XLVIII

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Chan

Despierto entre los brazos de Minho, no me quiero mover para no incomodarlo, así que permanezco un buen rato así, escuchando los latidos de su corazón y sintiendo su respiración en mi frente.

A pesar de ser una mañana soleada el clima se siente fresco, por lo que el calor de sus brazos me viene de maravilla.

Después de un rato por fin se mueve un poco, logro salir de entre sus brazos y me pongo a su altura. Cuando abre los ojos nos miramos directamente y me regala una hermosa sonrisa adormilada.

—¿Llevas mucho tiempo despierto? —Su voz aún está ronca por el sueño.

—La verdad no lo sé —admito, pues cuando estoy con él el tiempo no tiene importancia.

—Mmm, ¿cómo estás? —pregunta de manera sugerente.

—Sabes que bien, Minho. No me lastimaste y cada vez te acostumbras más.

—Sí, lo sé. —No puedo evitar pensar en las veces que el ha estado en esta posición.

No voy a mentir, al principio pensé que tendríamos roles establecidos, pero supongo que así son las cosas con Minho: inesperadas. Tampoco me molesta, con él el sexo es único y diferente a todo lo anterior sin importar quién dé o quién recibe.

—Falta poco para navidad. —El comentario me recuerda que no sé qué haré ese día.

—Cierto, ¿festejarás en casa de tus padres?

—En realidad no —dice serio.

—¿Ellos vendrán a tu departamento? —pregunto ya que es la opción más fiable.

—No. —Estoy por preguntar cuándo añade—: Y no, no vamos a viajar. Al menos Seungmin y yo no.

—No entiendo —admito.

—Seungmin y yo les regalamos un viaje a papá y mamá, alguna vez nos dijeron que querían festejar fuera del país, saber cómo se hacía la celebración en otros países, así que con nuestros ahorros de varios años les pudimos dar el viaje —dice orgulloso.

—Eso es genial, es muy lindo de su parte, cariño —le doy un pequeño beso en los labios.

—Sí, ahora Seungmin y yo improvisáremos. —Se ríe.

—Sí, ya se nos ocurrirá algo —le digo y él me mira agradecido.

—Gracias. —Me abraza.

Le regreso el abrazo y lo vuelvo a besar en los labios.

—¿Quieres desayunar? —pregunto levantándome.

—Sí, tengo mucha hambre —dice estirándose.

—¿Ayer quedaste demasiado agotado, eh? —Le sonrío pícaramente.

Me devuelve la sonrisa y levanta sus hombros dándome la razón.

—Ok, prepararé cereal —digo saliendo a la cocina.

Baby Boy ✓ MinChan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora