Nuevo equipo

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Si pudiera contar todas las veces que se había arrepentido en su vida, serían un centenar, pero esta... de seguro quedaría en un "Top 5". Dentro de la bóveda principal habían objetos volando de un lado a otros, gritos por todas partes y solo su "equipo" intentando calmar la situación.

— ¡Malditos hipócritas! — gritaba un joven de cabellos castaños, este tiraba objetos pesados como si fueran la cosas más ligera del mundo. — ¡Son solo unos estúpidos con armas!

Los alaridos del sujeto empezaban a preocupar a todos en el lugar, más a los dos nuevos, quienes ni siquiera sabían que hacer.

— ¿Alguien sabe quién rayos es este tipo y cómo llegó aquí? — Gritó Ben a los trabajadores.

— No puede ser un villano. — Grito Driba. — Ni siquiera tiene récord policial.

El hombre continuaba destruyendo todo a su paso mientras tomaba el armamento de los plomeros. Ben corrió hacia él lanzándose encima para contenerlo, pero él logró esquivarlo y golpearlo contra una pared. Rook quiso ir, pero tenía que cuidar que una pared no cayera encima del almacén de bombas. Shar ni siquiera podía moverse, pues ella sostenía en su cuerpo una lámina de metal con la cual cubría a los dos pequeños galvanos.

El hombre fue hasta Ben y lo tomó del cuello, con un arma le apuntó la cabeza dispuesto a acabar con él. En ese mismo instante, el omega lo pateó mandándolo lejos.

— Maldito. — escupió el ser, quien de sus manos sacó dos puntas hechas de cristal.

— Tú... — dijo Ben sorprendido. — no eres humano.

El infiltrado mandó estalactitas de cristal a su dirección, Ben casi no las esquivó, aún así, se las arregló para activar el Omnitrix y transformarse en Eco Eco para mandar una ataque sónico. Al escuchar el estallido, el hombre cayó al suelo de rodillas cubriendo sus oídos, luego de unos minutos, se desmayó.

— Traigan un contenedor. — pidió Ben una vez llegaron los plomeros.

Una vez arrestado, fue llevado a la sala de interrogatorios, algo le decía a Ben que debía escuchar a este hombre, así como el debía de dar cuentas por sus actos.

— ¿Qué saben de él? — preguntó el castaño en el cuartel.

Los tres jóvenes estaban en una sala aparte, a través de un vidrio negro podían ver como el ser se movía desesperado por liberarse de una cápsula que neutralizaba sus poderes.

— Pues... — el plomero encargado revisó en el computador leyendo los registros sobre aliens que habitan el planeta de manera encubierta o son solo visitantes en el planeta. — No hay nada.

— ¿Qué? — dijeron los tres al unísono.

— Los datos de él están en blanco, pero tenemos algo. — explicó mostrando en pantalla las cámaras de seguridad del cuartel. — Hace aproximadamente tres días, fue captado por nuestras cámaras.

En la grabación se veía claramente como el hombre pedía desesperado ayuda, decía que su omega había sido raptado. Los plomeros al verle, le dijeron que debía llamar a la policía, no a ellos, más él se negaba diciendo que la policía no serviría de nada, siguió insistiendo hasta que fue sacado del cuartel.

— Creíamos que estaba loco. — Se excusó el plomero.

— Por eso estaba tan enojado. — Ben tomó los documentos y caminó hacia la puerta. — Rook, Shar vengan conmigo.

Al entrar, vieron al hombre retorcerse en el contenedor que había sido colocado, gritando todo tipo de insultos hacia los plomeros y el cuartel.

— Shar, por favor, libera tu aroma. — pidió Ben, la princesa asintió cerrando los ojos para concentrarse, a los segundos, un delicado aroma lleno el lugar, más este no lo calmó, por el contrario, aumentó su ira.

Amor no correspondido (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora