26. Roto

402 41 5
                                    

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

Hasta que Tyler puso su chaqueta sobre mis hombros no me di cuenta de que estaba temblando. Para el momento en que nuestros ojos se encontraron estos habían vuelto a llenarse de lágrimas. Era tan difícil enfrentarme a todo de nuevo. Evadirlo se había convertido en la única forma de evitar que esta brecha en mi pecho se expandiera.

—No tengo excusas —le dije esnifando—. Debí confiar en ti en el mismo instante en que tú confiaste en mí. Justo ahora puedo entender que estés dolido por haberte enterado de esa forma y sin embargo, si comienzo a hablar en este momento, me romperé por completo.

—Esto lo odio —me dijo con frustración llevando ambas manos a su rostro—. Ni siquiera ahora, estando frente a frente y cuando ya se lo que me ocultabas puedes decírmelo. Necesito entenderte, necesito todas la piezas de tu rompecabezas y me lo niegas ¡Maldita sea! ¿No entiendes que no me importa? Si estuviste en ese accidente y fuiste la única que sobrevivió no me importa Alison, entiende que no es tu culpa, ni eso ni lo otro.

Di un paso atrás confundida ¿estuviste en el accidente? ¿Eso dijo?

—Creí que habías visto las carpetas.

—Y las vi.

—¿Lo leíste todo?

—No —espeta confundido a su vez—. Solo algunas líneas, sobre todo las terapias y eso.

—Mierda.

—¿Qué?

—No estuve en accidente Tyler, estaba sola en casa, debiste poner atención al informe de la terapia intensiva. Yo... —me detuve—. Te lo mostrare, ¿puedes llevarme a casa?

Me miro enojado y me sentí pequeña, pero debía ser fuerte, fuerte por lo que vendría. Fuerte para mí. Fuerte porque su reacción podría destruirme si no lo era.

Marchamos rumbo a mi casa, ni una sola palabra fue dicha en el camino. Solo la suave música de fondo nos salvaba del silencio. No espere mucho al llegar a casa solo baje y le indique a Tyler que me siguiera.

Fui directo al depósito sin reparar en la mirada confusa y frustrada de Tyler. Estaba tal cual había estado siempre y solo había una caja fuera de lugar, la caja del pasado de los secreto. La caja donde había escondido a la antigua yo para nunca encontrarla. Rebusque en esta encontrando un gastado cuaderno de color rosa, bufe al tomarlo.

Pasando frente a Tyler quien me miraba con una ceja levantada claramente furioso porque no había dicho nada.

—Estas hermosa arrugando la nariz —musitó mientras subía las escaleras detrás de mí—. Si no estuviera enojado te besaría.

No pude evitar sonreír a pesar del frío que sentía por dentro y que no tenía nada que ver con el clima.

Cuando entramos en mi habitación ubique rápidamente un segundo diario, el que recién había comenzado, justo después de mi cumpleaños número dieciocho y antes del primer día de clases después de las vacaciones de invierno.

Le tendí ambos diarios y con ellos todos mis secretos tanto del pasado como del presente.

—Todo está ahí, léelos y si entonces sigues queriendo estar conmigo, estaré aquí, si no... —ni siquiera podía pensar e esa posibilidad sin que mi voz se rompiera—. Lo entenderé.

El los miro dubitativo y antes de tomarlos me miró como si pidiera mi permiso, asentí y lo mire asustada. Un nuevo ataque de pánico crecía en mi interior al estar ahí con Tyler y este al darse cuenta jalo mi brazo estrechándome contra sí. Me pegue tanto a él que apena había aire entre nosotros, necesitaba tanto ese abrazo, sentir su calor, su olor, los latidos de su corazón justo a la altura de mi oído.

Tu Propio ReflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora