Una parte de mi pensó en ir sentarse a lado de el para escuchar cómo es que tocaba su característica guitarra. Estaba a punto de caminar hacia el, pero como si algo me lo impidiera ir, no lo hice. Y me quedé contemplandolo unos segundos con mis pies pegados al mismo sitio.
Ni siquiera reaccione, y me quedé viéndolo con una sonrisa que no se me quitaba del rostro.
Aún habiendo tiempo por hacerlo, no pude.
Quizá y quería quedarme lejos porque una parte de mi sabía que si estaba cerca, empezaría a darme cuenta de cosas que no quería admitir. Así que simplemente no podía, no quería darme cuenta de eso, y saber que terminaría algo dañada en cierto punto.
-¡Simón!.-dije aún con mi sonrisa en el rostro. No sabía ni que estaba intentando decirle, pero quería verme no muy obvia con mi reacción que había tenido minutos antes. Quería negarme que en realidad si empezaba a pasar algo conmigo.
-Si Ámbar. ¿Pasa algo?.- pregunta sonriendo.
-Eh, no nada. Solo que.- dije en tono nervioso. No sabía a donde llegaría a para esto. Y no me gustaba nada.
-Si Ámbar. Dime.- contestó Simón conservando la sonrisa que tenía.
- Mm. ¿Que? Bueno. Ya es hora de que te arregles para la competencia.- dije tratando de sonar normal.
Y si, eso no había sonado mal, por qué en realidad esa era una buena razón, aunque sabía que faltaba tiempo aún para eso, no quería que el viera que me había comportado extraña. Así que solo quería sonar de lo más normal. O al menos eso trataba.-Ah, claro Ámbar. No te preocupes, tengo todo calculado.- dice guiñandome un ojo.
- Que bien Simón. Solo era para que lo recordarás.- conteste tratando de poder regresar ya al camerino. No me gustaba para nada el hecho de que estuviera poniendo así. ¿Nerviosa? Al parecer ese era el término.
- ¿Nerviosa?.- pregunta Simón levantando una ceja en tono divertido.
¿Qué? ¿Acaso me estaba preguntando si estaba nerviosa? Soy Ámbar Smith. Y no nunca me pongo nerviosa, sé que las competencias después del tiempo que venía haciéndolas ya no tenían dificultad para mí.
-No, para nada Simón. Se controlar los nervios.- dijo mientras miraba mis uñas.
-¿Segura Ámbar? No creo que tus manos piensen lo mismo.- dijo, refiriéndose a mis manos, mientras movía mis dedos con nerviosismo.
De acuerdo. No era buena ocultando un poco mi nerviosismo en este momento.
- Bueno, un poco tal vez. Pero nada importante.- digo tratando de restarle importancia.
- Lo entiendo Ámbar. Bueno, te dejo. Ahora sí iré a cambiarme. -dijo, para después pararse, y dirigirse hacia la salida. No sin antes guiñarme un ojo seguido de una sonrisa.
Lo vi alejarse, yendo a la salida del escenario para caminar hacia fuera de la cafetería. Seguro iría por su traje.
Recordando que era lo que tenía que hacer me dediqué en buscar a Delfina y Jazmín. Y no tardé mucho en verlas, estaban llegando con una sonrisa en sus rostros.Obviamente sabía a qué venían aquellas sonrisas, pero trate de no darles importancia.
- ¡Ámbar! ¿Nerviosa?.- pregunta Delfi. A lo que yo ruedo los ojos.
-¡Claro que no Delfi!.- negué con la cabeza.- Ahora, si me ayudan, necesito terminar de arreglarme.- respondí con una mirada hacia las dos.
-Bien, cómo sea Ámbar.- contestan las dos.
Decidí ignorarlas. No me gustaba que quisieran sacar el tema, ya no necesitaba darle vueltas a mi cabeza.Y después de tiempo todas nos dirigimos a el camerino.
Pasaron alrededor de 30 minutos, y ya había retocado todo lo que faltaba.
Y estaba conforme con lo que traía puesto. Así que les agradecí a mis amigas por el maquillaje y el peinado que me habían hecho.
Y así, fue como el tiempo pasó.
De una forma u otra, ya estaba en la competencia. Con mis nervios a mil, oyendo como mi corazón latía con desesperación.
En estos instantes estaba una pareja, que para ser honesta, no le puse ni la más mínima atención.
El problema no era tener nervios por la competencia. Que en realidad sería MI COMPETENCIA. De eso no había ninguna duda; siempre ganaba las competencias pasadas. Ese no era un problema para mí, en lo absoluto.
El problema era el mismo desde que el llegó. Simplemente ese era el problema.
Muy sencillo para unos, pero difícil para otros. Y en mi caso, no sabía cuál era la respuesta.
Tratando de evadir todos mis pensamientos, el micrófono sonando desde la pista hizo que despidiera todos aquellos pensamientos que evadían mi mente en estos precisos momentos.
Escuché a Simón decirme algo, pero con todo el ruido que había afuera, no logré escuchar con claridad. Pues en mi mente solo estaba la competencia; en el querer mostrarle al mundo lo capaz que éramos nosotros dos. Venciendo a cualquiera que se atravesará en nuestro camino.
Y así seguiría siendo.
Y en estos momentos, Simón y yo comenzamos a avanzar hacia la pista, y mientras lo hacíamos los gritos y aplausos sonaban cada más fuerte desde la pista.
Este sería el momento, el momento en el que daría todo, como siempre lo hice.
...
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MITADES PERFECTAS (SIMBAR)
FanfictionÁmbar tenia una vida normal, con sus amigas y con las personas que no le caían tan bien, hasta que llega Simón y Ámbar cambia. completamente.¿Cambiaría para bien o para mal? Pasaran muchas cosas buenas y malas pero ¿Podrán superarlas? ¿Tardará su ti...