Tragué varias veces al notar la sequedad de mi boca y la molestia que sentía en el principio de mi garganta.
-Tengo sed.- dije a duras penas con la voz rasposa.
-Toma.-sentí alivio al notar sobre mis labios caer gotas de agua y luego como el líquido disminuía la sequedad de mi garganta.-¿Cómo te encuentras?
-No sé, me siento como si acabase de despertar de un sueño largo.-llevé mis manos a la cabeza para desaparecer el choque que me producía al hablar.-¿Qué ha ocurrido?.-pregunté sin abrir los ojos por que si lo hacía, sabía que la cabeza me molestaría más.
-No lo sabemos.-oí sus pasos por la habitación y me lo imaginé caminando de un lugar a otro.- Tu cuerpo a reaccionado a un tipo de amenaza, pero no sabemos a qué.
-Fue él.-acusé segura de mi misma.
Sentí como el colchón se hundía y luego dos manos posarse a los lados de mi cuello.
Abrí los ojos poco a poco para acostumbrarme bien a la luz, y si al principio molestaba, acabé por recibirla de buen agrado.-Iré a verme con aquél prisionero.-su pelo rubio hacia contraste con sus verde amarillentos ojos.- Y si vuelve a hacerte daño lo mataré.- su severa voz hizo que mi cuerpo sufriera repentinos escalofríos.
-Quiero ir contigo.-me acerqué más a él.-Tengo que hablar con ese hombre.
-Es peligroso, no puedo llevarte conmigo con todo lo que está sucediendo.-colocó un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.-Sería un viaje suicida.-rió sin gracia.- Averiguaré todo lo que pueda...
Asentí para luego tirarme a sus brazos. Al parecer Leonard todavía no se acostumbraba a mis abrazos y a mi cercanía por que siempre tardaba en devolverme el gesto.
Su olor reconfortante hizo que los ojos se me cerraran involuntariamente y que mi respiración se calmara.-No tardes.-me aferré más a su cintura, sorprendida por mi comportamiento.
Todavía no me hacía a la idea de que tenía sentimientos por mi secuestrador y que no me dio miedo habérselos confesado. Ni siquiera me había imaginado que habríamos acabado besándonos.
Si miraba al pasado, ya no me reconocía, ya no era la misma Denna de antes. Sabía que algo,muy en el fondo, había cambiado para siempre mi modo de ser y mi manera de ver las cosas.
-¿En qué piensas?.-interrumpió mi monólogo interior mientras escudriñaba mi rostro.
-En ti.-sonreí como una boba quinceañera enamorada de su crush.Con la diferencia de que yo aún no estaba tan loca perdida por Leonard.-En lo diferentes que son las cosas. Si alguien me hubiese dicho que acabaría sintiendo algo por ti le habría escupido y luego ahorcado para finalmente tirarme por un puente con su cuerpo. No pensé que él que me tuvo atada en su sótano y me trataba como si no fuese más que comida habría acabado por robar parte de mi corazón.-las palabras salieron antes de que las pudiese pensar. Al darme cuenta de lo que significaban no tardé en sonrojarme y en pedir disculpas.
-¿Robé tu corazón?.-elevó las cejas haciéndose el tonto. Estaba más que segura que él ya se había dado cuenta.
-Tampoco te las des de importante.-me tapé la cara para ocultar mi vergüenza.
-Mírame.-soltó una carcajada divertido intentando destapar mi rostro.-Quiero ver tus hermosos ojos.
-No.-dije tirándome sobre la cama boca abajo para evitar que consiga ver mi cara.-Eres malvado.
Reí y grité histérica cuando Leonard siendo un tramposo comenzó a hacerme cosquillas. Me moví dando saltos para que me dejara, pero era imposible. Y sin saber cómo mi cuerpo acabó debajo del suyo y nuestros ojos se encontraron en la tenue iluminación de la recámara.
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Secuestrada por un vampiro
RomanceTenía una vida tranquila. Sentía estar segura. Amaba vivir. Pero todo cambió cuando lo conocí a él por error, o mejor dicho, cuando él decidió acabar con toda mi vida para beneficiar la suya, para usarme como su esclava de sangre. Dejé de ver la l...