-¿Está rico? -pregunta Damián. Lucas lo mira sorbiendo el batido, con sus mejillas encendidas y asintiendo. De todos los batidos que ha probado en su vida, este es el mejor. Pero sabe que poco tiene que ver eso con el batido.Cuando ha visto el precio del batido de fresa su corazón se ha encogido, él siempre debe andar preocupándose por todo y nunca disfruta por los detalles. Después el alfa le ha preguntado dulcemente si deseaba ese al verlo morderse el labio mientras miraba el vaso rosado y él ha asentido con timidez. Cuando Damián ha abierto la billetera el omega ha comprendido por qué ha accedido a pagarle su bebida. Después, cuando ha deslizado los billetes sobre la mesa y le ha dado él mismo la bebida fría, Lucas ha sentido que tenía los hombros ligeros, un constante peso volando lejos de ellos. Su omega se ha sentido tan cuidado y mimado... es la primera vez que un alfa tiene un gesto bonito con él y el lobo dentro suyo le ha pedido -petición que ha sido ignorada- arrimarse al alfa y refregar el pelaje contra su piel para pedir más de esa amabilidad.
-Esto es extraño... -murmura Lucas. Sus ojos fijos en la burbujeante mezcla como si el rosa sintético fuera lo más interesante del mundo. No mira los ojos de Lucas, puede reventar as burbujas con la cañita con la que bebe, pero no esos orbes cuando lo miran, así que prefiere fijarse solo en lo que puede mantener bajo control.
-¿Por qué? Solo soy yo invitándote a un batido, trato de ser tu amigo. ¿Acaso es desagradable? -su tono no tiene recriminación alguna, en la última pregunta una nota de tristeza hace que Lucas tiemble. Damián está preocupado.
-No, solo es extraño... Ya sabes que odio a los alfas. -vuelve a meterse la cañita en la boca, se le ha ido el apetito pero sorbe para tragarse junto al batido cosas que no debería decir, pero no ha podido evitar que alguna salga. ¿Le he dicho que no es desagradable? Pero... es un alfa.
-Pero ¿A qué clase de alfas has conocido tú? -pregunta el otro riendo.
-A los únicos dos grupos que hay: los gilipollas que me gritan cosas por la calle o los imbéciles que me las susurran en clase.
Damián de pronto se hecha a reír, tirándose hacia atrás en su silla. Lucas lo mira con el ceño fruncido, no entiende qué es tan divertido. Para él no tiene ni pizca de gracia tener que pasar miedo cuando alguien se sienta a tu lado en clase o ir con pantalones largos en pleno verano para que a la vuelta de la esquina los hombres no te ladren como a una presa.
-Que bien, yo no estoy en ninguno de esos grupos. Déjame fundar uno nuevo, el de los alfas amables.
Lucas se atraganta con su batido por las inesperadas palabras. De pronto su nariz erupción como un volcán color rosa y le llorando los ojos, su cara arde como el infierno de la vergüenza y corre a tomar una servilleta para tapar y limpiar todo el batido que ha escupido y que le gotea por la nariz; se siente ridículo, pequeño... tiene tanto miedo a que se burlen de él, hasta que Damián se ríe a carcajadas por su torpeza y en ese momento la pequeñez no es humillación; en ese momento la risa suena tan fuerte que él, pequeño, ama ser diminuto y sentirse arropado, ahogado, inmerso en todas las notas de esa enorme voz. Su omega mueve la cola con alegría, golpeando las paredes de su pecho deprisa, con el mismo ritmo que los latidos de su corazón.
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Omega ladrador, poco mordedor [Omegaverse AU!] {Yaoi} (EN AMAZON) #PGP2022
RomanceLucas es un omega muy extraño por dos cosas. La primera es que irá a la universidad, lugar donde solo los alfas suelen acceder. La segunda es que odia a los alfas y tiene el valor suficiente para declararlo a gritos el primer día de clase. Damián...