La nueva transformación.

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Andrew estaba acostado impotente en la cama cuando más golpes sonaron en torno a la habitación y Lita empezó a vestirse. Cuando giró en dirección a la puerta él estalló.


-Cristo, Lita. Cúbreme.


Parándose en el camino, se dio la vuelta y lo miró inmutablemente.


Estaba desnudo en la cama, con su pene, ahora flácido, encima de sus bolas.


-Pareces lo suficientemente bueno para comer -ella sonrió -no te he probado lo suficiente.


-¡Lita!


-Diablos Andrew -ella no escondió la exasperación en su voz -es un médico y ya te ha visto -a pesar de esto, fue al lado de la cama y empujó la sábana hasta sus caderas -¿mejor? -también apretó el botón y levantó la cama.


Andrew bufó. Por lo menos no estaría acostado de espaldas mientras hablaba con el doctor.


Golpes más fuertes sonaron en la puerta.


-Voy, voy -dijo ella mientras se metía la camisa por la cabeza.


Cuando Andrew vio sus nalgas moverse de un lado a otro mientras caminaba hacia la puerta, movió la cabeza para sacar esa idea del pensamiento. ¿Qué diablos estaba haciendo con esa mujer? Cristo, ella se estaba volviendo cada vez más atrayente. ¡Ridículo! No estaba interesado en ninguna mujer, especialmente en una tan... flaca... ¿verdad?


Cuando alcanzó la puerta, la abrió y salió del camino cuando ésta se abrió con fuerza.


-Cristo, Lita -fue todo lo que dijo el doctor -Señor Furuhata, siento mucho no haber estado aquí cuando se despertó, pero he tenido una emergencia. ¿Cómo está? -se paró por un momento con las fosas nasales ardiendo. Nadie podía dejar de sentir el olor a sexo que fluctuaba en torno a la habitación.


Frustrado por la falta de control de la situación, Andrew no escondió la rabia en su voz.


-Suéltame las esposas. ¡Ahora!


Las cejas del joven médico se levantaron y miró hacia Lita.


Ella sonrió y se encogió de hombros.


Andrew no tuvo ninguna dificultad en oír la rápida maldición que el doctor murmuró mientras se inclinaba sobre una muñeca y después sobre la otra.
-Lo siento mucho, Sr. Furuhata. Usted seguía intentando sacarse los puntos al empujar el IV de su mano.


-¿Qué IV? -Andrew se frotó las muñecas.


-Se lo saqué antes de salir esta mañana. Ya no lo necesitaba -sentándose al lado de la cama, el doctor levantó la sábana del muslo lesionado de Andrew, cambió el vendaje y miró la herida. -


Bien, casi está curada.


-¿Casi curado? -Andrew se inclinó al frente. Eso era imposible -Pensé que era grave.


-Lo era -levantándose el doctor movió la cabeza.


-Si fue tan serio, ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué no me mandaron a otro hospital?
-Tuvimos una tempestad después de que fuera apuñalado. No había modo de conseguir un helicóptero y no quise moverlo en ambulancia por las carreteras de montaña con un corte tan malo como el suyo. La arteria fue seccionada y estaba perdiendo mucha sangre.


-¿Cuánto?


-Se necesitaron transfundir tres cuartos para tener la certeza de que estaba fuera de peligro.


Cruzando los brazos sobre el pecho, Andrew miró seriamente al doctor.


-No sabía que tenía aquí un banco de sangre.

CALOR SALVAJE (+18) - (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora