El corazoncito roto de un cachorro

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El pequeño Jungkook balanceaba sus piernas mientras esperaba sentado en las bancas de aquel horrible hospital. Su mami estaba adentro de una de las habitaciones, visitando a su hermanito Jung Hyun. El pobre había empezado a respirar muy extraño por la madrugada y estaba cubierto de sudor. Lo habían traído corriendo para que los doctores lo curaran pero seguía muy enfermo. Jungkook estaba triste porque no lo dejaban entrar a verlo, solo a su mami. Y cuando ella salía a menudo tenía los ojos llorosos.

—Por favor, tiene que darme un poco más de tiempo. Mi bebé aún no está bien, necesita seguir recibiendo sus tratamientos.

Era la voz de su mami.

—Lo siento mucho, pero para que sigamos admitiendo a su cachorro, necesita pagar al menos la mitad de la cuenta por hospitalización. Resulta que usted ni siquiera cuenta con un seguro médico o una cuenta bancaria y este es un hospital privado. No hay nada que nos asegure que pueda pagar. Lo siento mucho, pero tendrá que llevarse a su hijo a otro lugar.

—Se lo suplico, deme un día más. En cuanto logre contactar a mi alfa él vendrá a pagarles...

La voz de la enfermera sonaba incrédula.

—Con todo respeto, dudo que esté emparejada, no tiene marca de olor y menos una marca en su cuello, por lo que no trate de mentir. Pague o tendrá que llevar a su hijo a un hospital público.

Jungkook quiso tirarse encima de la beta que le gritó tan feo a su mami, pero se contuvo, el no era un salvaje. Esa enfermera, en cambio, era un completo animal sin sentimientos.

—¿Y ahora que vamos a hacer, mi galletita?—Su madre lo abrazó y Jungkook liberó un poco de su olor a cachorro para tranquilizarla.—Papá está desaparecido y tú hermanito no mejora.

—¡Pero mami, yo encontré a papá!—Chillo emocionado.—Su foto está en el periódico de hoy. ¡Ya no llores, mamá! Aún no entiendo que dice, pero era su foto. ¡Espera aquí!

El pequeño cachorro corrió hasta la mesita en donde encontró el periódico y regreso con una enorme sonrisa al lado de su madre, señalando la fotografía.

—¡Mira, es él! ¡Es él!

Jungkook con poco menos de seis años, ya hablaba perfectamente y reconocía algunas letras, pero aun no sabia leer. En ese momento cuando vio la cara incrédula de su mami y sus lágrimas, deseó ser un cachorro más listo para entender y ser capaz de leerlo primero para protegerla.

—¿Mami que dice? ¿Si es papá?

—Oh por la luna...no puedo creerlo.

—¿Mami que dice? ¿Por qué lloras? —Jungkook soltó un gruñidito.—Nunca debí enseñártelo si te ibas a poner triste.

—Bebé tengo que ir a un lugar.—Su madre lo cargó y llegó a la recepción para hablar con la enfermera. Si sus sospechas eran ciertas, no quería exponer a su cachorro a una confrontación.—Disculpe, ¿Habrá alguna posibilidad de que pudiera dejar a mi cachorro con ustedes por unas horas? Surgió una emergencia y no puedo  llevarlo conmigo. Regresaré enseguida. No tenemos a nadie más y a estas horas las guarderías están cerradas. Por favor, señorita.

Jungkook chilló angustiado, no quería quedarse ahí solito.

—¿Mami a donde irás? ¿Irás por papá? ¡Yo voy contigo!

Chiquito, Bonito y Caprichoso•|| (Kookmin) Trilogía De Los Herederos KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora