Feliz Navidad y cumpleaños!

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Puedo recordar a una mujer rubia con muchos regalos en sus manos, quién tiene un rostro amable y maternal. Detrás de ella hay un hombre de cabellos rubios largos atados en una coleta baja, quién a pesar de sonreír, su expresión común es una orgullosa.
Ambos tienen ojos azules.

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La mujer nos dice: “¡Feliz cumpleaños, mis niños!”

El hombre nos dice: “¡Feliz Navidad, hijos míos!”

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Puedo recordar a una mujer de hermosos cabellos rosa claro, y con unos bellos ojos azules acompañando su rostro. Detrás de ella aparece un hombre de cabellos morados atados en una coleta baja. Ambos están sonriendo y con brillos de felicidad en sus ojos azules.
A mí lado hay dos niños rubios de ojos azules.

La mujer dice: “¡Feliz Navidad, mis niños!”

El hombre dice: “¡Feliz cumpleaños, hijos míos!”

Veo como tienen en sus manos varias cajas envueltas en papel de colores.

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Puedo recordar a una mujer de cabellos castaños que le llega aproximadamente por la mitad de la espalda, quien le sonríe a un chico de cabellos azules.
El chico ya es algo mayor, tiene unos 16 años.

La mujer dice: “Feliz Navidad, hijo mío.”

El chico dice: “Gracias mamá...”
Se lo veía desanimado.

Una mujer mayor viene detrás mío y me lleva lejos.
Le pregunto por Navidad, pero ella me dice que no me dará nada. Yo solo asiento y vuelvo a caminar.

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Yo recuerdo un calabozo.
El guardia que me vigilaba se acerca y me dice con tristeza: “Feliz Navidad, señor Cherubim.”
Me acaricia la cabeza, con una sonrisa, sin una pizca de temor ni asco.

Le sonrío feliz, y observo como tiene una camiseta barata y algo desgastada en sus manos.
Me la entrega y me dice que es un regalo de Navidad. Me pruebo esa prenda de ropa con una sonrisa y la agrando más al ver que me queda.

El guardia dice: “Ojalá pueda ser feliz algún día...”

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Yo recuerdo una cabaña fría y algo sucia.
Solo veo a mi pulpo mascota en su pequeña pecera.

No hay nadie aparte de nosotros dos en este lugar.

El pulpo me hace una seña, a lo cual yo solo sonrío.
Yo digo: “Feliz Navidad Ziz-san.”
El pulpo se pone a moverse feliz, deseándome feliz Navidad.

Yo digo en secreto: “Feliz Navidad mamá.”

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Yo recuerdo a mis padres, que me desearon Feliz Navidad, con muchísimos regalos en sus manos.

Ellos dicen: “¡Feliz Navidad, hijita!”

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Nuestros padres nos miraron a los ojos, y nos llenaron de juguetes de madera hechos por papá.

Ellos dijeron: “¡Feliz cumpleaños y Navidad, niños!”

Nosotros dos decimos: “¡Gracias por los regalos mamá y papá!”

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Recordamos una mujer con un elegante vestido rojo con detalles en negro y de sedoso y corto cabello castaño.
La mujer nos dice: “Feliz Navidad, mis leales sirvientes.”

Desmadre Con Evillious Donde viven las historias. Descúbrelo ahora