Capitulo 14

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Paró en seco sintiendo como su celular vibraba.

Lo sacó de sus bolsillos y luego vió su foto. Era Ana.

Suspiró y abrió el mensaje

Se sentó en una silla que había cerca. Pensando en que hacer

No se merecía que fuera corriendo. En cierto la había herido pensando que la traicionaria.

Pero es que no tenía ojos para otra persona, le encantaba y no iba a dejar de serlo por la primera cara bonita que viera.

Miró al frente, a la carretera donde pasaban los autos y por una extraña razón pensó en Alexandra, en qué le gustaría verla.

Nunca había pensado eso pero en ese momento no se dió cuenta que sus pensamientos eran interrumpidos por ella.

Estaba ahí mirándola con una sonrisa mientras venía hacia ella

Abrió sus ojos y no pudo quitar su cara de sorpresa ¿Pero es qué posibilidades había de esto?

Ella ya se había bajado de la moto negra y se quitó el casco para luego acomodar su peinado.

—Hola— Dijo simplemente al tiempo que se sentaba a su lado.

—Ey— Le respondió ella sin saber que decir con una sonrisa.

—¿Cómo va todo?

Alice bajó la sonrisa con una sonrisa triste. Todo iba de la mierda.

Alexandra la miraba atenta. Sabía los he pasaba, así en ese momento le partiera en corazón al afirmar completamente que la persona la cual llevaba tanto tiempo enamorada salía con alguien más

—¿Quieres hablar, Al?— Se atrevió a decir mientras la veía triste.

La chica asintió para luego mirarla.

—Siempre me has caído bien ¿Sabes? Y eso es muy raro, que las personas de primera vez me generen confianza y en todos estos años hasta te he llegado considerar una amiga, además de una de las mejores clientes que tenemos mi mamá y yo— Sonrió

La mujer sonrió como una tonta. Era lo más lindo que le había dicho apesar de esa odiosa palabra. "Amiga"

—Alexandra yo...— Le costaba decirlo así que paró un momento para tener fuerza— Me gustan las mujeres.

Nunca había dicho eso. Con Génesis nisquiera hubo necesidad de decirlo, simplemente un día le dijo “Mira que chica más guapa”  y ya el mensaje se captó.

Alexandra asintió, le agradaba saber eso. En cierto modo, le daba algo de esperanza.

—¿Y recién te diste cuenta?

—No no. Hace tiempo, cuando estaba en el colegio. Me había gustado una profesora, creó que fué la primera vez que me enamoré— La chica sonrió recordandola— Yo jamás había sentido algo como esa vez. Me temblaba el cuerpo, me ponía pálida, tenía la boca seca hasta me alteraba todo el sistema nervioso.

Alice miró a la mujer que tenía en frente. El sol le daba en los ojos y ese color café de hizo aún más claro.

—Me acuerdo que ella fue la primera persona que me le declaré. No lo hacía con la intención de que fuera mi pareja porque sabía perfectamente que era totalmente imposible. Lo hice porque era tanto amor que sentía, tantos sentimientos que tenía en mi interior que jamás revelé. Fue tantas cosas que me producieron un episodio de estrés en el cual el cuerpo se me llenó de bombas con agua, me dolía la cabeza y tenía fiebre— suspiró— Lo hice con la intención de desestresarme y ella lo entendió, fue muy linda conmigo.

La jefe de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora