EMMA
Escucho voces lejanas, como si fueran ecos que golpean las paredes de un largo pasillo antes de alcanzarme. Me concentro en ellas, tratando de acortar la lejanía que me separa de aquellas palabras para poder entenderlas mejor, porque cuando escucho mi nombre ser pronunciado viene a mí la idea de que pueden tener alguna importancia.
Navego por un cielo oscurecido y repleto de estrellas hasta empezar a sentir las voces más cercanas. A una la reconozco casi de inmediato, pertenece a Owen, aquel chico de mirada de cristal y misterio de luna. El ángel que apareció en mi vida para modificarla por completo, que al principio me parecía un grandísimo cabrón, pero terminó por ser alguien realmente cercano cuando se propuso romper las barreras.
Supongo que prácticamente convivir con tu enemigo es perfectamente un motivo para estar de mal humor.
¿Pero qué hace en mi mente y por qué lo oigo tan alterado?
Me preocupo. Trato de recordar qué pasó, por qué tengo los ojos cerrados si yo quiero abrirlos, pero no se me viene nada a la mente. Quizás estoy teniendo una pesadilla, uno de aquellos funestos sueños nocturnos, aunque yo siento que tengo control sobre mi mente, puedo pensar más claramente que en cualquier otro sueño. Entonces, ¿qué?
La otra voz no se tarda en llegar y me cuesta reconcerla al principio, hasta que termino de darme cuenta que se trata de Steven, un chico de mi colegio que he visto un par de veces.
Entonces todo se remueve en mí: el momento con Owen, el ángel que nos atacó, la pelea por nuestra vida, la aparición del caído y de Steven, mi cuerpo moviéndose solo, haciendo desaparecer a Zhiel y provocando que perdiera mi consciencia. Todo se mueve dentro de mi cabeza una y otra vez, como si fuese alguna especie de bucle maldito, un recordatorio macabro de lo que había olvidado completamente.
Grito, pero mi voz no sale; sin embargo, el bucle se detiene y las voces, ahora, suenan nítidas para mí.
—Tú no la quieres de esa forma —grita Owen, que parece agitado, prácticamente desgarrado. Recuerdo que, antes de caer, él había sido golpeado por Zhiel. ¿Estará mal todavía? ¿Seguiremos en el bosque? Yo debería estar sintiendo la tierra debajo de mí, pero no tengo ninguna sensación... ¿Me habré roto algo?—. No sabes de lo que hablas.
Y yo definitivamente no sé qué es lo que estoy escuchando, ni cómo.
Por un momento las palabras parecen perderse un poco, como si algo me empujara lejos de mí misma. Quizás sí, después de todo, estoy soñando. Como si se tratase de recuperar un hilo, hago fuerza para aferrarme de las últimas palabras que salen de la boca de Steven.
—Con los poderes desbloqueados es mucho más fácil percibirla. Debe volver a aparentar ser humana, y eso implica que te olvide a ti y todo lo que le contaste.
ESTÁS LEYENDO
Ojos de cristal [LIBRO 3]
ParanormalTodo estaba tranquilo en la vida de Emma Cusnier. Ella pensaba que sus vacaciones familiares serían perfectas... hasta que conoció ese par de ojos de cristal, esa mirada azul junto al hoyuelo burlón. Se supone que las vacaciones deben ser para rela...