Capítulo 10

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Creo que si en este minuto lo pienso con calma, había sido un poco dura con Michael al dejarlo en vergüenza de esa forma, pero es que se lo merecía, y por eso hice lo que hice, después de que la rabia se pasara vino a mí una culpa tan grande que de pronto sentía que el muy estúpido me importaba y mucho, y ni siquiera era esa importancia de que quieres llamar su atención ni estar cerca de él, sino que de mirarlo fijamente y decirle lo mucho que lo siento y que de cierta forma era un imbécil por hacer lo que hizo pero de todos modos me importaba. Mi cabeza daba mil vueltas, por una parte la maldita culpa y por otra la maldita rabia, ¿Qué rayos pasaba conmigo?, sé que muchas veces me hago esa pregunta pero creo que este instituto o quizás Michael me habían cambiado drásticamente cosa que no quería que pasara pero igualmente ocurrió. Volví al instituto y todo el mundo me miraba mientras caminaba con Brenda, era como si yo fuese la única que se había atrevido a enfrentarse a los brabucones y a Michael con lo impulsivo que era, aunque si debo ser sincera tengo que reconocer que sus impulsos más fuertes solo han sido contra los hombres, jamás lo he visto tratar mal a otra mujer que no sea yo, pero creo que no debo cerrarme a otra decepción más. Supe desde entonces que este chico no era cosa fácil y que debía cuidarme de él, porque claramente no podía confiar en Michael.

Entré al salón y otra vez todo el mundo me miraba, pero ninguno se atrevía a decir ni una sola palabra, iba caminando hacia mi puesto favorito tranquila, y cuando al fin llegué, Michael ni me miraba, su cabeza estaba agachada como de costumbre, y sus ojos, que apenas se veían, transmitían culpa y vergüenza porque no se atrevía a darme la cara, las prostitutas de mi clase me observaban con atención mientras yo miraba a Michael con lástima, pero digna y consciente de lo que hice, caminé un poco más y me senté, las muy perras de mis compañeras me miraban y a la vez susurraban, quizás que cosas estén planeando, pero a mi poco me importaba, sobre todo la rubia a la que había visto con Michael, quien, según me dijo Brenda, se llamaba Ally. No sé quién se creía, pero yo no estaba dispuesta a caer en su juego, me senté en cuanto llegué a mi puesto y no me dignaba a mirar al lado por más ganas que tenía no iba a hacerlo, no caería de nuevo en su cara de arrepentimiento. Entonces comenzó una de mis pesadillas, una de las prostitutas (Que para que no suene tan indecente le diremos “Presumidas”) me buscó y me dijo –“¡Oye Nueva!, el director te está buscando, y quiere verte en su oficina pero ¡Ya!”- yo la miraba de pie a cabeza, aunque no sé porque siempre hacemos lo mismo, pero de todas formas lo hice, de algún modo sabía que debía hacer caso a lo que esa estúpida me decía, ya que, era el Director y a él no podía ignorarlo como a todos. Llegué al despacho y no había nadie, entonces cometí el peor error de todos, entré sin permiso y no había nadie el director no estaba y yo me sentía como una verdadera intrusa es entonces que cuando estaba a punto de sentarme, mientras admiraba un reloj de arena muy peculiar que estaba sobre el escritorio, llega el director y me dice asustándome –“Señorita Meyers, ¿Se puede saber que está haciendo aquí?”- a lo que yo respondo tartamudeando –“Señor. . . es que. . . me dijeron que usted me buscaba”- yo estaba nerviosa, pues había entrado sin permiso y eso ya era algo estúpido para lo que vendría después; mientras yo me levantaba él me decía –“Pues creo que fue una broma de mal gusto, porque yo no la mande a llamar, de hecho no tengo nada que hablar con usted”- es entonces que mi rabia empezó a asomarse y le dije –“Desde luego que sí señor, fue una pésima broma”- y el sentándose me dice –“Ahora si me disculpa tengo cosas que hacer”- a lo que yo ya caminando hacia la puerta le digo –“Claro señor, disculpe la molestia”-. Mi rabia comenzaba a hacerse más fuerte contra aquella chica muy Perra que me había hecho la broma, pero no la vi en todo el día después de aquella situación.

Entré al salón después, junto a Brenda, nos tocaba clase de Literatura y no vi a la chica que me había hecho la muy hermosa broma, es entonces que comenzó otra de mis tantas pesadillas. Por la puerta del salón entraba el Director y la chica que me había hecho la broma, el director le pedía autorización a mi maestra para quien sabe qué cosa, pero se notaba que no era buena, la chica me apuntaba y las Presumidas de sus amigas me miraban y se reían, por lo que supe que sería uno de sus juegos en los que yo no caería, el director se hace de la atención de toda mi clase y alza la voz dirigiéndose a mí –“Señorita Meyers, ¿Quiere acompañarme por favor?”- yo miraba a mis alrededores y Brenda me miraba extrañada incluso Michael. . . bueno él levantó la miraba cuando dijeron mi nombre y no sé qué significaba para él mi nombre porque para mí el de él, no significaba nada al menos de los dientes hacia fuera, yo me levanté sin vergüenza y me dispuse a avanzar, cuando salí del salón me acompañaron el director y aquella chica y a la única que yo miraba era a ella, es entonces que se rompió el silencio y el director dijo –“Muy bien señoritas, quiero que sean honestas para que terminemos con este asunto de una vez por todas”- recuerdo que después de que él dijo eso salió del salón mi maestra a defenderme y como toda la clase estaba en silencio podían escuchar lo que decíamos, luego de unos segundos la chica dice –“Mire señor director, yo la vi a ella entrar y salir de su oficina misteriosamente de hecho tengo un video que lo confirma”- con esto último saca su teléfono y el director mira detalladamente todo lo que ocurría pero a la vez me miraba a mí con cierta desconfianza y cuando al fin terminó me miró y dijo –“¿Estas consciente de lo que hiciste?”- a lo que yo enfadada le digo –“¿De qué cosa?”- pero él un poco más molesto me dice –“Por favor señorita Meyer, no vaya a negar que fue usted la que ayer me robó mi billetera la cual estaba sobre mi escritorio esta tarde cuando usted misteriosamente estaba sola y afirmaba que yo la había mandado a llamar cosa que no era cierta”- yo me enfadaba aún más con cada cosa que decía ese señor es por eso que le dije –“¡¿Qué?! Eso es una gran mentira señor director yo no le he robado nada”- él me miraba con sarcasmo y me decía –“Por favor señorita Meyers no me haga acusarla de ladrona enfrente de su maestra ni de su compañera, mejor asuma que fue usted quien robó mi billetera, no crea que porque es nueva va a pasar desapercibida recuerde que aún no sabemos nada de usted”- yo me quedé sin palabras cosa que no debí haber hecho, pero podía escuchar los susurros de mis compañeros y de hecho para mi mala suerte escuché a Ally como le decía a Michael que yo era lo peor incluso le dijo –“Ya lo ves Michael ahora tienes una buena razón para burlarte de ella después de lo que te hiso”- pero lo que no escuché fue la respuesta de Michael porque en ese momento no dijo nada.

