XVI

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Minho

Es viernes y nuestra clase ya ha comenzado. Pero no puedo concentrarme porque ni Chan ni Lara han llegado. Incluso alguien más ya ha tomado sus lugares.

El hecho de que ambos no hayan llegado aún, me hace pensar en que estén juntos ahora mismo o que piensen no venir a clases para hacer cosas en las que prefiero no pensar.

Sacudo mi cabeza e intento alejar aquellos pensamientos, porque a parte de que me molesta la idea, también he de aceptar que son libres de hacerlo.
Estoy sumergido en mis ideas cuando me doy cuenta que alguien toma asiento a mi lado. Levanto la mirada listo para decirle que se largue a quien sea que se le haya ocurrido sentarse junto a mí, pero me congelo cuando veo que es Chan.

—¿No te molesta que me siente aquí verdad? —Me sonríe y no puedo evitar dirigir mi mirada a sus labios, pero la aparto rápido.

—¿No le molesta a Lara? —pregunto en su lugar.

—¿Por qué le molestaría? —¿Tal vez porque es tu novia, idiota? Pienso, pero no lo digo—. Además, hoy no viene así que no hay problema con ella.

—Ah ya. ¿Entonces soy la segunda opción? —Me mira confuso y me doy cuenta de lo mal que sonó eso—. Como compañero de asiento, me refiero.

—No... pero como te podrás dar cuenta hoy llegué tarde y mi lugar ya estaba ocupado. Aunque si quieres puedo buscar otro lugar.

—No —digo antes de que se vaya a levantar—. Puedes quedarte aquí.

Asiente y se dedica a sacar sus libros. Y a hacer el trabajo que la maestra dejó para la clase.
Trabajo que por cierto, estoy seguro, estoy haciendo mal. Pero es que, ¿cómo puedo concentrarme teniendo a Chan junto a mí? En repetidas ocasiones me encontré mirándolo de reojo.

Y cada vez que lo hago no puedo evitar pensar en las palabras de Seungmin.

En las siguientes clases las cosas son iguales, hablamos sobre los temas o los trabajos de vez en cuando y yo sigo mirándolo.

**

Chan

A la hora del receso me despido rápidamente de Minho y me dirijo a la cafetería. Cuando llego a la mesa habitual que solemos usar, Jeongin y Jisung ya están allí.
Me siento frente a ambos y los miro muy serio, por lo que ambos se miran como preguntándose qué pasa.

—Hoy no vamos a comer aquí —digo finalmente.

—Ah no, hermano, no pienso volver a comer en el baño —dice Jeongin. Jisung y yo nos partimos de la risa.

—¿A qué te refieres? —pregunta el peliazúl cuando por fin es capáz de parar de reír.

—Es que comeremos en la mesa de Felix. —Me miran con el seño fruncido—. Ellos nos invitaron.

—¿Pero que no en esa mesa está Minho tu crush que al parecer te odia? —pregunta Jisung sin comprender.

—¡Él no es mi crush!

—Hermano, hace unos días no dejabas de mandar mensajes sobre lo fascinante que era su voz y... —Lo miro suplicando que pare—. Está bien no diré más.

—Pero deberías aceptar que te gusta —dice el de dentadura de metal y siento mi cara arder.

—¿Ves?, hasta el niño se dio cuenta —dice Jisung aún con comida en la boca.

—No soy un niño, hermano —dice un muy serio Jeongin y su rostro da un poco de miedo, por lo que el peliazúl se mueve un poco lejos de él.

Me río por lo fácil que es asustar a Jisung, por la mirada de Jeongin y porque aparentemente lo de hermano/hermana se a vuelto algo especial entre nosotros.

—¿Entonces vamos a ir con ellos o no? —pregunto y ya no estoy de juego.

—Sí, vamos —dice Jisung poniéndose en pie—.
Vamos Jeongin hay que ayudar a esta pobre alma a conquistar a su chico.

Ruedo los ojos, pero finalmente me pongo en pie y me encamino a la mesa en donde se encuentran Felix, Changbin y Minho.

Estoy por dirigirme hacia el lado de Felix y Changbin, pero Jisung y Jeongin se me adelantan tomando así todo el lugar, por lo que no me queda más remedio que sentarme junto al pelinegro más alto. Intento actuar normal aunque por dentro estoy nervioso, como lo he estado todo el día.
Sentarme a lado de Minho no me es fácil, su presencia me pone nervioso y sobre todo es malditamente difícil quitar mi mirada de él, pero me obligo a ello.

—No crean que los estoy corriendo —habla el de voz rasposa—. ¿Pero por qué se sientan con nosotros? Es decir, llevan más de dos semanas apartados y... —La mirada que le dirige el pecoso lo hace callar.

—¿Qué no se supone que ustedes nos invitaron? —pregunta Jeongin mirando a todos, pero sobre todo a mí.

—Mmm, no que yo recuerde —dice el rubio—, pero no hay problema en que se sienten aquí. En realidad está bastante bien.

—¿Nos mentiste? —El peliazúl me dirige una mirada acusatoria.

—No, en realidad sí hubo invitación —dice Minho–. Yo los invité.

Todos en la mesa nos quedamos callados mirando al pelinegro. Changbin, Felix, Jeongin y Jisung porque probablemente no esperaban que la invitación fuera de Minho, y yo porque él pudo haberme dejado quedar como un estúpido pero no lo hizo.

—No se queden callados, no muerdo —dice Minho y sonríe.

—No, el solo ladra —bromea Changbin y todo nos reímos.

Después todos comenzamos a comer, hablar y bromear. El ambiente que se crea es agradable, y me sorprende el darme cuenta de que todos nos llevamos bien y de alguna manera encajamos.

Baby Boy ✓ MinChan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora