EPÍLOGO

6K 268 14
                                    

Los ojos azules de la chica se posaron sobre los de la mujer que estaba frente a ella anotando cada cosa que decía aunque no hablaba demasiado, Valentina se había vuelto callada y tenebrosa, apagada. Sus ojeras se habían vuelto parte de su rostro al igual que sus labios resecos, su piel estaba más pálida que antes ya que no salía de su habitación y debía colocarse gotas en los ojos ya que los tenía resecos.

Todos estaban preocupados por su estado ya que su herida emocional abarcó su estado físico haciéndola bajar de peso y el llanto nocturno se volvió una costumbre. ¿Cómo podría eliminar todos los momentos que vivió a su lado? Era imposible.

— ¿Entonces piensas vivir en el pasado y detener tu vida por personas que te dejaron?.— preguntó la psicóloga a lo que ella se encogió de hombros.

— Siempre estuve en un pozo sin salida y antes lo sabía muy bien, pero ellos me hicieron creer que había escapatoria.— respondió con la voz rasposa.— Yo confíe en ellos, ese fue mi primer error.

Luego les tomé cariño, creía que seríamos una familia feliz y toda esa mierda. Es irónico, ¿No?. Las personas son falsas, hipócritas que viven burlándose de los débiles de buen corazón. Los chicos fueron los amigos que nunca tuve, mi hermano dijo amarme y lamentar que estuviéramos tantos años separados pero se fue con sus amigos y me abandonó cuando tuvo la oportunidad de hacerlo.

La mujer se sorprendió ya que era la primera vez en un mes de sesiones donde Valentina soltaba cada pensamiento que cruzaba por su mente, la adolescente apretó sus puños contra el asiento mientras tensaba su mandíbula molesta.

— ¿Y Alex? Oh maldito hijo de perra, tantas promesas y palabras bonitas me demostraron que el amor es una falsedad creada por los humanos.— soltó.— ¿Amor? Ese es el nombre que le pusieron las personas al hecho de buscar pareja para satisfacer sus necesidades, somos humanos lo cual nos vuelve egoístas.

» Si una persona necesita cariño va a buscar otra persona que se lo dé, así funciona. Es un circuito sin fin en el cual sólo nos preocupamos por nosotros y nuestras prioridades, el amor no existe, es una manta de color rosa que oculta el egoísmo humano.

El lápiz de la mujer cayó al suelo mientras observaba a Valentina quien retenía las lágrimas en sus ojos, su pequeño cuerpo temblaba de temor por sus palabras y ella sólo sonrió.

— ¿Y Thomas?.— preguntó su psicóloga.

Silencio.

¿Qué podía decir ella de su hermano? Le dijo que la amaba, era natural que se sintiera traicionada al ver que su hermano mayor prefirió marcharse con sus amigos antes de seguir con ella. Thomas llamó a su padre una sola vez para decirle que estaban bien y no había de qué preocuparse, pero en realidad sí lo había: ellos dejaron atrás a una persona luego de prometerle estar a su lado por siempre.

Las promesas perdieron significado al igual que las palabras, la frase "Te amo" resultó irrelevante para ella quien recibió cientos de puñaladas directas en su corazón.

— Thomas no está y no volverá.— sentenció.— ¿Qué queda de mí? Supongo que podría jugar a la hija prodigio y vivir con mi padre y Amelia, de pequeña mi madre solía regañarme cada vez que me hablaba sobre mi padre o hermano.

» Pero ahora no tengo fuerzas para hacerlo, el hecho de pensar en todas las veces que lloré por él y ambos sabemos lo difícil que fue separarnos, sin embargo, todas esas lágrimas quedaron en la nada misma ya que Thomas se volvió a alejar de mí.

Valentina levantó su vista hacía la mujer con desinterés, se puso de pie y acomodó su ropa para caminar hacía la puerta.

— Valentina, aún no terminamos la sesión.

Se detuvo en seco con la mano sobre la perilla mientras que sus ojos veían hacía la nada misma. Físicamente se veía normal, una chica de diecisiete años a la cual le rompieron el corazón; pero emocionalmente se podía ver cómo una persona luchaba por juntar los pedazos de su ser que otros se encargaron de romper.

Una oscuridad prevista parecía tomar control de su corazón y mente, aquellos pensamientos que creó de pequeña volvieron a tener sentido. Ella fue una ilusa al creer que alguien la amaría realmente, fue patético depender de otra persona y sentirse segura junto a alguien, jamás debió verlos con cariño.

— Yo no debía quererlos.— murmuró.— Ellos no encajan en nuestro mundo, usted y yo somos personas que viven una pacífica vida en comparación a ellos.

— ¿Qué tipo de vida tienen ellos?.

— Doctora, no deje que cualquier persona entre a su vida o acabará como yo.— susurró con los ojos cristalizados.

— Valen, no debes...— murmuró la mujer.

Era la primera vez que Valentina veía con otros ojos a los chicos, siempre le preocupó el hecho de que estuvieran relacionados a negocios oscuros, ella sabía que para ser un cazador debían existir las presas y ellos eran los mejores cazadores que conoció. La sangre cubrió sus manos, ellos gozaban vivir entre la oscuridad.

Es por eso que antes de salir de la habitación decidió mirar a la inocente mujer que no comprendía nada de lo que ella decía, Valentina sabía que era imposible que alguien la comprendiera y por eso se dedicaba a hablarse a sí misma.

— Esos chicos son la personificación del caos.— finalizó.

~○~

La continuación de este primer libro se llama "Pequeño Demonio: Caos". Pueden encontrarla disponible en mi perfil.

Gracias por leer.

-tsu245.

Pequeño Demonio: El Comienzo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora