Momento fotografía. La primera vez que me pinto los ojos de negro, con una chaqueta de cuero y unos pantalones ajustados negros. Taylor a mi derecha y Cameron a mi izquierda. Me siento como una diosa ahora mismo. Cuando paso al lado de Matt me saluda pero ni siquiera le miro, que sienta lo que yo he sentido durante todo éste tiempo.
- Hola, Katherine. - me cuesta reaccionar porque no estoy acostumbrada a que me llamen Katherine. Me giro y veo a la chica que me ha hablado.
- Hola, Morgan. - le respondo.
- Espero que corras bien ésta noche. Matt ha apostado mucho por ti.
- Me da igual lo que haya apostado Matt.
- Pensé que ahora que estaba soltero te lanzarías a por él, como todas. - dice ella, intentando que le pregunte sobre la ruptura.
- Adiós, Morgan.
En cuanto puedo me voy de allí. Falta una hora para la carrera y yo estoy nerviosa, no quiero hacerme una herida como la de ayer. Se suponía que iba a entrenar con Taylor, no a lanzarme a todas las carreras que Matt me proponga.
Mis nervios me llevan a querer fumar para relajarme. Busco a Taylor y le veo entrando en el edificio abandonado. Sonrío. Sé a dónde va. Le sigo y entro. Escucho voces provenientes de la enfermería. Hay un chico dormido y una pareja peleando. La enfermera está fumándose algo, en cuanto me ve se me queda mirando fijamente. Yo evito su mirada y sigo el rastro de Taylor. Ando por el pasillo dispuesta a ir hacia la azotea, pero entonces escucho risas. Hay una puerta entrecerrada y la tenue luz de un móvil ilumina la habitación.
Por desgracia, me asomo. Veo a Taylor besando desesperadamente el cuello de una chica, y ésta respondiéndole muy bien. No sé por qué siento agonía, presión en mi pecho. La mayoría de la gente me trata mal, se olvida de que estoy ahí y siguen con su vida. Pero pensé que Taylor... ¿Por qué tuve que besarle? Ni siquiera somos novios. No me puedo sentir celosa o engañada. Hace lo que le da la gana, y muy bien por él. Pero no puedo evitar sentirme... ¿Celosa? ¡Joder, no!
Corro hacia la puerta y me paro en la enfermería, dónde huelo a marihuana. La enfermera está sentada en la camilla liándose un porro.
- ¿Puedo? - pregunto entrando. Ella asiente. Me siento en frente de ella y me lío uno. Como me sale muy mal acaba liándome ella.
- ¿Cuesta algo?
- Ésta noche es gratis. - ella me mira fijamente, analizándome de arriba a abajo.
- ¿Cómo te llamas? - me atrevo a decir a pesar de su mirada penetrante.
- Charlie. - me responde ella - ¿Buscabas al chico de la bandana? - yo asiento - Menudo panorama te debes de haber encontrado...
Yo me río, no sé si por los efectos de la marihuana o por lo nerviosa que estoy.
- ¿Por qué trabajas aquí? - le pregunto al fin.
- Mi hijo murió en una de éstas carreras. Lo menos que puedo hacer es querer ayudar a esos pobres diablos.
- Les ayudaría denunciando a la policía. Así este sitio no existiría y... - ella me mira seriamente - Lo siento.
- Es su escape, su única salida. No les juzgo por drogarse, emborracharse o intentar matarse. Una vez lo hice yo, no soy quién para juzgar.
- Siento lo de su hijo. - me disculpo.
- No lo sientas. Si hubiera seguido vivo me hubiera causado más problemas. - sé que no dice lo que piensa, pero aún así dejo el tema.
- Me voy. - le digo bajándome de la camilla - Encantada, Charlie.
- Encantada, Katherine. - sonrío.
Ojalá ella supiera mi verdadero nombre. Estoy segura que se acordaría de mí.
Cuando salgo me encuentro con una estampa bastante agradable. Al grupo de Matt y a él mismo sin camiseta. Cameron y sus amigos también están allí, y otros chicos que no conozco. Están jugando a pasarse el hielo de una boca en otra. Me meto entre una chica y Cameron y le sonrío, él frunce el ceño sonriendo.
- ¿Dónde estabas? - me pregunta.
- ¿Qué más da eso ahora?
Cojo un hielo y continúo la cadena. Se lo paso a Cameron y él aprovecha para agarrarme de la cintura, más bien para tocarme el culo. Cuando ya llevamos unos cuantos cubitos de hielo y me doy cuenta de que Cameron está intentando besarme... Llega una mano conocida y me agarra de la cintura, poniéndose a mi lado. Me giro y veo a Taylor con la bandana mal colocada. Cuando le miro a los ojos no puedo evitar acordarme de la estúpida promesa que le hice prometer... Ahora me doy cuenta de que no le conozco, no puedo pretender enamorarme o incluso enamorarle sino nos conocemos.
- ¿Un cubito? - me dice él.
Sin que me de tiempo a responder me pasa un cubito bastante pequeño, haciendo que nuestros labios se rocen. Yo se lo doy a Cameron, ya está más derretido, así que prácticamente nosotros nos besamos. El cubito se derrite en la boca de Cameron y él aprovecha para morrearme sin darle importancia a que ha parado la cadena. Todos empiezan a protestar y a decirnos que nos vayamos a un hotel. Taylor nos separa y me coge de la muñeca alejándome del círculo.
- ¿Qué pasa? - pregunto riéndome.
- ¿Estás colocada? Tu madre te mata.
- ¡Calla ya! - grito - ¡Fóllate a tu amiga y déjame en paz!
Taylor pone los ojos en blanco y traga saliva.
- Candy es sólo una amiga. - dice él jusficándose.
- Y Cameron también. - le digo yo riéndome - Da igual, Taylor, tú y yo no somos nada. Nunca lo seremos, porque tú eres un estúpido mujeriego que le gusta follar. ¿A quién no? ¡Disfrútalo! - grito, claramente afectada - ¡Véte con tu amiga, o lo que sea esa tal Candy! Espera, ¿Candy es un nombre real? Espero que por lo menos esté bue...
Taylor me calla con un beso. Me atrae hacia él y me agarra fuertemente la cintura. Después de unos segundos nos separamos y nos miramos fijamente a los ojos.
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THE BEST LIE EVER (TAYLOR CANIFF)
Fiksi PenggemarAmanda Craft es una adolescente cualquiera que nunca pensó en la posibilidad de tener una vida más interesante de la que tenía. Entonces llegó aquel jueves por la tarde en el que Amanda se ve obligada a hacer algo: mentir y tener al chico de sus sue...