Amor no correspondido (Omegaverse)

Por él (parte # 1)

Narra.omnisciente

En un planeta muy alejado de nuestro sistema solar llamado Teslavor, se desataba una gran guerra, la cual había durado más de lo debido. En medio de está catástrofe, un consejo de ancianos había llamado a los plomeros como última opción para salvar su tierra.

Está era la razon por la cuál Kevin y Ben peleaban en esa tierra extraña tratando de salvar a unos pequeños Conductoid de los soldados reales. Ben llevaba a los tres más jóvenes en brazos, Kevin por su parte corría tomado de la mano de los más grandes.

Al llegar al refugio todos cayeron rendidos al suelo debido a la gran persecución, los niños se abrazaron para consolarse entre ellos. A Ben se le rompía en corazón al recordar lo que ellos vieron antes de ser rescatados, la reina había arremetido contra su comunidad  y había asesinado a las mujeres del lugar, luego se llevó a los hombres. Dejando a los niños bajo la custodia de sus soldados, de no ser por los plomeros, hubieran sido llevados a la fábrica de armas donde trabajarían sin descanso.

— Reporte de la misión, joven Levin. — pidió el mayor Tennyson al moreno, este solo suspiró nada alentado.

— Llegamos tarde, todo está destruido y solo hubieron cinco sobrevivientes. — respondió con frustración, el rostro del Mayor cambio a uno de tristeza al ver a los 5 niños llorar abrazados.

— Descansen, mañana trataremos de encontrar la manera de entrar a la fábrica. — ordenó con cansancio y saliendo del lugar.

Ben por su parte se acercó a los jóvenes para consolarlos, estos al verle se separaron y corrieron a abrazarlo para seguir llorando. El castaño liberó su sabe olor de omega para relajarlos, luego los llevó a la sala de comida donde varios rescatados también estaban comiendo en completo silencio, los niños al ver la comida trataron de comer pero el dolor que tenían no les permitía llevarse nada a la boca.

— Vamos niños, deben comer. — pedía Ben acercando los platos a los niños, estos volvieron a sollozar.

— Quiero a mi mamá. — exclamó el más pequeño bajándose de la mesa para luego correr a los brazos de Ben. — Extraño a mi mamá. — decía en el pecho de Ben mojando el traje especializado con sus lágrimas.

Los demás niños también estaban llorando en silencio, Ben miró alrededor de su mesa y observó cómo todos posaban la mirada en el pequeño, luego sus ojos se ensombrecían. Algunos lloraban en silencio, otros solo ponían un gesto de coraje, hasta hubo algunos que no lo soportaron y salían del gran comedor.

— Niños. — habló Kevin entrando a la sala. — Vamos afuera.— ordenó tomando los platos de comida.— Ben, tú lleva al pequeño.

El castaño estaba sorprendido por el actuar de su compañero, por qué los llevaría afuera sabiendo que era peligroso y más ahora que era de noche. Mientras salían tomó una cobijas que estaban apiladas en costado, le entregó una a cada uno de los niños para luego ordenarles que hagan silencio al momento de salir.

— Kevin, ¿Que pretendes hacer? — preguntó Ben tras él.

— ahora verás. — el joven los trepó al techo del refugio, ahí los sentó a todos los jóvenes en una ronda dejando espacio para Ben y él.

— Su tierra es un gran planeta. — empezó hablarle a los niños que  habían dejado de llorar al ver la mirada sería del moreno. — Está llenó de energía capaz de alumbrar hasta el espacio, pero saben, está no les permite ver la verdadera energía del  universo. — informó dando una suave mirada que sorprendió hasta Ben.

— ¿Qué energía? — preguntó uno de los niños viéndolo a los ojos.

Kevin sonrió compresivo y señaló hacía arriba. Los niños miraron asombrados el gran pasaje de luces destellantes que mostraba el vasto cielo nocturno. El mismo Ben miró el ese gran espectáculo sorprendido por la gran cantidad de estrellas, parecía como si al cielo le hubiera caído mucha escarcha formando un sin número de constelaciones.