz de mirar el zapato que está cerca de la puerta.

—¿Minho? ¿Aún no has despertado? —Las palabras de Changbin van acompañadas de pequeños toques a la puerta.

Eso hace que vuelva un poco más a la realidad y mis ojos dejen de cerrarse.

—Mmm, sí —digo aún ronco por las horas de sueño—, ¿puedes darme 10 minutos?

—Claro, pero que no sean más de 10 minutos —dice y se escuchan sus pasos cuando se aleja.

Sé que podría tomar el metro y así no tendría que apurarme, pero no tengo ganas de ello. Anoche por fin pude tener mis 8 horas de sueño después de casi 3 semanas y aún así me siento muy cansado.

Tomo unos pans negros y una camiseta del mismo color, me pongo unos tenis blancos y acomodo un poco mi cabello. Por suerte ayer tomé una ducha, aunque preferiría poder bañarme en la mañana, pero ya están por terminarse los 10 minutos que Changbin me dio y sé que no me esperara por más tiempo.

Salgo del cuarto y Changbin está esperando sentado en un sillón con su celular en las manos, al parecer se está texteando con alguien, Felix, supongo.

—Ya estoy —anuncio y me mira sorprendido.

—Lo hiciste —dice—. Te arreglaste en menos de diez minutos. —Lleva sus manos a su cara y abre la boca, haciendo una cara de sorpresa que lo hace ver chistoso.

—Sí —digo con obviedad—. ¿Qué hay de especial en eso?

—Que ahora debo pagar una cena por tu culpa.

—¿Enserio Felix y tú apostaron sobre eso? —Dios, parecen niños.

—¿Sí? —dice con vergüenza—. Pero ese no es el punto, no cambies el tema. Tendré que pagar esa cena —dice mirándome molesto.

—Pero ese no es problema para ti Changbin, lo haces siempre que sales con él. —Tomo las llaves y se las lanzo, las cuales atrapa ágilmente—. Vamos, llegaremos tarde por tus berrinches.

Abro la puerta y le doy una última mirada, me está mirando ofendido y no puedo más que sonreír mientras salgo por la puerta.

**

Cuando entro al salón no hay muchos compañeros, sin embargo, Chan y Lara ya están en sus lugares.
Prefiero no mirarlos mientras me dirijo al fondo del salón.

En parte porque no quiero incomodar y también porque no creo poder mirar a la cara a Chan después de la charla con Seungmin ayer. Tengo miedo de mirarlo y confirmar algo que no quiero saber.

Sin embargo me permito darle una mirada fugaz, lleva una camisa roja y la verdad le queda muy bien.

Me siento y saco mis cosas. Me dedico a garabatear cosas sin sentido mientras espero a que el profesor Hernández llegue. Hoy es jueves, por lo que nuestra primera clase es la de español.

Después de unos diez minutos y después de haber llenado toda una hoja con dibujos de gatitos (ni siquiera sé por qué dibujé eso), nuestro maestro bajito y de piel canela entra por la puerta y comienza la clase.

—A ver chicos yo sé que cada una de las clases que toman son obligatorias y que probablemente no encuentren nada de bueno o útil en alguna de ellas —dice el maestro y todos reímos. Yo porque es exactamente lo que pienso sobre la clase de matemáticas—. Sin embargo, quiero que hagan un esfuerzo y me digan por qué les gustaría aprender español.

Varios comienzan a quejarse. El maestro pone un dedo en su boca indicando silencio y todos se callan.

—No está a discusión chicos —dice y sonríe—. Y para que se les quite, tendrán que presentarse también. Todo en español.

Otra ola de quejas se escucha en el salón. Yo no me uno porque estoy lo suficientemente nervioso como para hacerlo. Soy un asco en lenguas extranjeras.

—Ya, ya, chicos —dice ahora serio—. Y dado que sé no habrá muchos voluntarios, yo elegiré quién participa.

Y ahora todos en el salón guardamos silencio mientras vemos cómo el maestro mira la lista de alumnos. Mis manos están sudando y puedo ver a otros más en el salón mordiéndose las uñas o moviendo con nerviosismo el pie.

—Mi primera víctima —dice el maestro y nos mira. Lo cual nos hace ponernos más de nervios, y que le hace gracia porque se ríe—. Bang Chan —anuncia y varios compañeros dejan salir el aire que estaban conteniendo.

Pero yo no. Porque por alguna razón me siento tan nervioso como si el maestro me hubiera elegido a mí.

Chan se pone de pie y puedo observar su espalda, pero él no luce tenso.
Ah, él siempre tan confiado de sí mismo. Me percato que Lara lo está mirando con una sonrisa en los labios y eso me molesta.
Así que dejo de mirarlo y ahora concentro mi atención al pizarrón, en parte también porque sé lo mal que se siente que todos te vean mientras participas.

—Lo estoy esperando señor Bang —dice el maestro mirando al de cabellos plateados verdosos.

—Sí... —dice Chan y cuadra su espalda como tomando valor—. Me llamo Chan —guarda silencio mientras piensa en lo siguiente que dirá—, me gustaría... ¿aprender? —Pregunta no muy seguro pero el maestro asiente—. Me gustaría aprender español porque me parece ¿uno lenguaje muy sexy? —termina y el maestro sonríe. Algunas risas se oyen por el salón.

Su voz al pronunciar aquellas palabras cambió, sonaba más profunda, más llamativa. Y eso bastó para que sintiera una corriente eléctrica por todo el cuerpo que finalmente fue a dar a mi entrepierna. Y agradezco mentalmente el estar al fondo de la clase y el que nadie tomara asiento a mi lado.

—Muy bien Chan, felicidades. Solo como corrección, es una lengua. —Chan asiente y después toma asiento.

Después de eso el maestro elige otros 3 compañeros al azar y por suerte yo no soy uno de ellos.





Quería agregar esto porque yo casi me muero cuando vi que Chan lo dijo en un fansing. xd

Baby Boy ✓ MinChan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora