CAPÍTULO 7

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Momento fotografía. La primera vez que me pinto los ojos de negro, con una chaqueta de cuero y unos pantalones ajustados negros. Taylor a mi derecha y Cameron a mi izquierda. Me siento como una diosa ahora mismo. Cuando paso al lado de Matt me saluda pero ni siquiera le miro, que sienta lo que yo he sentido durante todo éste tiempo.

- Hola, Katherine. - me cuesta reaccionar porque no estoy acostumbrada a que me llamen Katherine. Me giro y veo a la chica que me ha hablado.

- Hola, Morgan. - le respondo.

- Espero que corras bien ésta noche. Matt ha apostado mucho por ti.

- Me da igual lo que haya apostado Matt.

- Pensé que ahora que estaba soltero te lanzarías a por él, como todas. - dice ella, intentando que le pregunte sobre la ruptura.

- Adiós, Morgan.

En cuanto puedo me voy de allí. Falta una hora para la carrera y yo estoy nerviosa, no quiero hacerme una herida como la de ayer. Se suponía que iba a entrenar con Taylor, no a lanzarme a todas las carreras que Matt me proponga.

Mis nervios me llevan a querer fumar para relajarme. Busco a Taylor y le veo entrando en el edificio abandonado. Sonrío. Sé a dónde va. Le sigo y entro. Escucho voces provenientes de la enfermería. Hay un chico dormido y una pareja peleando. La enfermera está fumándose algo, en cuanto me ve se me queda mirando fijamente. Yo evito su mirada y sigo el rastro de Taylor. Ando por el pasillo dispuesta a ir hacia la azotea, pero entonces escucho risas. Hay una puerta entrecerrada y la tenue luz de un móvil ilumina la habitación.

Por desgracia, me asomo. Veo a Taylor besando desesperadamente el cuello de una chica, y ésta respondiéndole muy bien. No sé por qué siento agonía, presión en mi pecho. La mayoría de la gente me trata mal, se olvida de que estoy ahí y siguen con su vida. Pero pensé que Taylor... ¿Por qué tuve que besarle? Ni siquiera somos novios. No me puedo sentir celosa o engañada. Hace lo que le da la gana, y muy bien por él. Pero no puedo evitar sentirme... ¿Celosa? ¡Joder, no!

Corro hacia la puerta y me paro en la enfermería, dónde huelo a marihuana. La enfermera está sentada en la camilla liándose un porro.

- ¿Puedo? - pregunto entrando. Ella asiente. Me siento en frente de ella y me lío uno. Como me sale muy mal acaba liándome ella.

- ¿Cuesta algo?

- Ésta noche es gratis. - ella me mira fijamente, analizándome de arriba a abajo.

- ¿Cómo te llamas? - me atrevo a decir a pesar de su mirada penetrante.

- Charlie. - me responde ella - ¿Buscabas al chico de la bandana? - yo asiento - Menudo panorama te debes de haber encontrado...

Yo me río, no sé si por los efectos de la marihuana o por lo nerviosa que estoy.

- ¿Por qué trabajas aquí? - le pregunto al fin.

- Mi hijo murió en una de éstas carreras. Lo menos que puedo hacer es querer ayudar a esos pobres diablos.

- Les ayudaría denunciando a la policía. Así este sitio no existiría y... - ella me mira seriamente - Lo siento.

- Es su escape, su única salida. No les juzgo por drogarse, emborracharse o intentar matarse. Una vez lo hice yo, no soy quién para juzgar.

- Siento lo de su hijo. - me disculpo.

- No lo sientas. Si hubiera seguido vivo me hubiera causado más problemas. - sé que no dice lo que piensa, pero aún así dejo el tema. 

- Me voy. - le digo bajándome de la camilla - Encantada, Charlie.

- Encantada, Katherine. - sonrío.

Ojalá ella supiera mi verdadero nombre. Estoy segura que se acordaría de mí. 

Cuando salgo me encuentro con una estampa bastante agradable. Al grupo de Matt y a él mismo sin camiseta. Cameron y sus amigos también están allí, y otros chicos que no conozco. Están jugando a pasarse el hielo de una boca en otra. Me meto entre una chica y Cameron y le sonrío, él frunce el ceño sonriendo.

- ¿Dónde estabas? - me pregunta.

- ¿Qué más da eso ahora?

Cojo un hielo y continúo la cadena. Se lo paso a Cameron y él aprovecha para agarrarme de la cintura, más bien para tocarme el culo. Cuando ya llevamos unos cuantos cubitos de hielo y me doy cuenta de que Cameron está intentando besarme... Llega una mano conocida y me agarra de la cintura, poniéndose a mi lado. Me giro y veo a Taylor con la bandana mal colocada. Cuando le miro a los ojos no puedo evitar acordarme de la estúpida promesa que le hice prometer... Ahora me doy cuenta de que no le conozco, no puedo pretender enamorarme o incluso enamorarle sino nos conocemos.

- ¿Un cubito? - me dice él.

Sin que me de tiempo a responder me pasa un cubito bastante pequeño, haciendo que nuestros labios se rocen. Yo se lo doy a Cameron, ya está más derretido, así que prácticamente nosotros nos besamos. El cubito se derrite en la boca de Cameron y él aprovecha para morrearme sin darle importancia a que ha parado la cadena. Todos empiezan a protestar y a decirnos que nos vayamos a un hotel. Taylor nos separa y me coge de la muñeca alejándome del círculo.

- ¿Qué pasa? - pregunto riéndome.

- ¿Estás colocada? Tu madre te mata.

- ¡Calla ya!  - grito - ¡Fóllate a tu amiga y déjame en paz!

Taylor pone los ojos en blanco y traga saliva.

- Candy es sólo una amiga. - dice él jusficándose.

- Y Cameron también. - le digo yo riéndome - Da igual, Taylor, tú y yo no somos nada. Nunca lo seremos, porque tú eres un estúpido mujeriego que le gusta follar. ¿A quién no? ¡Disfrútalo! - grito, claramente afectada - ¡Véte con tu amiga, o lo que sea esa tal Candy! Espera, ¿Candy es un nombre real? Espero que por lo menos esté bue...

Taylor me calla con un beso. Me atrae hacia él y me agarra fuertemente la cintura. Después de unos segundos nos separamos y nos miramos fijamente a los ojos. 

THE BEST LIE EVER (TAYLOR CANIFF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora