Desmadre Con Evillious

3 (primera parte)

¡Atención!

Aquí hay personajes Fanmade de Evillious.

Así que no es necesario que leas el capítulo, el cual estará dividido en dos o tres partes.
Aunque este tenga repercusiones en la historia.

Y no se preocupen, haré pronto de los personajes normales que todos conocemos, pero estos también aparecerán.

¡Con esto, me despido!

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Tomé mi teléfono.

Busqué el contacto del maldito y marqué.

—¿Hola?

—¿Dónde puta estás? Y después me dices a mí que soy la que se retrasa.

—Sí, lo sé. Estoy yendo.— ¿Acaso no sabe que esa es la típica mentira de mundo y medio?

—¡¡Más te vale que llegues antes que le diga a tu madre que te masturbas con Love Live!!

—¡¿Qué?! ¡TERA, ESO NUNCA PASÓ!

—¡Me chupa un huevo! ¡Ella me conoce, y puedo fácilmente decirle eso para que ya no te deje ir a ver a tu amada Michaela mitad humana mitad árbol raro! ¡ASÍ QUE APRESÚRATE, PRÍNCIPE AL QUE YA NO LE QUEDA DIGNIDAD!— y sin esperar su respuesta, corté la llamada.

Vale, fue raro hablar por medio de una clase de tabla con números, pero al menos es más efectivo que mandar pinches cartas con servicio postal más lento que Behemo haciendo algo útil en la saga.

—A veces no comprendo cómo podemos estar conectadas...— a mi derecha se encontraba una chica de cabellos castaños, y algunos de sus mechones coloridos. Se llama Garaci.

—Tú te callas, mujer buscadora de amigas imaginarias.

—¿Imaginarias? Garaci-san, ¿Cururi-san es imaginaria?

Y helado me pegó en la cabeza.

—¡¿Ves lo que le enseñas a la niña?! ¡¿Y así dices ser hermana responsable?!

—Oigan, no peleen. Ya suficiente con que me hicieron venir a la fuerza porque Teresa es Forever Alone.— me di la vuelta. Era la copia barata de Némesis, Themis.

—¡NO TE METAS, OLVIDADA POR TU PADRE!— Garaci a pesar de ser calmada, en esta historia se supone hay desmadre ¿no? Pues tenemos que provocar el desmadre.

—¡¿QUÉ DIJISTE, PEDÓFILA?!

—¡¡SE PRENDIÓ ESTA MIERDA!!— Aniko, la niña que acompañaba a Garaci, se puso en pose de espectador de peleas de lucha libre. Pero luego pasó a presentadora.

—¡Ani, no te veía así! ¡No digas esas cosas!— y mientras yo iba a buscar mis sensuales palomitas para disfrutar el espectáculo, las dos se ponían en pose de luchador profesional.

Aniko se puso unos lentes de sol, se sacó un micrófono del culo (? y se puso un trajecito de hombre en fiesta elegante a la que se coló porque molaba.

Todos nos miraban como si nos faltara un tornillo en medio de la calle.

—Damas y caballeros. Hoy lucharán...— se dirigió a Themis. —Cara de moneda contra...— y ahora se dirigió a Garaci. —Helado con Cappuccino.— su voz de presentadora no sé si calificarla entre WTF o buena como para postularla para árbitro de pelea.

—¿Qué pedo contigo Aniko?— aunque ni sé por qué me sorprendo. Ya debería estar acostumbrada a ver reacciones pendejas de estúpidas. Después de todo, estuve toda mi infancia con Kyle Marlon, el declarado puto amante de árboles con parecidos espeluznantes a Eve Zvezda.