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-¡¿PERO QUE MIERDA LE HAS HECHO A MI POBRE COCHE?!

-¡Lo siento papá, ha sido un accidente!

-¡Tú también y aun así te hemos cuidado!

Me llevo una mano a la boca, intentando no reír al verle coger los trozos rotos de la parte delantera del coche e intentar unirlos de nuevo, sin éxito alguno.

Escucho unos pasos detrás de mí y me giro, observando a mi madre con las manos llenas de masa correr hacia mi.

-¡Ay mi niña, ay mi vida! ¿Estás bien?- solloza.

La abrazo antes de que suelte alguna lágrima y ruedo los ojos cuando veo mi vestimenta negra manchada.

Me hago a un lado cuando empieza a salir humo del capó del coche.

-Estoy bien mamá, afortunadamente iba a cincuenta por hora.

Mi padre me fulmina con la mirada y sigue a lo suyo, intentando unir alguna pieza.

Iba mirando el móvil, un mensaje en concreto. Me había llegado una oferta de trabajo.

Y con mi profesión ya no llegaban muchas. Así que de la alegría disminuí la velocidad y seguí mirando el teléfono. Claro que cuando observé los detalles del trabajo que tendría que, hacer... Me quedé en shock y se me olvidó que estaba manejando un coche.

Así que di un brinco del susto cuando sentí el coche chocar contra algo. Quién iba a decir que chocar contra un árbol iba a dejar tantos daños.

-Mira, Rosaly. Mira lo que me a hecho tu querida hermana. Dios nos castigó al no darle la calma que tú tienes- gruño en dirección a mi papá y escucho a mi hermana salir riéndose.

-Cállate ya, Bob- ladró mi madre, pasando sus sucias manos por mi cara, sin creerse aún que estaba intacta- Demos gracias a dios por tenerla entera. Que le den al coche.

-¡Mary, es mi coche, respétalo! - gritó mi padre tirando una pieza de hierro al suelo.

Aspiré.

-Papá tranquilo, no es nada que el taller no pueda resolver en unas semanas- rió mi hermana, pasándole una mano por el hombro- Mañana por la mañana Annie se encargará de llevarlo a la ciudad para...

-Imposible. Mañana no puedo. Ni creo que vaya a poder a partir de ahora- todos me miraron callados, con el ceño fruncido.

Entonces aprieto los labios y no puedo evitar sonreír al decirles la noticia que desearon escuchar durante meses salir de mi boca.

-Me han dado trabajo.










Por la tarde el rancho de los Frall estaba petado de mis familiares y de amigos de mis padres.

Digamos que al vivir en un rancho, rodeado de otros ranchos, en mitad del campo, tienes más contactos y conocidos que viviendo en la ciudad.

Sonreí observando a mis primos bailar al son de la música de lo que parece ser alguna antigua cantante.

Mis padres a lo lejos aparecieron con los platos llenos de chuletas y comida basura entre otras bebidas.

La mesa principal del jardín se llenó de comida y me sentaron en el cabecero de ésta, mientras que mi hermana se sentaba a un lado de mí, junto a mis padres.

Mi tía Lily dió una palmada y al ver que eso no hacía efecto, cogió una copa y un tenedor y dió golpes hasta que todos cesaron sus charlas.

-Hoy mi querida sobrina ha conseguido trabajo. Estudió años para la profesión que tiene, y hoy Dios por fin le a dado la primera oportunidad de demostrar que vale para su trabajo- reí cuando corearon mi nombre.

GITANA✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora