Pensamientos de una adolescente introvertida. ©

Pensamiento 8

31 de Diciembre.

Vaya fecha ¿no?

Finaliza el año, el día en el que todo tiene que salir perfecto, donde te reunirás con tu familia y amigos a celebrar otro año más de vida, viendo los fuegos artificiales iluminar el cielo justo a esa hora, a las 12:00am.

Esa es la expectativa, lo ideal, lo correcto.

Esta expectativa era mi realidad hace diez años, cuando era apenas una niña, pero ahora es distinta.

Recuerdo que solíamos cocinar mucha comida, de todo los tipos, no nada mas la típica que se come en navidad. Invitabamos a toda la familia desde temprano, prácticamente pasábamos todo el día juntos.

Pero al pasar los años fueron cambiando las cosas. Lamentablemente ocurrieron una serie de hechos que nos marcaron, la muerte de dos tíos, se incendió el negocio y la casa de una tía, otros familiares yéndose del país...

Hasta que al final, los que quedamos éramos tan pocos que se podían contar.

Diciembre se volvió un mes sombrío, porque da la casualidad de que todos los hechos anteriores ocurrieron en estas mismas fechas.

Mis padres y hermanos siempre trataban de hacer algo diferente entre nosotros, para no perder la costumbre. Preparábamos parrillas, jugábamos dominó, cartas, y otros juegos de mesa. Nos divertíamos, dejando de lado las preocupaciones que nos suelen agobiar día a día.

Así que a pesar de las pérdidas, de las tristezas, siempre va a haber un pequeño momento de alegría en su estado más puro, no nos daremos cuenta de ello hasta que pase el tiempo. Por eso, hay que vivir cada momento como si fuese el último, que frase más cliché ¿cierto?

Pero es la verdad, porque un minuto te puedes estar riendo a carcajadas y al otro puedes estar llorando. Porque así es la vida.

Si eres una persona que se estresa mucho, si eres del tipo de persona que siempre está preocupada por el futuro, dejame decirte que no estás viviendo. Mi único consejo para ti es que dejes que las cosas fluyan, porque de nada va a servir que te duela la cabeza por cosas que no valen la pena.

Sal, disfruta de los que te rodean, come lo que tu quieras a la hora que quieras, dile a esa persona lo que sientes, abraza a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos, usa la ropa que tu quieras, has locuras, escribe una lista de deseos y ve a cumplirlos en año nuevo, ayuda a las personas...

Te digo esto para que recapacites y no te arrepientas de no haberlo hecho nunca.

Porque puede ser que hoy estemos vivos, pero mañana nadie lo sabe.