9. Almas

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Vi descender mi alma atreves de estrellas fugaces,

Allí mientras volaba recordaba la inmensidad del espacio oculto entre tus retinas,

Porque muchos nadaban para entrar en tu mente atreves de la puerta naciente en tus ojos,

Mientras yo volaba para tocar tu espíritu:

Porque pasar aquella puerta era caer en vacio, en oscuridad ,en la solida realidad que envuelve tu vida; y yo cariño, soy fiel masoquista en la aventura de un universo tangible por mis dedos, no solo poseyendo la flor de tu juventud, sino saboreando la cúspide de tu mente.

El castigo impuesto por mi madre le seguí al pie de la letra, llevaba dos semanas sin salirme de mis obligaciones típicas, solo estudiando y ayudando a mi abuela con la terapia. Ver, jugar y provocar a América de la forma más pura y dulce me hacia querer romper de nuevo las reglas, sin embargo sabía que si cruzaba mas allá del horizonte, la tierra seria redonda y mis pecados serian tan originales como aquella manzana jugosa que Eva no pudo evitar morder.

El claro-oscuro del cielo cernía gran parte de la mañana, la luna que se veía con algo de esfuerzo al ser opacado por el brillo del sol, le vestía el hermoso velo de un nuevo día. La pereza que debería recorrer mi cuerpo a esta hora fue eliminada por aquella humedad entre mis piernas, aquella que hasta en mis sueños más profundos tiene nombre y apellido. Mis juguetonas manos recorren mi abdomen de forma lenta mientras mis ojos se cierran para imaginarla a ella, a sus ojos, sus manos, su perfume.

"¿Cuánto serias capaz de mostrar de ti misma?" me pregunto mientras meto el dedo en mi boca, para llevarlo a mi sexo, y de forma lenta empezar aquel juego llamado "masturbación". Con cada circulo mi respiración se agitaba, mi cuerpo se retorcía, mi mente la imaginaba, y es que de solo pensar en sus labios sobre mi clítoris hacia que aquel dulce orgasmo me lanzara al profundo abismo de placer.

...

Buenos días –Digo al sentarme en la mesa, en la cual solo se encontraba mi mama Aliss tomando un café, esta alzo la vista y me recorrió con aquella sonrisa que dice aquellos pensamientos que mi madre Megara no es capaz de decirme por vergüenza.

Estas como radiante hoy –Hace aquellos gestos tan exuberantes con las manos que me hace reír de forma clara y sin vergüenza

Y tu Madre estas como perspicaz –Rueda los ojos con aquella sonrisa mientras sus dedos tamborean de forma suave la taza entre sus manos

Bueno, tampoco tenía que ser tan astuta si se te olvida que es una casa en donde las paredes tienen oídos –Se levanta tomando su bolso, abriendo la nevera mientras me rio nuevamente al darme cuenta de que mis hermanas me escucharon y dentro de su inocencia le dijeron a mis madres, lo cual por eso puedo asociar que mi mama Aliss es la que me lleva, no me percato cuando coloca la lonchera frente a mi sin embargo su mano en mi hombro me trae de vuelta a la realidad –Ya te debiste dar cuenta que no te da tiempo de desayunar, y que tu madre salió hace rato con tus hermanas, así que vamos para llevarte, y veamos que llegues a tiempo

El camino en el carro paso de forma amena, mi madre no toco el tema de mis sonidos matutinos, y yo no pregunte sobre sus reacciones, solo fue escuchar música, desayunar, y preguntarnos de forma trivial que se suponía que veríamos o haríamos en el día.

Al llegar deje la lonchera vacía en la parte de atrás, y me acerque para darle un beso en la mejilla a mi mama

Hasta hoy llega tu castigo –Me dice abrazándome de forma suave –Ahora ve allá tigre y afronta que llegaste tarde por tus juegos mañaneros –Se ríe lo cual me hace revirar los ojos y alejarme con una sonrisa encantadora

El beso de JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora