Diecinueve años

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Volvió a la habitación de Evelin, y notó que ella estaba pensativa. Era imposible que recordara algo de lo que había pasado, había hecho bien su trabajo. No habían recuerdos de la noche anterior.

Se acercó hasta ella, y apoyó una de sus manos sobre su cabeza, para ver que le ocurría. Pero por algún motivo, algo bloqueaba sus recuerdos.

La observó con confusión ¿Otra vez lo mismo? No era la primera vez que aquello ocurría. Más de una vez la había despertado en plena madrugada, por pesadillas, y no había podido ver que soñaba.

No debe ser importante, pensó restándole importancia, suspirando.

-o-o-o-o-

—¿A dónde fuiste anoche? ¡Te perdiste la fiesta!

—Sabes que sólo podía estar hasta las doce, así que de todos modos me la iba a perder.

—¿Te fuiste con el amigo de N? —preguntó sonriendo divertida.

—No, ni sé que pasó con ese muchacho. Estuve hablando con Ismael, que también estaba en la fiesta, y después tomó un taxi hasta mi casa.

—¿Ismael también estaba? —pronunció sorprendida—. No sabía que iría.

—Yo tampoco. En fin, lo poco que pude estar en la fiesta, no fue la gran cosa.

—Porque te fuiste muy temprano —le dijo rodando los ojos.

—¿Y qué tal "N"? —le preguntó mientras se pintaba las uñas de las manos.

—Pues —pronunció pensativa—... No era lo que esperaba.

—¿Por qué?

—No fue lo que decía ser en la cama.

Santo la observó con el ceño fruncido. ¿Cómo podía hablar tan deliberante de la infidelidad hacia su novio? Ella realmente no lo amaba.

"—Tú jamás hagas eso" le dijo a Evelin, a lo que ella respondió un no en sus pensamientos, mirando a su amiga.

Quizás, no estaban tomando un buen camino.

-o-o-o-o-

-Diecinueve años-

Desde aquella fiesta, hacía un año atrás, no había vuelto a ver a Ismael, y Evelin no había perdido la esperanzas de volver a encontrárselo en algún lugar.

Sabía que muchos estudiantes solían dejar las carreras cuando las comenzaban, porque al final terminaban dándose cuenta que no eran lo que esperaban.

Como su amiga Casey, que al final había decidido estudiar otra cosa, de la cual también se había aburrido al comienzo del año.

Suspiró aburrida, y siguió escuchando la clase, mientras tomaba algunos apuntes. Santo estaba a su lado también, aburrido. Aquellas clases eran lo más densas. Si fuera humano, terminaría por dormirse.

—Nos vemos el próximo jueves, recuerden traer la introducción de sus proyectos listas. Buen fin de semana, jóvenes —saludó el profesor, dando por finalizada la clase.

Evelin guardó sus cosas, y tomó su celular, caminando hacia fuera del aula. Distraída con ese aparato, Santo observó molesto como se dirigía a las escaleras.

"—Escalón"

Ella levantó la vista, y vio que se había detenido frente al primer escalón.

—Que tonta —pronunció aliviada, al ver que no había continuado avanzando.

O habría terminado rodando escaleras abajo.

—Mm, ¿Cómo puede ser qué no lo encuentre en ninguna red social? —se inquirió en un tono bajo, frustrada por no hallar a Ismael.

"Fácil, no uso eso"

—En serio quería verte —murmuró desanimada.

Santo la observó por un momento, y luego rodó lo ojos. No cumpliría los caprichos absurdos de una humana.

Evelin fue hasta una heladería, y pidió un batido. Aún no quería regresar a su casa, y Casey no salía hasta dentro de tres horas de sus clases, por lo que tenía bastante tiempo libre.

La castaña fue hasta una de las mesas de afuera, y mientras bebía su batido, se puso a buscar información sobre su proyecto. Sí, Santo estaba satisfecho con ésta nueva etapa de ella. Desde que se había alejado de su amiga, era más centrada en sus clases.

Observó con recelo como un muchacho no dejaba de ver a la joven estudiante, y decidió hacer algo al respecto. Fue hasta al baño de la heladería, y salió de él con su cuerpo ya materializado, caminando hasta la castaña.

—¿Evelin Temple? —pronunció fingiendo sorpresa.

Ella levantó la cabeza, y al verlo, sonrió sorprendida, emocionada.

—Ismael, no pensé que volvería a verte nuevamente. Siéntate por favor.

—Yo tampoco —sonrió—. Pero qué casualidad, en la misma heladería donde siempre vengo luego de clases.

—¿Qué estudias ahora?

—Abogacía.

—Oh ¿Ahora defenderás a criminales? —preguntó divertida.

—No, sólo a jóvenes tontas —sonrió—. ¿Qué tomas?

—Un batido de cereza ¿Quieres?

—Mm, nunca probé.

—Prueba —sonrió acercando el vaso a él.

Él la miró a los ojos, y luego sus labios, antes de darle un sorbo al batido, saboreando aquel delicioso sabor a cereza.

—Tienes razón, está rico, creo que pediré uno.

—Claro, aquí te espero.

En cuanto el muchacho se puso de pie, sacó rápidamente su celular, tecleando un mensaje para Casey.

"¡Estoy con Ismael! ¡Dios! Está más fuerte que antes."

"¡¿Y qué esperabas, estúpida?! Si no lo encaras tú ésta vez, olvídate de tener otra oportunidad. Pasó un año, Eve ¡Actúa de una puta vez!"

Guardó su celular al ver que el muchacho regresaba, y respiró profundo, sintiéndose nerviosa. Sabía que Casey tenía razón, no tendría otra oportunidad.

—¿Y de qué lo pediste al final?

—Multifruta —le dijo dándole una mordida al panecillo que también se había llevado.

—Ah ¿Está bueno? ¿De qué frutas está hecho?

—Mm, no lo sé, la chica sólo me dijo que había uno multifruta, al ver que no me decidía por cuál elegir —sonrió dándole un sorbo.

—¿Y está bueno?

—¿Quieres probar?

Ella asintió con la cabeza, pero antes de que le acercara su vaso, Evelin se inclinó hacia adelante, robándole un beso.

Santo abrió los ojos aturdido, quedándose inmóvil, sin saber cómo descifrar aquella nueva sensación en su interior.

Evelin lo tomó del rostro suavemente, y abrió su boca, tomando su labio inferior entre los suyos, instándolo a que le correspondiera.

Pero él no lo hizo.

Apenada, y sintiéndose una completa estúpida, se separó de él, sin poder verlo a los ojos.

—L-Lo siento, y-yo...

Ni siquiera sabía que decirle. Tomó su bolso, y se fue rápidamente de allí, sintiéndose tan avergonzada. Por su parte, Santo estaba pálido, aún aturdido por lo que ella había hecho.

Lo había besado.

...

No tan SantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora