Valentina Copper.
Me desperté escuchando las carcajadas que provenían desde abajo, fruncí el ceño cuando escuché un grito por lo que me vestí rápidamente y bajé las escaleras corriendo. Habían pasado dos semanas y los mellizos se habían marchado, pero antes de dejarnos me dieron incontables razones por las que debería llamarlos y salir en una cita con ellos dentro de unos años.
Se habían ganado mi cariño.
Mi padre estaba conversando felizmente con los chicos, ¿Cuándo llegó?. Nick alzó su vista y esbozó una gran sonrisa para señalarme haciendo que todos voltearan.
— Papá.— dije con la voz adormilada y confundida.
— ¡Valentina!.— respondió en un grito mientras extendía sus brazos para abrazarme, al instante correspondí a su gesto.
— Tenemos algo que contarte.— siguió el hombre y miré a los chicos quienes rieron por lo bajo.
La sonrisa en el rostro de mi padre era imposible de ocultar.
— Festejaremos tu cumpleaños.— comentó el hombre y fruncí mi ceño, el último cumpleaños que festeje fue a mis seis años.
— ¿Qué?.
Tampoco recordaba que estábamos cerca de mi cumpleaños.
— Haremos una fiesta con toda la familia y tus amigos pueden venir, sólo quiero pedirte un favor.— susurró lo último de forma tímida y alcé mi ceja, mi pequeño cerebro aún no lograba procesar lo que escuchaba.— Concédeme un baile.
Sonreí.
— No tengo problema alguno, pero no sé bailar.— admití rascando mi brazo nerviosa y él rió.
— Los chicos saben hacerlo, pueden enseñarte.— respondió mirándolos y ellos asintieron al instante, nunca los había visto tan callados.— Iré a dormir un poco.
Me besó la coronilla de la cabeza y luego de despedirse con los chicos, se marchó. Observé las escaleras procesando lo que acababa de pasar y no podía creer que festejaría mi cumpleaños, habían pasado muchos años desde la última vez que le di importancia.
— Thomas, ¿Cómo festeja los cumpleaños nuestro padre?.— pregunté nerviosa.
Debía bailar con mi padre, no sabía bailar y se sentiría extraño luego de estar tantos años separados. Era como un estúpido sueño infantil que estaba por cumplirse.
— Vendrán las personas que nombró y también algunos socios de su empresa, ya sabes.— dijo encogiéndose de hombros y lo miré incrédula.
Thomas, yo me crie en el lado negativo de la familia.
Lo pensé pero no lo dije.
— Mierda.
Todos estallaron en carcajadas y comprendí que mi hermano se había burlado de mi, en mí cara. Le enseñé mi dedo corazón junto a una falsa sonrisa y él rió.
— La práctica hace al maestro.— comentó Pierce dirigiéndose a un parlante y conectó su móvil al mismo.— Comencemos.
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Pequeño Demonio: El Comienzo ✔
RomanceSe supone que a los dieciséis años una chica debe estar de novia y ser feliz, pero no es su caso. Ella no es cualquier chica, ella rompe los estereotipos de una adolescente y destruye las reglas. Tras mudarse con su padre, quién no ve hace años, to...