Capitulo 6

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Los días pasaron normalmente y no volvieron a tener ese tipo de acercamientos, simplemente cruzaban algunas palabras y compartían miradas de vez en cuando.

No volvieron a nombrar el tema. Era como sí, nunca hubiese pasado.

Pero en fin, a Alice no le importaba. Al fin y al cabo siempre era así.

Apesar de eso, su madre le insistía todos los días a que fuera con ella y ella aceptaba para evitar conflictos.

Entonces, ayudada. Calentando agua para los pies o las manos, hacía aseo en las mesas, ofrecía agua a los clientes o le ayudaba a su madre a que le pasará alguna cosa que necesitaba.

Ganaba poco dinero pero era mejor que nada.

Y ahí estaba, sentada escuchando alguna canción, pero su celular ya se estaba quedando sin carga.

No quería quitarse los auriculares, ya que Ana había puesto música en un bafle amplificado, y no le gustaba nada de lo que escuchaba.

Maldito trap latino ¡quién fue el hijo de puta que trajo eso a Latinoamérica! Pensó Alice con rabia al escuchar que también lo escuchaban en el salón.

No solo tenía que aguanta eso a sus vecinos a las 8 de la mañana, también en la calle, escuchar a los niñitos de seis años cantando esa mierda, ahora también aquí.

Suspiró pesadamente, 5% de batería. Se levantó sin mirar a nadie y se dirigió al baño, vio que alguien abrió la puerta del baño y de ahí salió Alfredo. Alfredo era el esposo de Ana. Si, estaba casada y con un señor como diez años mayor que ella.

Claro que le costó creer que una mujer tan linda estuviera viviendo con un tipo tan viejo y feo.

Miró a Alfredo. Tenía mala cara, calvo, con bigote, jorobado y era un poco más bajo que ella. Realmente era feo.

Se hizo a un lado para que pasará al salón y luego ella fue a la ducha, donde su madre tenía la maleta y lo que buscaba. El cargador.

Salió de la ducha y de nuevo. Ana estaba ahí.

—Oh, hola Alice, no te había visto hoy—Le mostró sus dientes blancos perfectos.

Alice contuvo fruncir el ceño ¡Claro que sí la había visto! Cuando llegó.

—He estado sentada al lado de los esmaltes todo el día.

Ana se quedó pensando un momento y luego dijo.

—Ah, es cierto. Es que tú eres muy callada y ya sabes.

Alice asintió y le mostró una sonrisa.

—No soy de llamar la atención, como te lo había dicho.

Ana asintió. Luego miró más abajo de su cuello y vio un audífono colgando en su musculosa negra, la que tanto deseaba quitar.

Ana cogió el audífono y lo puso en su oído.

Las dos estaban cerca de nuevo, lo que hace mucho tiempo no pasaba.

Le gustó tener a la rubia cerca, después de todo todavía le gustaba mucho y no podía hacer nada para impedirlo.

En el auricular se escuchaba una canción de Hayley Kiyoko, específicamente He'll Never Love You.

Ana escuchó una pequeña parte de la canción mientras miraba como la menor se quedaba en shock al tenerla cerca.

I know every day you're thinking of me
Sé que cada día piensas en mí
I make it better when you're feeling lonely
Lo hago mejor cuando te sientes sola
You say no one will understand
Dices que nadie lo entiende
You wish you could but you just can't so
Deseas poder saberlo pero sola no puedes, así qué
How many days, how many nights
Cuantos días, cuantas noches
'Til you realize, he'll never love you like me?
Vas a entender que el nunca te va amar como yo
He'll never love you like me
El nunca te va amar como yo.

La jefe de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora