Minho
—Minho, ¿estás ahí dentro? —La voz de Changbin y unos golpecitos en la puerta hacen que abra los ojos y... ¡rayos!, fue mala idea. El sol entra por la ventana y causa que mis ojos ardan.
Los golpes en la puerta se intensifican y mi dolor de cabeza aumenta, ayer tuve que haber tomado demasiado.
—Estoy aquí, Changbin. ¡Maldición, baja el volumen!
—Perdón, solo quería asegurarme. Ayer no te encontramos por ningún lado y no contestaste el celular, quería ver que habías llegado bien.
¿Qué? ¿Ayer no había vuelto con Changbin y Felix? Realmente tuve que haber estado pasado de copas si ni siquiera recuerdo eso.
—Pues ya ves que sí —digo. Dios no quiero que haga más preguntas, porque realmente no tendría respuestas.
—Vale, me alegro. Yo voy a salir con Felix a desayunar, pero la nevera está llena así que prepara algo para ti, toma mucha agua.
—Sí, mamá —digo aún con los ojos cerrados y sin querer moverme, marearse está de la mierda.
Escucho pasos, el sonido de unas llaves y finalmente una puerta cerrarse. Intento volver a conciliar el sueño, pero no puedo.
Cuando abro lo ojos de nuevo intento acostumbrarme a la luz. Mi celular marca las 11:30 A. M. y sé que me tengo que levantar. Mala idea, no sé porqué pero un dolor sube desde mi trasero hasta mi espalda baja y sentarme me cuesta un infierno.
Mierda, claro que sé a qué se debe. Mierda, mierda, mierda... No lo hice, ¿cierto? No pude estar tan tomando.
Pero sí estaba jodidamente borracho y vuelvo a recordar los brazos fuertes y mis manos enredarse en los cabellos castaños, y un cuerpo sobre el mío. Aún puedo sentir el roce de las pieles desnudas, pero todo son pequeños fragmentos y sigo sin recordar su rostro.
Maldición... Ayer tuve sexo, mi primera vez. Con alguien que no recuerdo y que no conozco.
Alguien que es un chico.
**
Durante todo el domingo intento recordar qué mierda pasó en ese bar, pero mi mente no ayuda. Nada. Excepto los pequeños fragmentos que tengo de la noche anterior, no puedo recordar otra cosa.
Llevo pensando tanto en esto que no me doy cuenta cuando ya ha oscurecido y Changbin está entrando por la puerta principal.
—Hey, pensé que seguirías durmiendo.
—Ni que durmiera tanto, Changbin —digo a la defensiva.
—Lo haces, amigo. ¿Cómo va la resaca?
—Bien, supongo.
Changbin lleva mirándome de manera extraña desde que entró, sé qué quiere preguntar y rezo porque no lo haga.
—Minho... ¿Estás bien? Te ves raro, tienes esa cara de confusión igual que en clase de matemáticas. —Seo se ríe de su propio chiste.
—¿Y cómo sabes eso? Nunca me has visto en clase de matemáticas. Y sí estoy bien.
—Ajá... ¿Vas a decirme en dónde estuviste anoche? ¿O con quién? —Pone esa sonrisa pícara y juro que quiero quitársela de un golpe.
Pero no lo hago porque a fin de cuentas sé que así es Seo Changbin. El muy cretino se hace pasar por un chico oscuro, pero la verdad es que es el compañero de cuarto más tierno y entrometido que haya tenido nunca.
—No es asunto tuyo, no tengo porque darte explicaciones.
—Que aburrido eres, yo solo estoy preocupado por ti. Pero de cualquier forma te aseguro que ayer tuviste sexo y por eso no lo quieres hablar conmigo.
La palabra "sexo" es suficiente para que comience a ahogarme con el agua que estaba tomando, esta se me va a la nariz y termino escupiéndola en el sillón que estoy sentado.
Changbin se ríe de mí.—Eso es un sí —dice con cara de suficiencia y se dirige a su cuarto—. No te preocupes Minho, guardaré tu secreto.
Le aviento un cojín, pero alcanza a cerrar su puerta y este cae al suelo. Dios, no parará de molestarme con eso.
**
El lunes por la mañana suena mi alarma muy temprano, me encantaría estrellar mi celular en la pared pero eso sería como un suicidio, no puedo vivir sin mi celular. Así que sin más remedio me levanto y me alisto para ir a la universidad.
La verdad preferiría no ir, aún sigo sin tener la mente clara y sé que no pondré atención a las clases, pero pronto serán los exámenes y no puedo darme el lujo de faltar.
Cuando salgo de mi recámara ya listo para irme, Changbin no está por ningún lado, pero eso es normal porque siempre recoge a Felix.
Yo por mi parte tengo que tomar el metro que me lleva a la universidad. De paso me compro un café y eso me ayuda un poco a despejar la mente.
El instituto pasa de manera normal, al igual que en toda la semana. Todo está igual, excepto yo. Me siento extraño, sigo pensando en aquel chico e intentando recordar, pero no, ninguno de mis intentos o esfuerzos hacen la diferencia.
El fin de semana es igual, me dedico a mi tarea y a pensar. Esto de pensar y vivir con la duda es verdaderamente cansado...
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Baby Boy ✓ MinChan
أدب الهواةMientras bailaba sentí unas manos tomar mi cintura y un pecho rígido pegarse a mi espalda, en otro momento tal vez hubiera empujado a la persona en cuestión lejos, pero mi cuerpo ya había cedido ante el alcohol. No sé cuántas canciones más bailamos...