Mi corazón estaba que explotaba y ya era tarde, pero Nana había llegado al instituto para hablar con el director, revisaron mis cosas como si fuera una ratera y eso me hacía sentir mal, quedé en vergüenza una vez más frente a todos mis compañeros incluso ante Brenda quien nunca me quito su apoyo y estuvo conmigo siempre. Fue entonces que el Director decidió que siguiera en el instituto porque no había pruebas de que yo tuviera su billetera pero seguía siendo la principal sospechosa, aunque debía hacer servicio comunitario mientras se resolvía todo esto. Yo ya comenzaba a odiar cada vez más esta mierda de instituto. Recuerdo que estaba limpiando los baños cuando entraron esas estúpidas y me comenzaron a molestar diciendo –“¡Oye! ¡Nueva!, limpia mis zapatos cuando termines”- yo no iba a seguirles su juego así que no las tomé en cuenta pero creo que se molestó más porque al salir dio vuelta todo el balde con el agua que tenía para limpiar, yo estaba frustrada así que me apoyé en el lavamanos para después agachar la cabeza y quitarme los guantes, no puedo negar que me veía realmente ridícula pero eso poco me importaba, fue entonces que llegó Brenda un poco alterada y agitada diciendo –“¡Annie!, esto no vas a creerlo. . . es completamente imposible. . . pero lo vi con mis propios ojos. . . y ahora él director te está buscando y. . . “- diciendo esto yo la interrumpo diciendo –“¡Brenda! ¿Quieres calmarte por favor?, ¿Como que el director me está buscando?”- a lo que ella un poco más calmada y respirando me dice –“Te está buscando porque encontró su billetera”-. Yo me apresuré un poco y llegué a su despacho con la misma facha que traía, él, apenas entré, me dijo –“Tiene una suerte increíble señorita Meyers”- a lo que yo le digo –“¿Me mando a llamar señor?”- por lo que él me dice –“Si, me temo que esta vez si la mande a llamar, para informarle que el señor Ruster vino esta tarde y me entregó en mis manos mi billetera, dijo que había sido una broma de mal gusto de unos niños de 4º grado”- mi lengua se seco, mi respiración se acortaba, mi corazón latía a mil por hora y mis manos sudaban demasiado, no sé si era por los guantes o por la situación, así que con un nudo en la garganta le dije –“Que Michael hizo ¿Qué?”- a lo que él respondió –“Pues lo que oye, tuvo demasiada suerte esta vez, ahora puede retirarse, todo esto ya está resuelto”-. Cuando salí del despacho todo lo que sentía se transformó en rabia y confusión así que apenas vi a Brenda en el pasillo le pregunte –“¿Has visto a Michael?”- por lo que ella me responde diciendo –“Si está en el camarín de chicos pero no creo que puedas entrar”- entonces yo le digo –“Eso no me importa”- yo tenía un punto fijo, debía ir a como dé lugar a hablar con ese imbécil. Llegué al camarín y entré tan rápido y tan furiosa que los dos hombres, además de Michael, me miraban cuando yo caminé hacia él, yo me distraje un poco con su perfecta espalda y sus hermosos y gruesos brazos, aunque no debo exagerar pero “Estúpido y Sensual Michael” cuando volví a concentrarme lo di vuelta y le dije casi gritando –“Quieres decirme ¿Qué rayos pretendes conmigo?”- él estaba extrañado y miró a los otros dos haciéndoles un gesto con la cara para que ambos se marcharan, así lo hicieron y él me dijo –“Vamos a ver, primero que nada cálmate, ya lograste armar un escándalo”- yo no me contuve más y con la misma rabia que tenía le dije –“Y encima te haces el imbécil cuando ya lo eres, primero aparentas ser distinto a los demás e intentas impresionarme, después te burlas de mí y me dejas en ridículo frente a todo el maldito instituto y ahora quieres ser amable conmigo, ¡Por favor!, ¡Eres un verdadero imbécil lo sabías. . . ¡”- sin darme cuenta yo estaba a 10 centímetros de Michael y quedé sin palabras cuando sentí su aliento y cuando su nariz tocaba la mía sin darme oportunidad de moverme, es entonces que cuando menos lo pensé mis ojos estaban cerrados y mis labios estaban pegados a los de él sometiéndonos en un largo beso a Michael y a mí.

Welcome to my World [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora