El tiempo vuela

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Narra.omnisciente

En uno de los casinos más reconocidos de todo el universo, un joven estaba tranquilamente disfrutando de la fuerte música que los grandes parlantes del lugar emitían, mientras gastaba su dinero en los juegos. En eso, un ser albino con dos brazos de más y grandes ojos azules se le acercó mirando todo el cuerpo del omega.

— ¿Estás solo pequeño? — preguntó el ser arrimando se a la máquina donde el omega jugaba sin prestarle atención. — Parece que eres tímido. — el hombre se acercó más al omega quién por fin se digno en mirarlo.

Aquel ser quedó asombrado con el cuerpo tan bien formado del chico, sus piernas blancas eran expuestas con total libertad siendo solo un pequeño short cubriendo su sexo, la top verde que dejaba ver su plano abdomen, el brillante collar de Omega que adornaba su virginal cuello y le permitía seguir llevando su castidad. Era un completo placer observarlo.

— ¿Te gusta lo que ves? — inquirió el omega de manera muy sensual llamando la atención del extraterrestre.

Este quedó completamente embobado con aquellas grandes gemas de color verde vida que eran adornadas con un maquillaje muy sutil, unos rosados labios formando una sonrisa de lado que invitaba al extraño a poseer el pequeño cuerpo.

— Me encanta. — el extraterrestre empezó a tocar la pierna del joven quién expandió más su sonrisa. — ¿Podrías mostrarme un poco de toda está delicia? — Pidió acercándose a su oído, el Omega soltó un suave gemido de satisfacción.

— ¡Claro que sí! — el omega lo tomó de la camisa para guiarlo a una habitación.

Dentro de la habitación había solo un gran sillón y un mini bar, el omega fue a sentarse abriendo la piernas sonriendo de manera coqueta mientras liberaba su aroma.

— ¿Qué estás esperando? — le preguntó el chico al hombre.

— A unos amigos. — contestó  el hombre mientras le daba paso a más extraterrestres, la cara del omega cambio por una de terror.

— Espera, ellos no estaban invitados. — chilló el chico temblando por el gran aroma a alfa que emitían dos de los cuatro hombres recién llegados.

— Cariño, relájate o tendremos que ser duros contigo. — exclamó el hombre aflojando la corbata de su elegante traje blanco.

— ¡No! — pedía el joven tratando salir de la habitación, más uno de los alfas lo tomó de su muñeca y lo tiró al suelo con un solo movimiento.

El chico trataba de levantarse con dificultad, pero debió al golpe veía todo borroso, en un momento ya no podía ni levantar la cabeza. Con una señal del extraterrestre albino, tomaron al joven atandolo de pies y manos, luego lo llevaron a una pequeña nave huyendo del casino.

— Este será el broche de oro de la subasta. — declaró uno de los secuestradores.

— Muchos matarían por tener uno de estos, dicen que su carne es tierna y son muy deliciosos con asados. — le siguió otro relamiendose los labios.

— ¿Por qué mejor lo apareamos con otro de su especie y así tenemos más? — ofreció otro mirando al omega.

— Deberían dejar de decir tonterías, el señor Burnthon nos pagará una gran cantidad por esa cosa así que lo mejor será que dejen de... — calló al escuchar un gran estruendo atrás de la nave.

Al mirar ven una patrulla de los plomeros pisándole los talones. Un gran humano alfa se lanza a la nave para luego tratar de entrar.

— ¡Vaya! Parece que el señor Zhang no recibirá su pedido. — Una voz se hizo presente en la parte de atrás.

Amor no correspondido (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora