©14©

1.5K 171 28
                                    

Primer capítulo del año. Vosotras podéis con este 2019. Sois fuertes, sois grandes... Sois reales.
With all the love, Genevaxxx

-¿Crees que siete años de mala suerte por romper un espejo es malo? Prueba a romper un condón.

La risa de Dora se fue apagando poco a poco, hasta que levanté la cabeza, mostrándole lo agobiada que estaba.

La miré arrodillada, desde mi posición. Dejo mi pequeño espejo de maquillaje roto en el suelo de mi habitación y me dirijo hacia ella para saludarla con dos besos.

La hago entrar a mi habitación y ella se sienta en mi cama, mirando todo recogido a mi alrededor.

Desde ayer no salí de mi habitación. Salí corriendo, dejando a Tristán con las palabras en la boca.

Acudió a llamar a mi puerta varias veces, pero no le abrí. Pierce, que así es como descubrí que se llamaba el jefe de la oficina de empleos, y el que estaba a cargo del caso de Tristán y los otros, me llamó para decirme que vendría a llevarme dentro de unas horas a un hotel.

Sí, era una idea pésima, considerando que ahora sólo me quedarían mis ahorros, y no podría aguantar en un hotel ni una semana.

Pero él me dijo que al que me iba a llevar era barato. No pude negarme, ya que no tenía otro lugar al que ir.

-¿Te vas, entonces?

Su voz es incluso triste, y cuando asiento, suspira y se levanta, para darme un abrazo.

-Creo que sería mejor que acudieras a despedirte de cada uno, de forma individual.- dijo acariciándome el hombro.

Asiento en silencio y me dice que ella cuidará de mis cosas en lo que voy a despedirme de ellos.

Salgo y me masajeo la cara con las manos, nerviosa.

Saludo con la mano al anciano en la puerta. Al parecer mi nuevo amigo tenía el día libre hoy. Aunque ya no podríamos ser amigos, si me voy hoy.

Me daba pena el no poder despedirme de él, pero ya se encargará Dora de explicarle todo.

Llego al primer piso y tras inspirar hondo, le doy unos toques a la puerta de Rob.

Espero unos segundos hasta que me abre y frunzo el ceño cuando Paul aparece delante de mí.

-¿Me he equivocado de...?

-No- me interrumpe- Todos estamos tomando una cerveza aquí.

Asiento y frunzo el ceño. Ésto sería más duro, sin duda.

Aunque me ahorraría tiempo.

Cuando entro al salón, nadie pone su mirada sobre mí. Todos están sentados en silencio, con una cerveza en mano y mirando el suelo, la pared o la mesa.

Definitivamente ésto sería más duro.

Camino y cojo una silla del rincón del salón para situarla en frente de ellos. Sólo uno me mira, y no le devuelvo la mirada porque no quiero que vea lo que de verdad sentí anoche cuando me besó.

-Lo siento- mi voz suena temblorosa, pero me obligo a mantenerme firme- Os dije desde un principio que iba a ayudaros... Pero ésto me puede y...

-Se supone que tú eras aquí la valiente, Annie- la voz de Matt sonó ruda.

Su calvicie sólo le da unos rasgos más viejos y cansados a su joven cara.

-Sé que estáis enfadados conmigo... Pero debéis entenderme. No puedo estar aquí por... - entonces todos me miran. Levantan la mirada a la vez y esperan el final de mi oración- No puedo estar aquí por mi propio bien.

GITANA✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora