Welcome to my World [EN CORRECCIÓN]

Capítulo 8

Había sacado tantas suposiciones tratando de entender a Michael, pero jamás pensé desilusionarme tanto con respecto a él. Sin embargo, esa agresividad para hacer las cosas me desconcertaba
Mi corazón estaba a mil por hora y si se puede exagerar, a cien mil por hora, diversas preguntas rondaban por mi mente, ¿Qué pasaría conmigo?, ¿Sería Michael un psicópata?, no lo sabía, pero debía estar atenta y mantenerme lejos de él aunque mi propio cuerpo no lo quisiera. Ese día llegué completamente en shock a casa y Nana no me preguntó nada, yo solo caminé hacía mi habitación para luego recostarme a pensar.

Al día siguiente llegué al instituto y busqué inmediatamente a Brenda, me había hecho muy amiga de ella, porque me parecía la más sensata de mi clase o tal vez del instituto entero, fuimos juntas a la cafetería y cuando caminábamos por el pasillo levanto mi mirada y veo que se venía acercando Michael muy serio y al parecer triste, así que supuse que no estaría para bromas. Pasó por al lado mío sin decir una palabra, como si ya tuviera un objetivo yo me quedé mirando cómo se alejaba y de un momento a otro se da vuelta a mirarme como si ya supiera que me iba a quedar mirándolo, fue entonces cuando volví a mirar al frente y me olvide de aquel rostro. Mi verdadero tormento comenzaba aquí, Brenda y yo salimos a los pastizales del instituto que era cerca de las canchas de fútbol, estábamos sentadas en uno de los arboles más grandes de aquel patio y ambas leíamos con atención la tarea de literatura, las dos escuchábamos música y de un momento a otro mi vista se desvía a una pequeña escena a lo lejos. Estaba Michael y la chica rubia más perra del instituto, sin mencionar que era la típica Barbie que se acostaba con el primer hombre que tenga los bolsillos llenos, pero a mí poco me importaba esa estúpida, yo me mantenía fija en los ojos verde-azules de Michael, aquellos estaban serenos y tranquilos, pero cuando la rubia se da media vuelta y se larga, sus ojos cambiaron totalmente, esta vez estaban tristes y al mismo tiempo furiosos, pero él trataba de ocultarlo con todas sus fuerzas y lo mismo hacía con las lágrimas, mis ojos parpadearon tres veces y de pronto ya no lo vi más. No conforme, me levanté y lo busqué para ver qué era lo que haría, Brenda no se percató de que yo no estaba porque se había quedado dormida leyendo, seguí caminando y no lo encontré e incluso aunque no lo creyera ni yo misma, estaba siendo disimulada. Llegué hasta la cancha de fútbol americano y miraba para todos lados pero no veía nada más que, gente y más gente, ese momento posiblemente fue uno de los más especiales en mi vida porque una pelota de fútbol se acercaba a mí a toda velocidad y yo ni me había dado cuenta, cuando de pronto alguien grita –"¡Cuidado!"- y sin darme cuenta de un momento a otro yo estaba en el suelo encima de alguien pero no sabía quién, hasta que abrí los ojos y veo los suyos, sus hermosos ojos mirándome coquetamente y convenciéndome de una sola cosa, no quería moverme de allí.

Podía sentir su respiración en mis labios y su nariz sobre la mía, podría llegar a jurar que eran menos de 5 centímetros los que me separaban de Michael y yo como una tonta no sabía qué hacer pero él rompió el silencio diciendo -"Es mi idea o si fuera por ti te quedarías así toda la tarde"- yo me había sonrojado como un tomate y me levanté de inmediato para que luego lo hiciera él, yo tartamudeaba diciendo -"Yo. . . es que. . . venía una pelota y tú te atravesaste, no supe que hacer. . . lo siento"-, es entonces que él me dice -"No te preocupes, después de todo es lo mejor que me ha sucedido en el día"- con eso último que dijo, mis ojos se abrieron a algo nuevo y lo peor es que no sabía que era, Michael me regaló una sonrisa y yo igual a él, pero justo suena el timbre y Brenda me buscaba por todas partes así que yo me dispuse a largarme pero me daba vuelta todo el tiempo hasta que se marchó y yo volvía a mirar frente.