18. La verdad duele

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En casa de los Dark Rose... (Narra autora)

Ah, Navidad, un día donde nada puede terminar mal. Con amigos reunidos para la cena, niños contentos ya dormidos, los regalos abiertos, alcohol para seguir la reunión... ¿Qué podría salir mal?... Eran las 8 de la mañana, los invitados apenas empezaban a irse. Gerard y Ali subieron las escaleras para encontrarse con todos los chicos durmiendo en el sofá, o al menos casi todos. Al ver que las cosas seguían normales decidieron irse a su cuarto.

—¿No crees que deberíamos llevarlos a sus cuartos? Hace demasiado frío para que estén todos ahí— dijo Ali

—No en mucho ya se van a despertar, Al. Mejor dejémoslos así, y si les da frío vendrán a acostarse aquí— contestó su esposo

—Ger, vamos a llevarlos a sus cuartos. Está helando—

—Ay, linda...— lo interrumpió

—Ay linda nada, no voy a estar respondiendo porque todos estén enfermos mañana y tengas que estar dando y comprando medicinas—

—Eso no es problema, bombón—

—Gerard, vamos. No te estoy preguntando—. El equidna suspiró y se levantó de la cama.

Ambos salieron del cuarto con batas y pijamas puestas, realmente era una mañana muy fría. Ali tomó al pequeño Silver y a Amy para dejarlos en sus cuartos; Gerard llevó a los erizos azul y verde; luego ambos regresaron por Tikal, Knuckles y Rouge. Pero faltaba uno. Al no ver al erizo negro ahí, Ali subió hasta su cuarto sin mucha preocupación, pensando que estaría ya en cama desde la noche. La puerta de madera del cuarto del vetado estaba entre abierta, como la dejó en la noche al momento de salir al jardín.

—Shadi, mi amor... ¿Dejas que Silv duerma contigo?— habló Ali, con voz muy baja, hacia dentro del cuarto. Aún llevaba al erizo plateado dormido en brazos, después de dejar a la peli rosa en su cuarto.

No hubo respuesta. Así que lo intentó otra vez.

—Shaaaadi, sólo un ratito—. Y por segunda ocasión, nada. La coneja naranja entró al cuarto, para encontrarse con que la cama estaba tendida, y unas chamarras y bufandas tiradas en el piso. —¿Shadi?—. Dejó a Silver en la cama y lo arropó, mientras iba a buscar la pista de uno de sus hijos. Salió del cuarto a buscar en las demás habitaciones de los niños, pero nada, no había ni rastro de Shadow.

—Al, ya dejé a los niños. Rouge va a dormir en el cuarto de Tikal, y Ti duerme con Cream; Knux está con Sonic y...— lo volvió a interrumpir. Gerard estaba en la segunda planta, donde se encontraban los cuartos de las niñas y el cuarto de la pareja. Ella lo miró con desespero. —¿Pasó algo?—

—Shadow no está—

—¿Ya buscaste en los cuartos, en el baño? ¡Iré a buscarlo abajo!—

La búsqueda del erizo negro se inició por los cuartos de la planta alta, closets, los baños de cada cuarto, en la sala de juegos, debajo de las mesas, sillones... Pero nada, seguían sin encontrar rastro alguno. El último lugar donde se decidieron a buscar fue la cocina, donde se dieron cuenta que la puerta estaba totalmente abierta, y unos pasos más lejos en el pasto una escopeta de dardos de juguete y una lámpara aún encendida se encontraban.

No tenían ni la menor idea de que ese sería su infierno por mucho tiempo...

En un recóndito lugar del ARK (Shadow's POV)...

Hacía demasiado frío, seguramente me había quedado dormido con Silver y me robó las cobijas. Eso es lo que odiaba de dormir con él. Me desperté con pesadez, el cuerpo me dolía terrible y sólo podía ver siluetas, mi vista estaba demasiado cansada. ¿Sería que me habría enfermado por haber salido a jugar en la noche al jardín?

Welcome to my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora