Amor no correspondido (Omegaverse)

Primera impresión

Narra: omnisciente

La princesa caminaba elegantemente por los pasillos de su palacio, todos al verla inclinaban la cabeza en señal de respeto, ella sólo se dedicaba a asentir siguiendo con lo suyo. Sin embargo, una vez vio que nadie estaba por el pasillo decidió tomar la falda de su vestido para alzarlo y correr. Fue a la gran biblioteca real, lugar donde siempre estaría su hermano mayor a esas horas, también, él sitio en el cual habían visto a la prófuga novia del rey.

Una vez abrió la puertas se encontró con una extraña situación...

Narra: Ben (Unos minutos antes)

- ¿Quién eres? - las palabras escaparon de mí. Él, con una expresión seria, me bajo de sus brazos y dio un paso atrás.

- Rook Blonko, rey de planeta Revonnah. - hizo una elegante reverencia que logró ponerme incómodo. - Y tu alfa.

Esa última palabras hicieron que mi omega interior gritará de felicidad, algo que hasta él pudo notar. Estaba muy confundido, ¿cómo era posible que mi omega se comportara así? y, lo peor del caso, ¿cómo se dio cuenta? En ese momento, con la rapidez de un rayo, todo empezó a venir a mi mente. La mordida, el no tener el nombre de Kevin en mi pecho perdida, que todo el mundo me llamará su prometida.

- ¡¿Qué?! - grité, en eso llegó el niño lanzándose al revonnagander mayor.

- !Mira hermano! - llamó el menor señalando mi persona. - Esta bien cuidado, yo me aseguré de ello. - explicaba con aires de orgullo, él mayor solo sonrió.

- Gracias, joven príncipe. - asintió con una verdadera sonrisa, el pequeño acarició su rostro en el pecho del mayor. Tras eso, el niño se lanzó a mis brazos para lo cargue.

- Rey del planeta Revonnah, debo hablar con usted. - me dirigí a él con completa firmeza y seriedad, cosa que lo asombró.

- Sí, adelante... - balbuceó algo aturdido, mi omega río muy coqueto haciendo que piense en su majestad... ¿sonrojado?

- Le voy a pedir que me permita retirarme a mi planeta. - exigí borrando ese pensamiento de mi mente.

- No. - sentenció firme.

- Bien, esta es la cosa. - volví a empezar, esta vez sin nada de formalismos, pues ya estaba harto de esta situación, bajé al pequeño alienígena y con mi mano apunté al reloj. - ¿Si ve esto? Es un arma superpoderosa y yo soy su portador, debo salvar el mundo usando esta cosa, pero no puedo por que estoy aquí, por favor, déjeme ir. - El rey se quedó unos minutos viéndome de manera extrañamente linda, el pequeño corrió hacia el otro lado de la gran biblioteca dejándome a solas con él.

- Creí ser claro con mi respuesta. - declaró, esta vez, en un tono serio.

- Si me retiene aquí sería un secuestro por estar en contra de mi voluntad. - lo miré con odio mientras hablaba. - No lo repetiré de nuevo, le pido que autorice mi partida. -

- Como rey debo de conceder cualquier deseo que el héroe de mi planeta quiera hacerme. - habló el joven Renonnahgander con un tono serio y frío. Rápidamente se acercó a mí con una gran velocidad para acorralar me contra la pared. - Pero como tú alfa, mi deber es cuidar de ti en todas la circunstancias, incluso si es en tu contra. - se acercó tanto que casi podía sentir su piel contra la mía.

Algo estaba mal, mi omega no renegaba, ni trataba de alejarse, contrario a eso, me decía que debía obedecerle y que era lo mejor para nosotros, ¿Qué sabe él sobre lo que es bueno para nosotros?

"Kevin no lo es"

Lo escuché decir con mucha frialdad, eso me dejó más sorprendido, creo que jamás habló así de Vilgax o de otro villano del pasado, era todo tan extraño.