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Vacaciones. Por fin vacaciones de verano.

Se preguntarán: ¿Qué pasó después de aquel percance entre ustedes?

Pues, las cosas cambiaron, y me alegra decir esta vez que para bien. Me había acercado mas a ellas y su grupo de amigas. Mi prima se dio cuenta que antes que todo, somos familia.

Empecé a acercarme de a poco. Les hacía interesante ver la variedad de canciones que tenía en aquel entonces, ya que era una fiel amante de la música. Se puede decir que ese último año terminó mas que bien, a diferencia de los anteriores. Por lo que ahora estoy de vacaciones.

Mis hermanos, que estudiaban sus carreras universitarias lejos del pueblo en el que vivía, regresaron para pasar un par de semanas con nosotros, mis padres y yo.

Esto me ponía muy feliz ya que ¿Quién no extrañaría a sus hermanos?

Yo era pequeña, pues tenía sólo diez años, y mis crisis existenciales se basaban en preguntarme si jugaría con mi hermana o mi hermano el último día de su estancia. Recuerdo que me la pasaba yendo de una habitación a la otra para poder pasar el mismo tiempo con cada uno. Los iba a extrañar muchísimo, pues solo los veía como tres veces al año, al final me desesperaba y terminaba llorando en medio del pasillo que dividían las habitaciones. Sentía que estaba eligiendo a uno sobre el otro, lo cual no era cierto, pero me hacía sentir culpable.

Pero ¿Qué tanto conozco a mis hermanos? Además de ser pequeña y no recordar muchas cosas, sólo los veía pocas veces. No convivía los trecientos sesenta y cinco días al año con ellos, lo cual me llevaba a las interrogantes "¿Cómo se comportarían sin mis padres presentes?" "¿Discutirían todo el tiempo o se llevarían bien?" "¿Se ayudarían en las tareas de la casa?" "¿Se turnarían a la hora de hacer la comida?" "¿Saldrían de fiesta o algo por el estilo?". Esas y muchas preguntas más....

Cuando los llamaba por teléfono, a duras penas hablábamos máximo dos minutos. Con mi hermana cinco, y ése era un récord. Pero ya tendría el tiempo suficiente para conocerlos.


Pensamientos de una adolescente introvertida. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora