XXXI

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Chan

Son casi las nueve de la noche cuando me llega el mensaje, así que tomo el celular.

LA-RAra
¡¿Me estás diciendo que tú
y Minho se besaron?! 😱

LA-RAra
¿De verdad sucedió? 😭🖤

Miro el nombre con que tengo guardado su número y sonrío, definitivamente le hace justicia a la personalidad de Lara, ella a veces es demasiado rara, me pareció un buen juego de palabras para su contacto.

En la tarde le escribí absolutamente todo lo que pasó ayer, pero apenas está contestando a mi mensaje.

CHAN
Sí, eso sucedió.

No puedo evitar sentir cosquillas en mi estómago y un cálido sentimiento. Sigue siendo tan surreal lo que pasó.

LA-RAra 👑
¿Y ahora qué? :O ¿Te le vas a
declarar cierto? 😏

Estoy por contestar cuando varios golpes fuertes se escuchan en la puerta. Bloqueo el celular y me levanto de la cama.

Los golpes siguen hasta que llego a la puerta y la abro molesto.
O al menos lo estoy hasta que veo quién es la persona que hacía semejante escándalo.

—¿Minho? ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien? —Mi sorpresa está presente en cada palabra.

Él está recargado en la pared.

Le doy una mirada rápida. Lleva el cabello despeinado y tiene los labios mojados, trae un pantalón y una camiseta negra acompañada de una chamarra del mismo color, su ropa también está un poco empapada. Luce malditamente bien, pero algo en especial llama mi atención.

En la mano que no queda atrapada entre su cuerpo y la pared lleva una botella de alcohol. No sé de qué tipo, pero es grande y está casi a la mitad de llena.

—¿Puedo... pasar? —arrastra las palabras.

Asiento y entonces hace ademán de entrar pero se tambalea y a penas tengo tiempo de sostenerlo.
Comienza a reírse como desquiciado y sé que algo no anda bien.

—Has estado tomando —le digo poniendo su brazo por sobre mis hombros.

—¿Tal vez? —Vuelve a reírse demasiado.

Lo miro y su cara se ve simplemente normal. Pero apenas puede mantenerse en pie y apesta a alcohol.

A tropezones lo llevo hasta mi cuarto y antes de que sea capaz de dejarlo en la cama, se cae estrepitosamente en el piso. Lo miro confuso.
Se arrastra hasta poder recargar su espalda en el latera de la cama.

Está por dar otro sorbo a la botella, pero soy más rápido y se la quito.

—Mejor te traeré agua —digo mientras salgo a la cocina y lo escucho soltar un suspiro.

No, definitivamente algo no anda bien. Dejo la botella y lleno un vaso con agua el cual llevo al cuarto.

Minho hace señas para que me siente a su lado. Así que le hago caso y ahora estamos hombro con hombro, le paso el vaso con agua, el cual acepta, a mi gusto, demasiado rápido.

—Gracias. —Le da un sorbo al vaso y me sonríe.

—De nada —digo y vuelve a reír.

—Te ves muy bien —Me mira fijamente, a mis labios más específicamente.

Me sonrojo pero soy incapaz de despegar la vista de él.

—Me encanta tu cabello, ¿te lo había dicho? —Niego—. Pues así es. También tus labios y tus hoyuelos cuando sonríes —dice.

Arrastra demasiado las palabras e incluso hipa. Ahora me estoy riendo de él, porque simplemente no puedo evitarlo.

—Bueno, gracias —digo aún riéndome.

Al principio su cara es de confusión, pero después se une a mis risas, solo que las suyas son más estruendosas, más falsas.

Deja el vaso a un lado y cambia su posición para poder verme mejor. Ahora está con su brazo recargado en la cama.

Me mira mucho tiempo como decidiendo algo. Cuando me giro dispuesto a preguntarle de qué va todo esto, aprovecha para poner su mano sobre mi pómulo y tiemblo ante el cálido toque.

Sus mano va subiendo hasta situarse por detrás de mi cabeza, en mi nuca.

—¿Qué haces? —pregunto, pero él no hace más que relamerse los labios.

Entonces entrelaza los dedos en mi cabello y lentamente me acerca a él. Y así de repente estamos besándonos de nuevo. Al principio es un beso tierno, pero entonces él comienza a mover sus labios más apasionadamente.

—Minho... —advierto cuando me da un poco de espacio para tomar aire.

—Mmm, no te detengas —sus palabras son arrastradas por su lengua.

Entonces vuelve a poner sus labios en mi boca y esta vez soy incapaz de no responderle con todo lo que tengo.

Muevo mis labios al ritmo de los suyos que son hambrientos.
De repente y sin previo aviso, en un movimiento rápido Minho se sube a mi regazo.

La nueva posición le da más acceso a mi boca, su lengua de abre paso entre mis labios y el beso se convierte en una batalla por tener el control sobre la lengua contraria.

Siento mi cuerpo ardiendo y al igual que Minho necesito aquello, pero me obligo a mí mismo a alejarlo.
Al principio me mira desconcertado, pero después va a por mi cuello.

Comienza a dejar besos húmedos, a veces incluso da pequeños mordiscos. La cabeza me da vueltas, pero intento concentrarme.

Y entonces entiendo qué va mal.

Lo tomo por la cintura esperando que se detenga pero no lo hace.

—Minho... —vuelvo a decir aunque mi voz ahora es menos audible.

—¿Mmm? —Sigue haciendo lo suyo en mi cuello.

—Oye, quiero esto tanto como tú —digo y siento su sonrisa contra mi piel—. ¿Pero puedes dejar de fingir que estás borracho? —Sus labios se detienen súbitamente.

Aprieto un poco más su cintura para que mire, pero sigue con la cabeza escondida en mi cuello.

—Eres muy mal actor, cariño —digo en su oreja y el tiembla.

Por fin se aparta, pero rápidamente lleva sus manos a su cara. Está avergonzado y juro que ahora mismo es la persona más tierna y sexy que he visto en mi vida.




Qué intenso... 😂😂

Baby Boy ✓ MinChan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora