Welcome to my life

20. Buscando respuestas

—No hay motivo para asustarse, pequeño— me dijo ese extraño ente con su muy gruesa voz

—¿D-de dónde me conoces?—

—Desde siempre, Shadow. Te robaron de nuestro lado—

—J-jamás recuerdo haber estado con ustedes. No pertenezco aquí— respondí seco, pero con yerro a la vez

—Así no va la historia— río, burlón

—Si estoy aquí es porque quiero saber la realidad, no para conocer esa "historia"—

—Y llegaste muy a tiempo para conocerte a ti mismo—

¿Y esa cosa de dónde rayos había salido? Aún tenía preguntas sin respuesta y luego aparece esa cosa extraña a decirme que me conoce. Me crucé de brazos y traté de verlo fijo a uno de sus varios ojos, fue algo complicado a decir verdad.

—¿Y cómo es que se supone sabes tanto de mí?—

—Porque estuvimos siguiendo tus movimientos por años. De ti y de todos aquellos que te rodeaban... Gracias a mí es que tú existes. Para tu creación usaron mi sangre, y de ahí salieron las formas de vida perfectas que nos ayudarían a Gerald y a mí a dominar todo Mobius. Pero siempre hay obstáculos en el camino...—

¿Había escuchado bien? ¿gracias a él? Entonces el lobo decía la verdad sobre mis padres, que ni siquiera tenía. Y lo de mi supuesto hermano... Aunque, en los sueños de Silver... ¡Los sueños de Silver! María le había dicho algo sobre que pudiera que tuviéramos un hermano muy parecido a mí. Así que, ella sabía la historia... Todo era real.

Me quedé serio por un rato, viendo al piso, como ido. Tenía esa ansiedad de saber qué había sido de mi "hermano", el por qué de mi robo, cómo era que Silver había sido el elegido por María o por Black Doom para decirle esos indicios... Había varias cosas que no me terminaban de quedar claras, y que no les terminaba de encontrar sentido: si se supone que no tenía padres, ¿de dónde rayos vine? ¿acaso soy un robot? De hecho, al llegar ahí, hasta mi nombre fue distinto.

—Entonces... ¿sabes quién soy realmente?— pensé en voz alta

—¿Por qué no dejas de hacer preguntas? Es lo único que has hecho desde que llegaste— me preguntó el lobo ahora, fastidiado

—Es un niño, Wolf. Los niños siempre preguntan para saber lo que no entienden— le dijo María

—Pues aquí vas a tener que aprender a crecer. ¿Lo entrenaré para que sea un mercenario, jefe?—

—Tengo un trato para ti, Shadow. Existen 7 piedras muy poderosas llamadas "Las esmeraldas del caos". Durante muchos años, el G.U.N. las ha estado rastreando y resguardando las que ellos tienen, al igual que nosotros. Es sumamente importante que nosotros tengamos las 7, ya que si ellos las encuentran primero, la destrucción de esta estación espacial será inminente. Esas cosas tienen un poder infinito, que si cae en las manos equivocadas, puede llegar a ser el fin. Así que tú dices... ¿Estás dispuesto a conseguirlas por saber quién eres?— ignoró por completo a O'Donnell, centrando toda su atención en mí.

De su mano salió una piedra roja con un brillo muy resplandeciente. Era justo como la que le dio María a mi hermano, sólo que la suya era turquesa.