Welcome to my life

22. Cambio de identidad

"En últimas noticias: el cuartel G.U.N. Reporta el robo de una de las piedras más poderosas del planeta. Tras los últimos meses monitoreando extraños movimientos en la base de Westópolis, apenas hay registro en video del posible culpable del atraco. Las autoridades..."

—Durante 6 malditos años lo estuviste haciendo perfecto. ¿Y ahora me fallas así? ¡Ashura te ha estado entrenando de la manera más perfecta y tú echas a perder todo su trabajo en una noche! Si te atrapan no habrá manera de rescatarte, te encerrarán en Isla Prisión y ahí te quedarás el resto de tu vida—

Odio los regaños de este tipo que se hace llamar "mi padre". Ni siquiera nos parecemos en nada: soy un maldito erizo negro, él es una criatura extraña salida del mismo infierno, no encuentro la razón del por qué dice eso. Rodé los ojos y me crucé de brazos.

—Traje la esmeralda, ¿no? Me mandaste sólo por eso, y lo hice; no a que, después de todo mi trabajo, busques todos y cada uno de mis errores— dije, mientras caminaba a la salida de esa sala.

—Ya no tienes 5 años, Shadow. Eres la forma de vida perfecta, y no le encuentro una explicación a toda tus fallas. Si no destruyes esas grabaciones, estás perdido—

—Lo que sea...— contesté desde lejos

Caminé por un largo pasillo hasta mi habitación. Había días en los que ya no soportaba a Black Doom, me trataba de una manera sumamente extraña... Era como si quisiera dejarme ir pero a la vez no perderme, y empezó a ser así cuando cumplí 8, esa edad fue el detonante para que empezara a tratarme como el adulto que aún no era. Me dejaba a cargo de Ashura para que hiciera lo peor de mí, y conmigo.

Gracias a esos dos experimenté los peores 7 años de mi vida, ya que de los últimos 6 no tengo recuerdo alguno. Todos basándose en terribles pruebas de obtención de mi ADN para tener resguardos en casos de vida o muerte, hasta alguna que otra "tortura" por hacer las cosas mal. Pero igual tengo mucho que agradecerles, porque sin ellos no hubiera descubierto todo ese potencial que tenía. El erizo verde me enseñó a luchar y ganar, usar armas, escabullirme; y estábamos por encontrar las últimas esmeraldas que necesitábamos para enseñarme nuevas técnicas, y lograr la dominación de Westópolis. Y eso sólo con casi 14 años.

En fin... Llegué a mi habitación y me tiré en mi cama. Estaba muerto por haber sido perseguido por drones y alguno que otro robot tanto tiempo, la velocidad no era mi mejor cualidad y eso no me ayudaba en mucho cuando de las esmeraldas se tratase. Fue un milagro el haber logrado escapar de ahí, de no ser porque un tipo se me atravesó varias veces y me hizo tropezar, casi perdí la esmeralda azul que me costó mucho sacar de la base de G.U.N. Su velocidad era en serio que impresionante, pensé que no escaparía de esa, pero gracias a Ashura estoy aquí, sano, algo golpeado y a salvo.

—Día duro, ¿eh?— me sorprendió la voz de la eriza rubia

—Por poco y no me vuelves a ver jamás. Pero la tengo— dije, tomando la piedra azul entre mis manos

—Es la tercera vez en la semana, Shadi—

—Ya no me digas Shadi, ya no soy un bebé—

—¡Uy! Pues perdón "señor" Black. Sólo cuídate, ¿sí? No sé qué haría sin ti—

—Ya pronto tendré todas las esmeraldas caos, y cuando ese momento llegue, te juro que nos iremos de aquí para no tener que soportar más a esos dos—

La eriza rubia era mi mejor amiga, y la única. Según a ella, después de un terrible accidente, alteraron genéticamente su ser para que pudiera sobrevivir, ya que estuvo al borde de la muerte. Se supone que los tres erizos que vivimos en la estación espacial estamos "alterados genéticamente" y no podemos huir del ARK porque ponemos en peligro nuestras vidas. En pocos años comprendí que eso era una vil mentira, ya había ido y venido del ARK a Mobius tantas veces y jamás tuve sensación de malestar alguna, o de muerte. Y de hecho, aunque tratáramos de huir, Ashura siempre iba detrás de nosotros, era como un GPS un tanto amorfo y malhumorado.